EL DÍA DE LA BODA

622 72 104
                                    

Howard Wolowitz puso música melancólica, bajó la intensidad de las luces quedando iluminado por las espadas laser colocadas en la pared arriba de la cabecera de la cama. El día siguiente sería la boda de Rajesh, y él estaba acostado todavía con su pijama a pesar que eran las tres de la tarde meditando sobre la última ocasión que hablaron.

"—¿Por qué te importa tanto si la quiero o no, Howard?—le había preguntado Raj cambiando su pregunta por otra.

Howard negó con la cabeza. Y quiso decirle la verdad, pero solo consiguió mentirle una vez más.

—Eres mi amigo.

—Entonces comportate como tal—respondió Rajesh molesto.

—¿Qué pasa si no quiero?

El joven indio suspiró, encogiéndose de hombros resignado.

—Entonces le pediré a Leonard que sea mi padrino.

—Me parece muy bien—dijo Howard dando un paso adelante—. Lo único que quiero hacer ahora es esto...

Tomando con una mano la cara de Rajesh la acarició sin prisas, navegando con sus dedos por la piel morena. Raj abrió los ojos ligeramente confundido pero no se apartó, por instinto se acercó todavía más. Howard con la boca  abierta temblando ante el miedo de ser rechazado, midió el impulso para atrapar los labios gruesos de Rajesh con un beso suave. Su amigo siguió los movimientos con el corazón desbocado, todavía sin cerrar los ojos, sintiendo la mano de Howard resbalando hasta su cabello para acariciarlo mientras lo atraía a su cuerpo. Cuando la lengua de Howard invadió a Raj, este último tuvo una pequeña erección, apartándose entonces asustado de ser descubierto.

—Howard, ¿qué estás haciendo? —inquirió acalorado.

—¿No tuviste la charla con tu padre en la adolescencia?—se insultó el más bajito—. Te estoy besando.

—Puede vernos alguien—dijo Raj, rezando porque su erección bajase antes de que su amigo la notara. Estaba avergonzado de que su cuerpo sintiera lo que él no quería admitir.

—¿Desde cuándo a un nerd le importa lo que piensen los demás?—rió su amigo.

—Desde que me voy a casar. Mañana."

Recuerdo que no dejaba en paz a Howard aquella tarde. Sentimientos que le impedían dormir o levantarse para bajar a comer y mucho menos ir a trabajar.

—¡Howard, tus amigos raros están aquí!—gritó su madre desde el piso de abajo.

Howard no tenía intenciones de ver a nadie, ni estaba en condiciones de hacerlo.

—¡Diles que no estoy!—gritó de vuelta.

—¡¿Qué clase de juego enfermizo es ese?!—vociferó su madre—¡Te están oyendo gritar!

La puerta de la habitación de Howard se abrió entrando Leonard y Sheldon.

—¿Estás bien?

—Genial, Leonard. ¿Acaso no me ves?

Leonard echó un vistazo por el cuarto sintiendo verdadera pena por su amigo. Había algunas servilletas por el suelo, las figuras de acción de Howard y Raj sobre la mesa junto al ordenador, y tanto el armario como la cama estaban desordenados. El muchacho siendo incapaz de observar más la situación devastadora se enderezó los espejuelos y se detuvo frente a los pies de Howard.

—¿Estás decidido a no asistir a esa boda aunque te esté destruyendo esa elección?—preguntó.

Howard se carcajeó inaudible con ironía. Si supieran que no estaba así por la boda en sí, sino porque la persona que eligió Raj, no fue él.

Amor Incondicional ✔️ (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora