Capítulo Uno

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Narrado por Rajesh Koothrappali


Regresar al Instituto Tecnológico de California luego de tres meses en Londres era difícil para mí, volver a mi antiguo trabajo y ver nuevamente a mis mejores amigos me ponía extremadamente nervioso. Toda la mañana estuve en mi oficina dándole vueltas a la cabeza de cómo sería las reacciones de ellos al verme, y el miedo al rechazo me impedía dirigirme a sus puestos de trabajo y saludarles. A fin de cuentas tendría que dar la cara, el comedor era un lugar público y en la universidad no había un sitio más fácil para encontrarlos.

El único que sabía de mi llegada a California era Stuart, le dije solo a él ya que no es tan unido al grupo y sabía que si le contaba a Leonard, Howard se enteraría rápidamente y no volvería a dirigirme la palabra por ser el último en enterarse, porque contar a Sheldon era ridículo, ya que no hablaría pero no por guardar el secreto sino porque no le interesaba  mi posición geográfica.

Y en efecto allí estaban los tres, Leonard visiblemente aburrido, mirando su comida sentado junto a Sheldon que mostraba algo en una tableta electrónica, sus labios se movían sin parar y supongo que explicaba los gráficos que se  veían en la pantalla.

Howard estaba de espaldas a la barra de comida, ver de nuevo su ropa de los ochenta y su peinado Beattle me hizo sonreír, de pronto cambió mi estado de ánimo depresivo por felicidad. Lo escuché decir un comentario sarcástico a Sheldon causando la risa de Leonard y mi estómago dio un vuelco. Al parecer nada había cambiado en mi ausencia. Me entristeció esa idea…yo si los extrañé.

— ¿Raj? ¿Qué estás haciendo aquí? —preguntó Leonard siendo el primero en verme. Lo saludé con la cabeza y una ligera sonrisa triste sin saber si era buena idea ir hasta su mesa o sentarme en otro sitio.

Leonard Hofstadter era buen amigo, se levantó a recibirme y me apretó el hombro demostrando en su rostro que estaba feliz por verme.

Sheldon estiró el cuello con la seriedad típica en él y negó con la cabeza depositando la tableta sobre una esquina de la mesa. Irritado.

—Después de tomarme tanto tiempo en sacar el tema de ese nuevo proyecto ahora viene Koothrappali a estropearme mi momento con su inesperada llegada—incriminó Sheldon mirándome fijamente—.Espero que estés contento.

—Sheldon—regañó Leonard—.Hace un tiempo que no vemos a Raj.

— ¿Y? —inquirió éste confundido—. Su ausencia no ha alterado nuestras vidas, los juegos se pueden hacer perfectamente entre tres personas y de hecho, mejor así, no tenemos que preguntar cuál de ellos quiere jugar el ajedrez de tres. Howard lo sabe imitar muy bien, así que no dio posibilidad de extrañarlo además de que la parte del suelo donde se sentaba ahora está notablemente más limpia.

Al escuchar el nombre de Howard miré en su dirección pero seguía almorzando como si fuera sordo dejando más que claro que no tenía ganas de recibirme. Su nuca y la falta de empatía de Sheldon lograron irritarme.

—Da igual—grité—. No necesito de ustedes, ni de sus juegos, ni de su apartamento y definitivamente no necesito ¡de la estúpida amistad de Howard!

Boté la bandeja con el almuerzo en la basura antes de salir como una bala fuera del comedor. Fui directo a mi oficina cerrando la puerta con rabia ya que no pude hacerlo con la del merendero, me dejé caer en mi silla liberando una parte de la frustración a través de un largo suspiro. De todas las maneras que imaginé que sería ver de nuevo a mis amigos, aquella no pasó un segundo por mi mente. Estaba realmente enojado por la indiferencia de Howard. Se supone que era mi mejor amigo. Destrozó toda mi ilusión por verle.

Al cabo de unos minutos sentí unos toques en la puerta, me enderecé animado de que fuera él buscando mi perdón, pero la desilusión fue instantánea al oír: ¨Toc, toc, Raj¨ tres veces seguidas. Resoplé dejando mi cabeza sobre la cabecera de la silla y accedí a ver a Sheldon luego de que terminase su ritual.

—Adelante.

Sheldon Cooper llevaba un pulóver rojo por encima de un suéter gris dibujado sobre el torso el logo de Flash. Cruzaba las manos mientras observaba hacia abajo, para dar la impresión de arrepentimiento que no se notaba en su tono monótono de voz. Lo miré escéptico.

—Ahórrate tu perdón, Sheldon, sé que te envió Leonard. Tú en realidad sientes todo lo que dijiste en el almuerzo.

Se insultó, dando un resoplido.

—Estás muy equivocado—dijo altanero. Lo que creí que diría que estaba arrepentido realmente, cuando me noquea con otro dato que no me esperaba—. Fue Howard el que me envió a pedirte perdón por mi actitud. Lo que sí es verdad que dije lo que sentía, ¿por qué habría de decir una cosa que luego me retractaría?

Dejé de escucharlo en el momento en que nombró a Howard. Sonreí emocionado. Sí le importaban mis sentimientos todavía.

—Vaya, sí que soy bueno disculpándome, tanto que no sé qué dije para hacerte tan feliz. Porque… esa es tu sonrisa de felicidad, ¿verdad?

—Ja, ja, ja. Sí, Sheldon. Me has hecho feliz.

—Oh, nunca nadie me había dicho eso antes.

—Siento ganas de abrazarte.

—Eso no va a pasar. 

 

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Amor Incondicional ✔️ (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora