FABULAS PONI 4: ARIEL.

PROLOGO.

El mar, es el terreno más amplio y peligroso del mundo. Hay más mar que tierra en el mundo, por lo que todavía no conocemos el mundo entero. Aquellos animales que suelen adentrarse tan profundo en el mar nunca vuelven a emerger.

Tanto en la tierra como en el mar, hay criaturas tan peligrosas y tan grandes, que son inimaginables. Y también, como en la tierra, en las aguas hay seres vivos conscientes de sus alrededores, inteligentes. Estos seres inteligentes, eran principalmente las sirenas: ponis marinos. Los ponis marinos eran prácticamente ponis pero con branquias en su cuello y en vez de sus patas inferiores tenían una cola parecida a la de un pez. Y las féminas de esta raza, eran hermosamente hipnóticas. Se decía que ellas a veces arrastraban a muchos marineros, piratas o incautos en el mar.

Los piratas eran bandidos. Unos animales desgraciados, los cuales no se preocupaban por nadie que no fueran ellos mismos.

En este caso, el pirata del cual les voy a hablar se llamaba: Eric, un poni terrestre que llevaba un parche rojo en su ojo derecho. Este poni era: de pelaje blanco, de ojo castaño oscuro, y melena y cola de tono oscuro. También llevaba puesto pantalones de cuero y camisa de fina tela blanca, y encima de esta prenda tenia una armadura: cota de escamas de dragón rojo.

Eric, tenia su tripulación muy, muy peculiar. Todos sus miembros eran ponis pegasos, sin alas. El capitán (Eric) se las había arrancado, y ahora adornaban sus aposentos personales en su propio navío.

En aquel momento, Eric estaba navegando con su tribulación hacia el horizonte, en busca de algún tesoro para sus tripulantes.

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En el fondo del mar, había un gran palacio desde el cual herejía un dios, un rey. El dios del agua, le llamaban los mortales. Otros le llegaban a llamar por un nombre: Poseidón (aunque ni siquiera sabían si ese era su verdadero nombre), el dios del agua. Actualmente nadie entendía como un dios se puso en el poder del elemento con más terreno en el mundo. Poseidón tenia una forma física de un: leviatán de gran tamaño. Con una barba de color plateado, y ojos azules. Además, cargaba consigo un collar con una sola perla. Y el logro la transformación física a través de las realidades del tiempo y del espacio, todo gracias a que él es uno de esos pocos dioses compatibles con la magia de este mundo. De no ser así, ya no solo nunca podrías tomar forma física, sino que también los cuerpos mortales no soportan por mucho el peso, el poder de su presencia.

En ese momento el rey estaba hablando con sus 9 hijas. Él les estaba explicando, por quinta decima vez más, que, si se llegaban a acercarse a una nave voladora, solo arrastraban a sus pájaros al fondo y ya, no más.

Y sus hijas, como siempre. Le repetían: si padre.

También, Poseidón noto algo. Otra vez, su hija numero 10: Ariel, no estaba presente. De nuevo, se había saltado las charlas familiares, como a Poseidón le gustaba decirle a los momentos de sus hijas. Y odiaba que alguna de sus hijas faltase a esas reuniones tan especiales que eran para él.

En ese momento, sus nueve hijas subieron a los cielos (como ellos le llamaban a la superficie del mar) para arrastrar nuevos cadáveres.

Mientras tanto, Poseidón, fue a buscar a su hija, Ariel.