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No escuché lo que Takemichi le dijo a su madre, él salió de nuevo para responder la llamada y a los pocos minutos volvió a su habitación, mirándome a los ojos con un gesto tan mortificado que quise besarlo, solo deseando con eso cambiar su expresión.

Me pidió que me arregle y miré mis ropas, no me veía mal, quizás estaba algo informal pero muchas veces me había vestido así en la Universidad. Entonces alcé la mirada otra vez y él sonrió, acercándose a mí para colocar sus manos sobre mis hombros y acariciar en esa zona, besando mi frente y soltando un largo suspiro antes de hablar.

—Escucha, Manjiro.— Sus manos subieron hasta tomar mis mejillas y acercó sus labios a los míos, mirándome fijamente a los ojos.— No está en mis planes obligarte a hacer absolutamente nada, tú y yo estamos en contra de eso del macho alfa y todo ello ¿Cierto?— Asentí.— De acuerdo. Sucede que mi madre quiere verme ahora. Ya están en Tokyo y realmente, realmente me gustaría ir contigo.

Escuché atentamente cada una de sus palabras, no me sorprendía pero tampoco me fascinaba la idea de conocerla a ella y a su padre en dicho momento, sobre todo cuando Baji había actuado de esa forma, dejando en claro también que la señora no pensaba verme con buenos ojos. Mordí mi labio inferior y tiré de él, suspirando.

— Claro, iré.— Afirmé, aclarando mi garganta cuando noté lo aguda que había salido mi voz, cargada de inseguridad.

—No tienes que ir si no lo deseas, bebé.

—No es eso.— Negué ligeramente con la cabeza.— Dijiste que si no voy a verla contigo, verla estando solo será peor ¿No?— Él asintió.— De acuerdo, es ahora o nunca.

—Te prometo que te voy a proteger con mi vida, mi amor.

Sonreí, los brazos de Takemichi rodearon mi cintura antes de atraerme hacía su cuerpo y abrazarme, yo hice lo mismo, soltando un largo suspiro cargado de angustia. No podía mentir, realmente temía que esa mujer no apruebe nuestra relación y todo salga mal, no sabía si podría con tal rechazo, no cuando realmente empezaba a verle el lado bueno a las cosas.

—¿A qué te referías con que me arregle?— Susurré, acariciando con lentitud su espalda.

—Tienes el cabello tan despeinado que indica un "Casi devorado por mi alfa" por todos lados.— Sonreí, disfrutando del sonrojo en mis mejillas cuando enterré mi cabeza en su cuello, llenándome de su olor.

—Deberíamos hacer algo para cambiar ese casi ¿No?

—Después de hablar con mis padres, yo me encargaré de eliminar ese casi, Manjiro.

(....)

Nos subimos a su auto después de que me peinara y dejara que mi cabellos se vean medianamente decentes, tampoco es que buscara un estilo nerd o algo así, seguro de esa forma me vería increíblemente ridículo. Takemichi casi no habló durante todo el camino, podía oler ese ligero aroma a preocupación con el que llenaba su carro, pero no dije nada, solo nos tomamos de la mano y continuamos en silencio, estando ahí para el otro.

Sabía que para él las cosas no eran sencillas y no pude evitar que mi mente se llenara de imágenes donde imaginaba que seguramente si yo fuera diferente, no sería tanto el problema actual. Una chica omega, con buen cuerpo, ningún tipo de lazo y hasta virgen, alguien de clase y con dinero ¿Ese sería el tipo de omega que deseaba su madre para él?

De nuevo me pregunté qué era lo que Takemichi había visto en mí, pero tampoco me atreví a preguntárselo; solo apoyé mi cabeza en el respaldar del sofá y admiré su perfil por largos minutos. Mi alfa era completamente hermoso.

—Ya casi llegamos.— Escuché su voz, regresándome a la realidad. Observé el gran edificio al que supuse nos dirigíamos y contuve el aire en mis pulmones. Miré a Takemichi, haciéndole la silenciosa pregunta que él no tardó en responder.— Sí, ese es H-Alfa, amor.

𝗍𝗁𝖾 𝗉𝖾𝗋𝖿𝖾𝖼𝗍 𝗈𝗆𝖾𝗀𝖺 ; 𝘁𝗮𝗸𝗲𝗺𝗮𝗶Donde viven las historias. Descúbrelo ahora