Martina

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La señora me había tomado, me saco de la casa que al parecer no había nadie más, aún se oía a Bibi tratando de salir, fuimos a una casa de enfrente donde estaba Martina, una señora más increíble que Bibi y su mamá juntas, una completa delicia visual.

F- Martina, tienes aún tus tenis que querías tirar?

M- Oye pero Fede y este niño quién es?

F- Es un pervertido que encontré chupándole los pies a Bibi.

M- ¿Bibi tiene novio y se lo quitaste?

F- No, es un degenerado que le gusta chupar patas sucias, lo trate de castigar dándole a limpiar mis tacones sucios y lo estaba disfrutando.

M- Esos tacones que huelen a pies.

F- Si esos.

M- Los que tienen aquel olor súper asqueroso?

F- Si esos.

M- y dices qué lo estaba disfrutando?

F- EXACTO.

M- Entonces si es un pervertido, esos tacones deberían de estar en resuidos tóxicos.

F- oye!, Pero sí. De pura casualidad aún tienes esos tenis que querías tirar, con los que vas a correr y ya están súper desgastados?

M- Si, quieres dárselos a él?

F- Si, esos tenis están el doble de asquerosos que los tacones y aparte también le podemos dar unos tacones que tengo por ahí y que igual huelen asquerosos.

M- Pero... Por qué quieres hacerle eso, se que lo encontraste chupando los pies de Bibi pero es normal a veces mi Flavio me chupa mis piecitos y me gusta.

F- De por si Bibi es rara ahora con un novio amante de los pies lo será más y por cierto no me interesaba oír lo de Flavio.

-Bueno con esa delicia de pies yo también se los voy chupando.

F- Ves lo que te digo, es un degenerado.

M- A mí me parece tierno.

F- Ya Martina, mejor ve por tus tenis.

Ell fue por esos tenis, eran blancos pero por el uso constante ya eran negros, se vian bastante desgastados.

F- Muy bien siéntate, dame eso Martina -tomo los tenis- o dios y decías que mis tacones apestaban.

M- Claro, son para ir a correr suelo sudar bastante cuando corro además casi nunca los lavó. Estás segura que le quieres dar eso?

F- Por supuesto que sí.

M- No lo estamos complaciendo de manera indirecta.

F- Mmmmm... No, no lo creo.

Me puso los tenis en la nariz, no lo creía el olor era más intenso que aquellos tacones, un olor por extraño que suene, más dulce.

El olor de los tacones ardía, era una especie de olor que hace llorar los ojos como gas pimienta pero este, no era un olor agudo pero dulce como el olor a papas de queso, no puedo decir que parecido pero similar.

Sin dudar comencé a oler, me encantaba el aroma de Martina era mucho mejor que los de Bibi o su madre. Un olor exquisito que me ponía muy duro, que suertudo era su esposo que le chupaba esos pies pero yo también si tuviera la oportunidad de chuparselos después de que fuera a correr lo haría.

Era un aroma delicioso, no podía pensar en otra cosa que en esos pies sudados y en mi deseo de tenerlos en mi boca.

M- Creo que lo está disfrutando.

F- Si creo que tienes razón.

- No es cierto, es un olor algo fuerte señora Martina.

F- Te dije, tus pies son más apestosos que los míos.

- Pero si prefiero oler los tenis que chupar los pies de Martina, son muy apestosos.

F- Que buena idea. Martina que te chupe los pies.

M- NOO!, QUÉ TE PASA?!?! No pienso hacer eso.

F- Por qué? Si dices que ya Flavio lo hace, ya estás acostumbrada.

M- Si, pero es sólo él además que es mi esposo. Que te los chupe a ti.

F- No, yo no estoy acostumbrada a eso, tu por otro lado... Te gusta si bien que me dices.

M- Bueno si me gusta pero... Deberías probarlo antes de juzgar.

- Ya señoritas, (seguía oliendo los tenis mientras las oía discutir por cual pie tenía que chupar) se los chupo a ambas y listo.

Comencé a quitarles los tacones a cada una, no pusieron resistencia estaban más sorprendidas que otra cosa, no pensaron que tomaría la iniciativa.

Al descalzarlas el olor de cada una me llegó, el dulce y ardiente olor entonces me llegó la duda más grande de todas... Por quién empezaría, que sabor quería probar primero, una decisión compleja en mi mente.

Decidí que los pies que más quería probar eran los de Martina, ese olor se me antojaba probarlo. Tenía unos pies preciosos, su planta rosa con algunas manchas amarillentas, unos dedos con uñas pintadas de color rojo. Le di unas pequeñas cosquillas.

M- jajajaja, oye basta.

Pegue mi nariz entre sus dedos y fue increíblemente delicioso, como cuando abres una bolsa de papas sabor queso y la hueles así se sintió.

Comencé a lamer su planta del pie, era un sabor salado por el sudor seco que quedaba ahí después de correr supongo que no se lavaba bien los pies, aunque eso en realidad no me molestaba, yo estaba para limpiarlos chupe sus partes amarillentas dónde el sudor se concentraba más, aún así se podía sentir el sabor dulce de sus pies un rico sabor a queso cheddar.
Lamí sus pies pero mientras le daba pequeñas pasadas con mis manos a los pies de Federica para que no sintiera envidia, luego pase a ellos un sabor agrio que tenía su encanto.
El sabor era más intenso sin duda alguna como a un queso más rancio, más añejo sus pies eran morenos pero su suela era algo blanca, yo pienso que por las partes de sudor y lo confirme cuando pase mi lengua por ahí se sentía más agrio y pesado por ahí. Comencé a chupar su pie, por los dedos, dejando de baba todo el pie, intercalando el de ella y el de Martina,.tratando de combinar los sabores pero mi emoción me llevo a una eyaculacion algo anticipada a disfrutar de ambos pies pero mis deseos estaban controlados.

- bueno damas, me tengo que ir, tienen unos pies exquisitos y ya se donde encontrarlas hasta la próxima.

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