The rape (vegaspete)

Final 2/2

Pete asintió sin decir nada, se dejó llevar por los hombres, las armas bajas ahora, mientras el hombre castaño hablaba de prisa dando instrucciones. Miro los cuartos y pasillos que atravesaban con algo de ansiedad, aun si quería ver al castaño sabía que hacerlo ahora no sería bueno, solo le haría saber que estaría arrestado o, peor aún, herido.

Después de eso todo se volvió difuso para él. Fue llevado hasta unas oficinas, allí le explicaron que uno de los hombres de V lo había delatado, llamo a la policía local y les dio toda la información. V no había estado en el lugar al ir, pero se hacían una idea de que ese sitio era un sitio donde tenía a su rehén encerrado. Pete supo que eso era lo que el castaño les hizo creer, estaba seguro de que él estaba al tanto de esa llamada y que los hombres encontrados solo eran parte del plan. Los había hecho pasar por cómplices involuntarios, quienes fueron obligados a eso.

Ahora él sabía que estaba en Rusia, no tenía idea de cómo había llegado hasta allí pero...era su lugar ahora. El proceso burocrático para enviarlo de regreso a casa fue extenso y tuvo que lidiar con varios interrogatorios, algunos de Rusia, otros de su país e incluso de China. Todos parecían buscar al castaño, todos sabían de sus delitos y esperaban que él supiera algo. Pete agradeció que pudiese mantener el anillo en su dedo pulgar, fue la única forma de que no lo revisaran. Todo lo que confeso fue ser secuestrado y pasar más tiempo drogado y dormido que despierto. Recién luego de una semana puso pisar su suelo de nuevo, se sentía agotado, como si hubiese pasado una vida. Su corazón dolía y su cuerpo extrañaba el contrario ¿Qué debía hacer ahora? Estaba tan perdido como cansado. Él sabía que no podía solo ir a su viejo departamento y volver a su vida como agente, fue por eso que agradeció el tiempo de descanso fuera del trabajo que le otorgaron. Eso no lo salvo de nuevos y molestos interrogatorios, pero cuando acabaron y estuvo en su piso de nuevo, él ya no sabía que pensar.

Durante la primer semana apenas se levantó de la cama, se mantuvo enredado en sus sabanas viendo el anillo sin decir nada. Tuvo que destruir la nota, se deshizo de ella en el baño de la agencia cuando llego al lugar, agradeció que –siendo visto como víctima- quisieran ayudarlo y hacerlo sentir cómodo. Había insistido en mantener la ropa con la que lo encontraron, por lo que se mantuvo usando esta durante todo el tiempo.

La segunda semana comió más, se levantó de la cama dando vueltas por su piso y volvió a bañarse. Había tenido la estúpida idea de que podría mantener la esencia y aroma del castaño con él, pero eso no funcionaba. Su pecho dolía al igual que su cabeza, había sentido una falsa mascara deslizarse en él, como si la calma y falsa tranquilidad que sentía no fuese real. Todo en su mente era un lio, él solo podía pensar en el castaño, sentirse resentido por su decisión y molesto por haberle dado algo tan bueno y luego solo abandonarlo.

Promesas vacías.

La tercer semana se decidió, si no podía tener a Vegas en su vida al menos podía cambiar la propia. Ya no se sentía cómodo con su trabajo y vida en general y no creía tener el derecho de ser un hombre de ley cuando había pasado por tanto que se negaba a contar. Tomo el coraje para ir a la sede del y dar el siguiente paso.

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-agente Phongsakorn - Dijo su superior poniéndose de pié al verlo entrar en su oficina, la mueca de sorpresa bien camuflada- pase por favor.

-gracias señor - Entro cerrando tras él y se acercó hasta el escritorio, ante la seña del hombre mayor se sentó- espero no estar interrumpiéndolo.

-no, para nada, solo...me sorprende verlo tan pronto. Sabe que su licencia es de al menos dos meses y puede extenderla incluso más. Queremos que se recupere de aquella traumática experiencia.