Esa tarde un chico de cabellos rizados y oscuros miraba la nota adhesiva pegada en el escritorio. Levantaba la mirada de vez en cuando notando la hora de las cinco con cincuenta y tres.
Sus dedos tocaban la mesa repitiendo el movimiento seguido múltiples veces pensando que responder.
Las cinco con cincuenta y tres, faltaban al menos tres horas para que sonará la campana de salida, Yoo Jonghyuk era un chico de pocos amigos, pero no podía negar que se le hacía algo divertido leer y responder notas de un extraño, obviamente al cual no conocía.
Entonces respondió.
"Cómo sea, si haya olvidado el bolígrafo a propósito o por descuido no importa ahora, no se te hace injusto que tú sepas mi nombre y yo no el tuyo?"
Reía ante lo que había escrito por qué según el, era divertido.
Soltó un leve suspiro y pegó la nota nuevamente para dirigir la mirada a la ventana frente a el, se notaba que iba a llover, y no estaba de muy buen humor para mojarse, Yoo Mia lo regañaría si llegara empapado, su hermana era una niña pequeña pero aún así era muy mandoncita.
....
Esa mañana el cielo estaba soleado y los charcos de agua seguían visibles.
Saltaba sobre ellos en su camino al colegio, sosteniendo su portafolio. Kim Dokja iba de un buen humor.
Al mirar la nota en la mesa que el otro chico había dejado la tarde anterior rápidamente dejó su portafolio y se sentó para leerla.
¿Su nombre?, Esta persona estaba preguntando por su nombre, la leve sonrisa confusa aún seguía en su rostro, era la primera vez que alguien le preguntaba por su nombre, por lo regular el siempre tenía que presentarse primero, en todo caso, nadie se interesaría en saber cómo se llamaba.
"¿Mi nombre? Es la primera vez que alguien me pregunta eso, aún así, me llamo Kim Dokja y soy estudiante de preparatoria, bueno creo que eso ya deberías saberlo."
...
Habían tocado el timbre de receso así que salió del aula y se dirigió a la cafetería a paso lento, mientras las miradas siempre se topaban en su presencia, caminaba cabizbajo con su almuerzo en manos dirigiéndose a la mesa de la esquina al fondo. Cómo siempre, comiendo solo.
Abrió la aplicación de lectura de su teléfono y mientras almorzaba iba leyendo.
...
"¿Kim Dokja? ¿Cómo "lector"? Es un nombre extraño, dime por lo menos que eres un buen lector."
La nota estaba escrita en un pedazo de hoja de cuaderno arrancada, Kim Dokja estaba realmente asombrado, normalmente cuando se presentaba ocurría esto:
"Kim Dokja, eres hijo único?"
Y el siempre respondía, "no, es Dokja de Lector, pero bueno aún así si soy hijo único "
Así que realmente le asombró que el chico de la tarde escribiera eso,
"Si, como lector y no te preocupes, le hago caso a mi nombre, me gusta leer mucho, ¿Que te gusta hacer a ti?"
Escribió con una sonrisa mientras entablaba conversación con el individuo que aún desconocía. Miro la nota sin escribir nada más y la dejó a un lado para prestar atención al docente que había entrado al salón.
...
A penas había salido de la escuela y caminaba de regreso a casa tarareando una canción, mientras sus pasos se movían alegremente cuando oyó una voz que le erizo la piel, la reconocía muy bien.
— Pero miren, ¿No es el pequeño perro?, ¿No te vez muy alegre hoy? —
Sus pasos pararon pero aún así no quiso voltear la mirada, sintió una mano grande y gruesa colocarse sobre su hombro.
— Creí haberte dicho que no quería verte más por aquí, ¿Por qué no vas y te cambias de escuela? No quiero verte caminando otra vez por aquí, moviendo la colita como un perrito faldero... —
Kim Dokja no dijo nada pero ya sentía sus ojos aguarse.
—Creo que debo darte otra lección, no eres un perro malo? Si, eres un perro malo... —
No supo ni cuando, pero ahora estaba en el suelo, hecho bolita mientras cerraba los ojos fuertemente.
Los golpes que recibía, los recibía en la espalda.
— ¿ahora que ya no está esa idiota para defenderte ya no te crees valiente verdad? —
Mientras el seguía en la misma posición, todas las cosas de su portafolio fueron esparcidas por el suelo sucio.
— Humnh, lo sabía a fin de cuentas solo eres una perra miserable y miedosa. —
Los pasos se alejaron entonces soltó un poco su agarre, vio las espaldas de aquellos matones y entre ellas notó una que claramente reconoció.
Era él, su primo mayor, su primo mayor también le estaba haciendo esto, pero no le importó, en realidad ya era bastante casual que su familia abusara de el incluso en el instituto.
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El chico de la tarde ha olvidado su bolígrafo.
Ficção AdolescenteKim Dokja era un chico de preparatoria muy curioso. Así que cuando encontró un bolígrafo que no era suyo en la silla en la que siempre se sentaba, obviamente no lo pasó por alto. Pero lo extraño eran en realidad la etiqueta pegada en el bolígrafo co...