El principe bestia - Parte 3

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Maurice encendió su máquina esperando un terrible resultado como siempre, pero está vez no ese fracaso al que estaba tan acostumbrado, en cambio su máquina estaba funcionando a la perfección.

-Funciona- Liam abrazó a su papá orgulloso de su éxito.

-¿A sí?- Por otro lado Maurice seguía sin creerlo -¿Funciona? Funciona!!! Engancha a Philippe hijo me voy a la feria-

~•~•~•~•~•~•~•~

-Adiós papá, suerte!!!- Decía Liam mientras veía a su papá alejarse.

-Adiós Liam y cuídate mientras regreso-

Hombre y caballo recorrieron una gran distancia para llegar a su destino, sin embargo sus planes se vieron un poco retrasados al no saber la ruta exacta por la cual debían ir y encontrarse con dos posibles rutas, una con una sección tranquila del bosque y la opuesta con una zona no tan bonita. Mientras el viejo revisaba la ruta que había trazado, su caballo optaba por la primera opción, pero Maurice tenía otros planes.

-No, no, es por aquí- Ambos no coincidían en la elección -Vamos Philippe es un atajo, llegaremos en un dos por tres-

El caballo caminaba a paso lento, inquieto por el ambiente que los rodeaba, y con mucha razón pues los aullidos de los lobos solo confirmaron lo pero para ambos.

-No, este no es el lugar ¿Dónde nos has traído Philippe? Será mejor regresar- Al tratar de retroceder la carreta del hombre golpeó un árbol hueco, que resultó ser la guarida de unos murciélagos, los cuales al volar inquietaron al animal e hicieron que tirará a su jinete para después escapar. Maurice al estar solo temió por su vida, comenzando a caminar por dónde había llegado, pero su suerte solo empeoró, pues a lo lejos logró ver cómo un par de lobos comenzaba a acecharlo. Corrió por su vida tan rápido como pudo, tanto que llegó a las rejas de lo que parecía ser un castillo, desesperado y sin opciones imploro por ayuda.

-Abran, auxilio por favor!!!- Tras forcejear un poco una reja cedió, al parecer no estaba bien cerrada, lo que le dió el tiempo justo para entrar y cerrar antes de ser mordido por uno de sus perseguidores.

Poco a poco se acercó a las gigantescas puertas hechas de madera que protegían la entrada del castillo, con frío y hambre se atrevió a entrar, con la esperanza de recibir asilo por esa noche.

-¿Hola? ¿Hola- Al parecer el lugar estaba vacío, lo hubiera pensado de no ser por ese pequeño candelabro que tenía sus velas encendidos -No era mi intención molestar, pero perdí mi caballo y necesito un refugio por esta noche- Al no recibir respuesta sus esperanzas comenzaron a desvanecerse.

-Por supuesto messieux sea bienvenido- escuchó la voz pero no veía a nadie, tal vez se debía a la oscuridad de ese lugar.

-¿Quién dijo eso?- Dijo tomando el candelabro con la esperanza de ver al dueño de esa voz, hubiera seguido buscando de no ser porque alguien tocó su cabeza.

-Alo- Por el susto Maurice soltó el objeto de oro, sin poder creer lo que sus ojos veían, estaba vivo.

-Increible-

-Te dije Lumiere que era una mala idea pero tú nunca me escuaaaa- Ding Dong fue levantando por el anciano.

-¿Y esto como funciona?- Dijo examinando el peculiar artefacto de manecillas.

-Señor bajarme por favor, no jajaja, señor deje eso- Dijo cerrado la pequeña puerta que protegía sus engranajes -Que modales-

-Perdone, es que nunca había visto un reloj a a achuu- El anciano comenzaba enfermar por las condiciones en las que se encontraba.

-O está usted empapado messieux, venga acérquese a la lumbre- Lumiere guiaba al hombre a una habitación con una chimenea encendida y un cómodo sillón para descansar.

-No, no el sillón del amo-

Los muebles se encargaban de atender al hombre, desde brindarle una manta, hasta un banquillo para descansar sus pies.

-¿Le gustaría algo de té señor? Se calentará rápidamente- El hombre disfrutaba de la bebida caliente.

-Jiji su bigote pica mamá-

-¿Pica?- Al parecer la taza de la que bebia también era consiente -Hola-

De repente las puertas de la habitación se abrieron de una forma repentina, causando un sonido que atemorizó a todos, pero lo que en realidad puso a todos a temblar fueron los gruñidos que provenían de la entrada además del frío viento que los acompañaba.

-AQUÍ HAY UN EXTRAÑO- La voz era grave, atemorizante y profunda.

-Amo déjame explicarte, este caballero se perdió el n el bosque y ...- Lumiere no pudo terminar la frase por el rugido de la bestia que llamaba amo.

-Amo cabe recalcar que yo estuve en contra todo el tiemp...- El reloj silenció ante otro rugido de esa criatura.

Maurice trataba de ver quién era esa escalofriante persona pero al ver por un lado no había nada, pero al voltear se congelo de inmediato, era un monstruo, una bestia que pondría a temblar incluso al hombre más valiente del mundo.

-¿QUIÉN ERES Y QUÉ HACES AQUÍ ?- Dijo acercándose amenazadoramente al hombre.

-L-lo siento e-es que me perdí en el bosque-

-NO ERES BIENVENIDO-

-P-perdon- El anciano miraba con horror a la criatura frente a él.

-¿QUÉ ESTAS MIRANDO?-

-Nada- El terror del hombre se sentía por toda la habitación.

-¿HAZ VENIDO A VER A LA BESTIA VERDAD?- Maurice trató de escapar, pero la bestia cubrió la salida.

-L-lo siento solo quería un refugio por esta noche-

-YO TE DARÉ TU REFUGIO-

-No, no, no por favor noooo-

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Hola, aquí la tercera parte de esta mini historia.

Gracias por leer
Los quiero 😁

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⏰ Última actualización: Oct 13, 2022 ⏰

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