La Orden del Leopardo de las Nieves

Capítulo 11

Rumania

Rumania era el lugar perfecto para Tom. Estaba lo suficientemente lejos de Gran Bretaña para estar a salvo por ahora. Las cosas se movían a un ritmo más pausado aquí que en Gran Bretaña. Sería fácil para él encontrar algo de apoyo aquí. Lo que había querido era tener una ventaja con la que persuadirlos a su lado.

El único problema que tenía era que su rostro era demasiado conocido en todas partes del mundo mágico. La gente lo reconoció a la vista. Había recibido la noticia de Meyer de que la ICW había soltado a algunos de sus magos de éxito elegidos para encontrarlo y sacrificarlo cuando se enteraron de que estaba fuera de la Gran Bretaña mágica. Le divertía sobre todo porque la ICW era generalmente pacifista. No habían tomado el camino violento contra nadie desde Grindelwald. Pero entonces Grindelwald era una gran amenaza y un idiota más grande.

Grindelwald había liderado una guerra contra el mundo mágico con un ejército a sus espaldas. Pero carecía de comandantes que fueran tan viciosos como él ni tenía la lealtad eterna de sus seguidores como el propio Voldemort. Cuando se hizo evidente que Albus Dumbledore había entrado en la guerra y lideraba las fuerzas de la ICW, la mayoría de sus aliados lo abandonaron. Todos habían abandonado el barco y Grindelwald se quedó con un puñado de seguidores que no se habían apartado de su lado. Por sí mismo, Voldemort resolvió este problema marcando a sus seguidores de tal manera que si intentaban traicionarlo, morirían rápidamente por su falta de fe.

Voldemort había aprendido la lección de la derrota de Grindelwald. Grindelwald apuntó más alto pero sin asegurarse de tener los medios. Debería haber capturado territorios y países uno por uno en lugar de tratar de capturar el mundo de una vez. Tomando una lección de él, Voldemort había comenzado con un país primero. Avalon tenía una rica historia de magia. Con él de su lado, habría sido invencible. Tenía la magia de Slytherin corriendo por sus venas y conocía algunas de las líneas de sangre más poderosas allí. Tenía muchos vástagos de antiguas familias poderosas entre sus seguidores. Habría preferido a los Longbottom de su lado porque conocía su historia de ser vikingos mágicos. Había reclutado a tantos negros como pudo encontrar porque eran una casa antigua que originalmente provenía del antiguo país de Kemet. Él también quería a Potter, pero James Potter lo había desafiado hasta el final. Voldemort tuvo que apreciar su valor cuando estaba de pie sin varita contra él tratando de salvar a su esposa e hijo. Tal lealtad era lo que apreciaba, pero ¡ay! Nunca se habrían balanceado a su lado.

Cuando llegó a Rumania, lo primero que hizo fue buscar a un viejo señor de la guerra, Ionut Anastase. Ionut Anastase era unos 10 años mayor que Voldemort y había sido él quien le presentó al Maestro Abbadon. Ionut como él era una persona sádica que quería ver el mundo reducirse a cenizas mientras se deleitaba con el sentimiento. Era poderoso y tenía una mente muy astuta. Fue de él que Voldemort tuvo la idea de comenzar por capturar un país. Durante las últimas décadas, Anastase había ganado y perdido su control sobre el país y las regiones circundantes. Sin embargo, a diferencia de Wizarding Britain, la gente aquí no desaprobaba a los que practicaban Dark Magic. Dado que nunca se le pudo culpar a Anastase, vivió una vida aparentemente respetable, mientras mataba a sus enemigos en silencio. Era sobre todo una persona política.

Voldemort no tuvo problemas para encontrar su mansión. Como era una persona muy conocida y vivía muy lujosamente, no vio la necesidad de mantener el secreto. Su mansión era enorme pero no muy impresionante para Voldemort después de haber visto algunas de las más pretenciosas como Malfoy Manor. A Lucius Malfoy le gustaba derrochar su oro y presumir ante todo el mundo. A diferencia de él, la mansión de Ionut tenía la sensación de un hogar bien vivido. Cuando se acercó a la mansión, lanzó algunos hechizos de detección para encontrar la disposición habitual de protecciones de sangre y protecciones de guerra alrededor del lugar. No fue una sorpresa para él. Cualquiera tan influyente estaba destinado a tener enemigos. Y vivir sin ningún tipo de seguridad acortaría mucho la esperanza de vida.