La Orden del Leopardo de las Nieves

Capítulo 34

Ministerio de Magia

Todos los Aurores sanos habían sido convocados. Estaban en sus filas ante el General Longbottom y el Maestro Auror, Alastor (Ojoloco) Moody. El maestro Auror paseaba arriba y abajo por sus filas, comprobando que su armadura y equipo estuvieran en orden mientras el General y la jefa del DMLE, Madame Bones, miraban.

Frank le preguntó a Moody: "Maestro Auror, ¿dónde está el Capitán Auror Sirius Black?"

Alastor dejó de sacudir una mota imaginaria de polvo del uniforme de un Auror para responder: "Señor, el Capitán Black del Auror tiene una licencia de diez días con la Auror Emmeline Vance-Black para su luna de miel. Intentamos comunicarnos con ellos en Irlanda, pero no ha habido respuesta". respuesta."

Frank frunció el ceño, "Supongo que Auror Tonks está ausente por la misma razón y Remus Lupin con ella".

Moody asintió sombríamente, "Sí, señor".

Frank negó con la cabeza y exclamó: "¡Por la barba de Merlín! ¡No podemos posponer el ataque! Ese gatillo ya se ha apretado. Necesitamos a Sirius. Él es el único al que Lord Peverell escuchará. Y necesitamos a Lupin para liderar a los hombres lobo". Hizo una pausa para resoplar, "Bien. Termina de revisar las tropas. Enviaré a mi elfo a buscarlos. Solo espero que puedan unirse a nosotros antes de que sea demasiado tarde para que puedan hacer algo bueno".

Después de otros diez minutos, todos los Aurores habían sido inspeccionados y contabilizados. Estaban firmes, cada parte del equipo en su lugar apropiado, cada ojo mirando hacia el frente. En ese momento, Alastor casi se sintió abrumado por un profundo sentimiento de orgullo por estos guerreros, cualquiera de los cuales estaría agradecido de reclamar como su propio hijo o hija. Empezó a dirigirse a ellos, "¡Bien entonces! Solo mírense".

Hizo una pausa mientras los Aurores se miraban a sí mismos, "Hace menos de un año, la mayoría de ustedes apenas distinguían un extremo de su varita del otro cuando se trataba de batirse en duelo. Eran débiles, lentos y podría agregar, no demasiado brillantes, pero te acogimos de todos modos". Hubo algunas quejas por el último comentario: "¡Pero no más! Aquí, ahora, ustedes son los agentes de la ley mejor entrenados del planeta. Hoy es el día para el que hemos estado entrenando. Hoy cruzamos las varitas contra aquellos que se llaman a sí mismos muerte". comedores. Hoy luchamos por aquellos que tienen fe en nosotros. Hoy es el día en que levantamos la cabeza y desafiamos a aquellos que amenazan nuestra libertad, nuestra cultura y nuestra forma de vida. Hoy luchamos por la Gran Bretaña Mágica y por nuestro futuro. hijo de squib con delirios de grandeza y su banda de psicópatas está tratando de deshacer lo que hemos logrado a través de los siglos. Los vamos a detener. Hoy demostraremos que no hay fuerza ni poder que pueda amenazarnos y esperar vivir. No cometer errores. Esta es una guerra de sangre. No habrá prisioneros. Tus órdenes son aniquilar al enemigo, nada menos".

Ante esto, hizo una breve pausa y luego dijo: "Una cosa más... Vuelve con vida. No habrá premios póstumos de la Orden de Merlín. No condecoramos a las personas por ser estúpidos. ¿¡Entendido!?" Golpeó el suelo pulido con el talón de su bastón para dar énfasis.

Miró con aprobación las feroces expresiones en los rostros de sus Aurores. El primero levantó su varita para arrojar chispas al final. Luego, algunos más se unieron, luego otro y otro hasta que todos tenían sus varitas disparando chispas mientras se cuadraban, saludando a su maestro y líder. Este fue el hombre que los inspiró a ser lo mejor que podían ser. En su corazón, Alastor esperaba que eso fuera lo suficientemente bueno.

Cuando Frank comenzó a hablar, todos empaparon sus varitas y escucharon: "Seguirán a sus capitanes y harán lo que les ordenen. Recuerden, nos batimos en duelo para matar. No tomen prisioneros. Lord Peverell liderará la batalla. Sus órdenes tendrán tanto peso como mis palabras. Hemos hecho arreglos especiales para el transporte hasta el lugar de la batalla de hoy. Proseguirán en compañías a través del punto de partida. espacio para los que vendrán después de ti. ¡Ahora muévete! ¡Despedido!"