La legendaria sailor moon

CAPITULO 1. Sentimientos

Han pasado seis meses después de la batalla con Galaxia.

Star Fighter estaba sentada en un hermoso jardín donde abundaban toda clase de flores, suspiró al recordar los momentos que vivió en la tierra al lado de esa chica, de la cual era casi imposible olvidarse, había dejado una gran impresión en su corazón.

-Si tan sólo pudiera ser Seiya Kou de nuevo, si pudiera ir de nuevo a la tierra y verla

Estaba tan sumergida en sus pensamientos que no se dio cuenta de que alguien se había acercado a ella

-Fighter ¿por qué estás tan pensativa, te sucede algo?

Fighter al principio se sorprendió al verla, pero luego se le quedó mirando un buen rato, su princesa era tan hermosa, que con sólo verla le brindaba una calidez extraordinaria y una paz casi infinita.

-¡Princesa!, no, no pasa nada

-Te conozco muy bien y sé que algo te sucede, vamos cuéntame-la princesa Kakiuu se sentó al lado de ella.

Fighter comprende que no puede ocultarle nada a su princesa, por lo que le dice lo que siente.

-mmm.... ya veo, ¿así que estarías dispuesta a volver a la tierra y ser Seiya Kou de nuevo sólo para verla?, eso lo podemos arreglar.

-No Princesa, jamás me atrevería a pedirle eso

La princesa Kakiuu le sonríe -te aconsejo que luches por lo que sientes, es mejor afrontarlo y decirle a esa persona lo que te hace sentir

-Pero princesa no quisiera dejarla, usted sabe, la misión que tenemos como sailors

-No, Fighter, para mí, la principal misión que les doy es ser felices, yo no soportaría seguir viéndote así.

La princesa se levantó y le habló a uno de los guardias, le pidió que mandara llamar a Maker y Healer, quienes de inmediato se presentaron ante ella, viendo con un poco de intriga a Fighter.

-Díganos princesa.

-Les informo que Fighter se irá un tiempo a la tierra y quisiera que ustedes dos la acompañaran, por supuesto como Taiki y Yaten.

-Pero ¿por qué Fighter?, ¿acaso no quieres estar más aquí? -dijo Healer molesta

-Bueno yo...

- Tanto Fighter como ustedes se esforzaron mucho en la pelea con Galaxia y no han descansado reconstruyendo nuestro planeta, por eso he decidido que vayan a la tierra y disfruten su estancia allá -dijo la princesa tratando de calmar así a Healer.

-Pero... ¿y si un enemigo ataca este planeta?

-Maker no tienen de que preocuparse, estoy protegida por las demás Sailors y si llegaran a hacer falta las llamaría inmediatamente, aunque más bien estoy segura de que ustedes sentirían el peligro y no dudo que regresarían, así que no se hable más y vayan a la tierra, visiten a sus amigas, y prométanme que se divertirán.

Todas asintieron, pues no les venía nada mal el tomarse unas pequeñas vacaciones.

Por otro lado en la tierra, Usagi Tsukino se encontraba acostada en su cama, viendo la fotografía que se había tomado con Mamoru, en eso sonó el teléfono y se apresuró a contestar, sabía que era él, siempre la llamaba a esa hora.

-Si, bueno... MAMO-CHANNNNN -a pesar de que sabía que era él, su corazón latía con más fuerza cada vez que escuchaba su voz -¿Cómo está todo allá? ¿Te encuentras bien? ¿Has comido bien? ¿Cómo te va en los estudios?

-Usako calma, todo está bien acá -Usagi casi siempre le hacía las mismas preguntas, por lo que ya estaba acostumbrado -me encuentro bien, de hecho hablé para darte una excelente noticia.

-¿Cuál es?... dime Mamo-chan -Usagi jugaba con sus pies, tumbada en la cama como niña pequeña

-Bueno pues he arreglado todo para seguir estudiando desde Tokio, sólo tendré que venir una o dos veces.

-¿En verdad? -los ojos de Usagi se humedecieron, no cabía de felicidad, empezaron a rodar por sus mejillas las lágrimas -no puedo creerlo, entonces pronto estarás acá, Mamo-chan, te he extrañado mucho.

-Yo también Usako, creí que todo iba a ser fácil, pero la verdad te necesito, te extraño demasiado.

-Mamo-chan... -Escuchar esas palabras de su amado la hacía sentir especial, por lo que Usagi no podía controlar su llanto de felicidad

Después de que Mamoru la calmara, se pusieron a hablar de otras cosas, de como le iba en la escuela a Usagi, como estaban las chicas, y cosas triviales, luego cuando Mamoru terminó de hablar con ella se dispuso a hacer su maleta, en eso tocaron su timbre, y al abrir la puerta era una chica de cabello rojizo y ojos color verde.

-Tania ¿qué haces aquí? -era una compañera de estudios, la acaba de ver en la universidad por eso se le hizo raro que fuera a verlo -¿pasa algo?

-No, sólo que me enteré de que regresas a Tokio, ¿por qué Mamoru? ¿Acaso no te hemos tratado bien? -Tania se acercó más a él

-No, no es eso, -se alejó un poco de ella -lo que pasa es que tengo otros asuntos que atender allá y además allá está la persona más importante para mí.

-¿Te refieres a tu novia? -en la mirada de Tania se notaban los celos.

-No, la verdad es que no es mi novia

-¡Ah! yo pensé... -se dibujó una sonrisa en el rostro de Tania, pero en seguida Mamoru agregó...

-Ella es mi prometida -el decirlo provocó un sonrojo en las mejillas de Mamoru, y su corazón latió muy rápido, pues pensaba que muy pronto estarían juntos y que nada ni nadie opacaría ese amor.

-¿Pero la amas tanto que no puedes esperar a terminar los estudios? -lo dijo con mucho enojo

-Si, la amo más que a nada en la vida y los estudios los voy a terminar desde allá -Mamoru empezó a empacar, no quería ser grosero, pero no quería darle más explicaciones.

La chica empezó a llorar y Mamoru al verla se acerca angustiado.

-Pero ¿Qué te pasa? ¿Por qué lloras así? ¿Dije algo malo?

-No, simplemente me duele el darme cuenta de que el chico que amo, no me corresponde, sin embargo ama de una forma muy especial a otra persona.

Mamoru se sorprende, no esperaba que Tania le confesara su amor por él, ya que no había dado motivo a que eso pasara.

-Lo siento mucho Tania, no pensé que tú...

Tania no le dio tiempo de pensar a Mamoru y puso sus manos sobre su cuello -te amo y perdóname pero no puedo renunciar a ti -se acerca a él y está a punto de besarlo.

Continuará...

Espero les haya gustado, para el siguiente capítulo, sólo etiquetaré a quien me lo pida en este mensaje. Mañana publico el capítulo 2. Gracias por leerlo.