•Capítulo 5•

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Me levanto con cuidado del sofá para tomar la taza que deje apoyada sobre la mesita ratona del salon

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Me levanto con cuidado del sofá para tomar la taza que deje apoyada sobre la mesita ratona del salon. Esta muy fuerte pero me viene bien por lo poco que he estado durmiendo desde que desperté en el hospital me cuesta conciliar el sueño. Las pesadillas sobre Dimitri y sobre Yakiv me atormentan constantemente.

Hoy se supone que comienzo las clases aunque sinceramente no deseo ir. Me gustaría quedarme en casa por una semana más. Temo llegar a la escuela y que todos me odien por lo que sucedió con Yakiv, por lo que le hice a mi hermana y por ser como soy....homosexual. Por otro lado, tampoco quiero seguir aquí encerrado en casa, en cierta manera me molesta, no poder ver a mis amigas o a Alex o a Danielle. 

-Danielle...-Repito ese nombre y me genera cierta culpa en el pecho.

No le he escrito desde el día del accidente y tampoco lo llame para contarle que me encuentro bien pero el tampoco lo hizo. Supongo que de alguna manera el se entero sobre lo que sucedió con Yakiv y no quiere saber más nada de mi.-Me lo merezco de todas formas.-Me digo. Se que lo lastime porque no le fui sincero al igual que con Dominica, aunque con ella es diferente porque me ocultó lo de mi padre durante años, pero con respecto a Danielle se que fui una basura. El no se merecía que le ocultara lo de Yakiv, que le dijera que solo lo queria a el cuando no era del todo cierto, debía haberle sido sincero a el minimamente. Supongo que me entendería de alguna manera. 

Colocó la tasa en el fregadero una vez terminó su contenido y me colocó el saco de vestir del uniforme para ir al infierno una vez más. Mi madre no puede acompañarme pero yo creo que ella debe estar algo molesta conmigo por lo que le hice a Dominica.-Aunque no debería porque ella me mintió toda mi infancia acerca de mi padre.-Me justifico. 

Me coloco la bolsa al hombro y salgo a la calle luego de haber estado encerrado una semana solo con mis libros y Sasha Sloan.  

Siento una pequeña presión sobre el pecho cuando veo a un grupo de chicos cerca de mi. El miedo me invade cada vez que me acerco aún más a la escuela y las miradas comienzan a dirigirse hacia mi. 

Comprendo el porqué de estas miradas de rechazo, de enojo o simplemente de curiosidad por volver a verme luego de que la mayoría cree que había muerto. No permito que las miradas me intimidan pero si permito de cierta forma que el miedo de cruzarme a Dimitri o a uno de sus amigos me haga estar alerta desde que salí de mi casa. Dudo que me hagan algún tipo de daño pero uno nunca sabe, yo no sabia que se enteraran de lo sucedido con Yakiv. Esa pregunta del: ¿Cómo se enteraron? me persigue desde que salí del hospital. Yo me había asegurado de ser muy cuidadoso porque Yakiv asi lo queria y no puedo recordar en qué momento alguien pudo habernos visto. 

Camino por el campus hacia la entrada del edificio principal. Gracias a mis audífonos no puedo escuchar si alguien me dice algo o hace algún comentario despectivo sobre mí. Tampoco me importa si lo hacen, yo se perfectamente que no tengo la culpa de lo que sucedió con respecto a Dimitri. 

Lágrimas saladasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora