🏺
Me había quedado dormido, creo que era de las pocas veces en las que podía dormir. Mis audífonos aun entonaban canciones, ¿me había quedado dormido con ellos puestos?
Me levante de mi cama y frote mis ojos, mientras me acostumbraba a la luz mañanera. ¿Qué día era hoy? Mierda.
Tome mi celular y vi que era lunes. ¿Qué no era sábado?
Abrí el chat grupal de la universidad, tenia mil menciones. Entre ellas mencionándolo por sus notorias faltas a algunas clases.
Tecleo la pantalla de su celular escribiendo un "estoy bien, solo estoy un poco enfermo" para al menos calmar la preocupación de mis compañeros.
Alexis, o como a el le gustaba que lo llamaran, Quackity, me había insistido en venir a mi casa, pero yo simplemente lo evitaba. Me sentía mal, puesto que era un buen amigo mío. Pero en estos momentos lo ultimo que quería era ver a alguien.
Tira mi celular en mi cama, y vi aquel jarrón blanco con varias flores, no era mi estilo, y no combinaba con mi habitación, pero me sentía bien teniéndolo allí. Tenia una buena vibra, sentía que me absorbía mi negativismo.
Sali de mi habitación un rato a prepararme algo de comer, demorándome quizás unos 20 minutos, hice solo un sándwich con un chocolate caliente, el cual iba a empezar a degustar, hasta que escuche un ruido,, proveniente de mi cuarto. Deje el sándwich a un lado, y con un gran sigilo me acerque a la puerta.
La abrí cuidadosamente, topándome con nada, no había nada, y mi cuarto ni siquiera tenia indicios de robo o algo así.
O eso creí, hasta que el jarrón de mi abuela no estaba donde siempre.
Sentí mi alma salirse de mi cuerpo, y abrí abruptamente la puerta, y acelerado busque por todos lados el jarrón.
Debajo de mi cama, en el armario, en los cajones. Nada, no habia nada.
Sentía las lagrimas querer brotar de mis ojos, mientras mi cuerpo temblaba. Me tire de rodillas en el suelo, agarrándome la cabeza con furia e impotencia. No sabia que hacer.
- ¿Qué te sucede, Rodrigo?
Y allí mi corazón salió de mi cuerpo.
Me di la vuelta rápidamente, viendo justo en la puerta a un chico que en mi vida había visto. Era alto, pelinegro y muy blanco. Tenia puesta ropa muy similar a la mía, mientras que con sus manos agarraba el jarrón.
Mi semblante cambio a uno enojado mezclado con susto. Si, me asustaba ese chico, no lo había visto en mi vida.
- que... ¡Que mierda te sucede a ti! ¡¿Quién eres?! ¡Devuélveme el jarrón! - y junte toda mi valentía para lanzarme hacia el para arrebatarle el jarrón, pero simplemente lo atravesé, dándome un golpe con la puerta que ahora estaba cerrada.
- No te apresures, Rodrigo. No voy a hacerte daño, tranquilo - se dio la vuelta
- maldito estúpido... ¿Cómo sabes mi nombre? - dije, tocándome la mejilla, ya que me la había golpeado.
- Primero vamos con lo primero. - chasqueo sus dedos, y por arte de magia estábamos en la sala de mi casa, sentados en el comedor. Yo estaba mas perdido. - Mi nombre es Iván Buhajeruk, y como vez, soy un genio de la lámpara. - vio el jarrón que estaba en la mesa - bueno... un genio de jarrón.
¿Qué...?
¿Qué acababa de escuchar? Era la estupidez mas grande. Había visto mil veces Aladin cuando era niño, ¡Y todo era ficción! ¡¿Cómo que ahora tengo un genio en mi casa!?
Mi rostro debía ser todo una pintura. Como para fotografiarlo.
- see, puede que estés sorprendido, pero es así. Soy real, tu mismo lo comprobaste.
- ¿y como sabes mi nombre entonces?
- amigo, llevo mas de 50 años viviendo con tu abuela, te conozco desde que estabas en el vientre de tu madre.
Si esto era un sueño, era muy ridículo.
- te juro que esto parece un sueño. Puede ser que las pastillas para dormir tengan efectos secundarios o yo que se. - dije, y para comprobar me pellizque mi brazo, haciendo una mueca notoria de dolor - nop, no es un sueño...
- ¿ya ves? - Iván se cruzo de piernas en la silla y soltó un suspiro- debes saber algunas cosas... Tienes 3 deseos, y obvio tienen un limite. Si pensas que podre traer a tu abuela a la vida, estas equivocado, hay un limite para todo, Rodrigo. No puedes hablarle a nadie mas de que tienes un genio, o terminaras siendo uno. Puedo hacerme visible para los demás, actuar como los demás, vestirme como los demás, solo si llevo el jarrón conmigo. pero nadie puede saber que no soy humano. ¿entiendes?
Asentí algo desconfiado, ¿enserio esto era real?
- a ver... Deseo tener plata infinita.
Iván quedo algo extrañado, pero no le dio mucha importancia, y con un chasquido de sus dedos, apareció una tarjeta de crédito.
- úsala bien, no tiene fin. Gástala hasta que se te rompa el culo. Ahora solo tienes 2 deseos.- me la lanzo, y yo la atrape.
- quiero saber algo. - dije mirando la tarjeta de crédito sintiendo la mirada de Iván - ¿Por qué apareces ahora?
Hubo un silencio, el pareció pensar un poco su respuesta.
- digamos que sentía tu decadencia. Mayormente los genios estamos para mejorar el estado de animo de las personas, tu abuela siempre estuvo feliz, nunca hubo necesidad de hacerme presente con ella. En cambio tu, pareces destruido. Mi deber es ayudarte a cambiar ese pensar.
- así que por eso...
- exacto. Por eso sentías que el jarrón de florecitas te hacia sentir mejor, literal me estaba comiendo una milanesa de tus emociones.
No pude evitar no reírme ante lo dicho por el pelinegro, era la primera vez que sonreía luego de varias semanas. Vaya que este chico era bueno.
960 palabras
🥐.
ESTÁS LEYENDO
𝐌𝐲 𝐋𝐚𝐬𝐭 𝐖𝐢𝐬𝐡 ──── (𝐑𝐎𝐃𝐑𝐈𝐕𝐀𝐍)
FanfictionRodrigo lleva semanas sintiendo un vacio en su corazon, debido a varios sucesos. Entre el mas destacable; La perdida de su abuela. Esta antes de morir le dejo una carta junto a un pequeño jarrón de porcelana. Nadie se habia dado cuenta, pero dentro...