Golden

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Taeyong aparecería en la portada de la V magazine de Estados Unidos en unos meses. La sesión de fotos se llevaría cabo esa tarde y se le permitió llevar a su propio equipo para encargarse de todo. Eso incluía obviamente a Jaehyun también, porque nunca iba a ningún lado sin él.

Jaehyun se sentia agotado, había pasado toda la noche tratando de resolver un problema de matemáticas y no fue hasta las dos de la madrugada que consiguió terminar la maldita cosa, agregando a eso el hecho de que no comió nada para la cena.

Era inteligente, pero a veces Johnny se lo creía demasiado, poniéndole a hacer cosas que estaba seguro el hombre no había visto hasta la universidad.

Como sea, el punto era que estaba tratando de mantenerse despierto en lo que Taeyong terminaba su trabajo del día.

Yuta estaba concentrado difuminando la sombra en los parpados de Taeyong con una mueca chistosa. O al menos eso veía Jaehyun reflejado en el espejo, sentado justo detrás de ellos.

-¡Taeyong no te muevas!

-Perdón es que con tu cara no puedo.

-Estúpido.

La familiaridad con la que los dos se trataban era igual a la de dos mejores amigos de toda la vida. Jaehyun sintió una punzada de celos, obviamente, porque su hermano solo era así con él... Obviamente.

No supo cuando, pero su cerebro se rindió, le dijo "adios" y simplemente callo dormido.

Todo se volvió negro silencio, hasta que sintió algo toquetear su hombro y una voz grabe murmurando.

-Jae... Jae...

Gruñó, su siesta interrumpida, Abrió los ojos con pesar, encontrando a un pelinegro a su lado tratando de despertarle.

Lo primero que capto es que no había nadie más en la habitación.

-¿En donde están todos?

-Fueron a ver a Taeyong ser fotografiado. No quiso despertarte y me pidió que me quedara contigo- explicó despacio- ya es la hora del almuerzo ¿quieres que pida algo para ti?

-No, no tengo hambre.

-Tu hermano me dejó muy en claro que quería que comieras.

-Entonces no le digas que no lo hice.

-...

Jaehyun se estiró en el asiento y revisó la hora en su celular. Solo había pasado una hora, probablemente Taeyong no estaría cerca de acabar la sesión.

-¿Por qué no quieres comer?

No se sentía con ganas de explicar, pero la pregunta de Yuta sonaba gentil, como si no fuera a juzgarlo. Se sintió en confianza.

-Hago dieta.

-¿Estás de broma?

-No.

-Pero, ¿Por qué?

-Hay cosas que quiero cambiar -dijo simplemente.

Fue demasiado chocante para el mayor. En la cabeza de Yuta no entraba que un chico tan apuesto tuviera ese tipo de inseguridad, no después de lo que vio aquel dia en los camerinos, además, en algún momento creyó escuchar a una de las encargadas de vestuario decir que Jaehyun hacia ejercicio diario.

-¿Quieres que te diga mi opinión?

Jaehyun no quería escuchar la opinión de nadie, pero oir la de Yuta no le pareció tan angustiante como según él, normalmente se siente.

Asintió cruzándose de brazos y mirando en otra dirección, así si había criticas las balas volarian a su costado y no en su pecho.

-Mi trabajo se basa en resaltar las caracteristicas más bellas de las personas -dijo gentilmente- yo creo que tú solo debes aprovechar las tuyas.

Yuta no iba a darle a Jaehyun un monólogo barato, le daría algo útil, algo real.

Sin esperar a que Jaehyun respondiera se levantó de un saltó y corrió por algunas cosas en la mesa del tocador.
Volvió con una brocha y una sombra de color oscuro.

-Déjame ayudarte.

Sin permiso se arremangó el suéter y acercó las llenas de sus dedos a su cara, tanteando la esquina de sus ojos y sus pómulos

Jaehyun se quedó de piedra sintiendo como las ágiles manos de Yuta tocaban su rostro. Un segundo después Yuta sacaba el exceso de producto de la brocha y la pasaba suavemente por sus párpados.

Tenía a Yuta a centímetros de distancia de su rostro. El ceño fruncido por la concentración y la mueca de su labio, todo lo tenía en vivo y en primer plano. El latido de su corazón se aceleró como cuando terminaba de correr.

-Solo un poco acá...

Tan rápido como se acercó se alejó. Le agarró del mentón para comprobar que el resultado fuera impecable. Esos grandes ojos parecían brillar como estrellas, definidos y profundos.

-Ven- lo cogió de la mano y de un jalón lo posicionó frente al espejo. Jaehyun tenia miedo de despegar su mirada de la sonrisa de Yuta

-Mirate a ti mismo- ordenó, y Jaehyun le hizo caso.

Siendo honestos, el maquillaje hace milagros, pero si utilizas las palabras de Yuta, donde solo se trata de mejorar cosas que ya estaban, entonces Jaehyun nunca fue consiente de lo bonitos que eran sus ojos hasta ese momento.

Se quedo estupefacto viendo su reflejo, parpadeando mil veces sin poder creerselo.

-Te ves muy bien, desde que te vi por primera vez quise hacer esto.

-Es impresionante.

-Tu eres impresionante, ya quisiera tener unos ojos tan hermosos.

En su pecho se situó un hormigueo placentero. Su madre fue la única que alabó su apariencia, y eso había ocurrido cuando todavia era un niño, Taeyong lo hizo una que otra vez, pero ningún cumplido memorable como lo estaba siendo aquel detalle. Sintió algo renacer dentro de él.

Aunque en su mente todo seguía siendo obra de las habilidades del maquillista.

-¡Debemos mostrárselo a Taeyong!- gritó Yuta emocionado dirigiéndolos al estudio de fotografía.

Su hermano quedó fascinado con la apariencia de sus ojos, al igual que todo el staff. Incluso BamBam le lanzó uno que otro piropo en broma.

Toda esa atención lo abrumó, pero Yuta nunca se separó de su lado. Normalmente no le gustaba que lo protegieran, estaba un poco cansado de tener a Taeyong siempre encima de él, pero no le molestó que Yuta fuera su apoyo. Estaba empezando a sospechar que todo lo que Yuta hiciera estaría bien para él.

Adore youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora