EPILOGO.

6 0 0
                                    

Ariel estaba ahogándose, pero a su vez, estaba frente al cielo dentro del fondo del mar. Ya no tenia branquias, ya no tenia ni siquiera su aleta… debido a esto, fue sumamente difícil moverse en el mar con dos extremidades inferiores en vez de una. El agua estaba entrando dentro de su cuerpo, lo podía sentir. Podía sentir perfectamente como se ahogaba. Por años solo había visto a los marineros (piratas) que se comía, el como morían ahogados, pero jamás pensó estar en esa situación. Sin embargo, eso no era lo peor para ella. Indudablemente lo peor en aquel momento, era el dolor que sentía en sus patas inferiores. Ariel, ya no era una hipocampo (sirena), ahora era solamente una: poni terrestre. Una poni terrestre que se estaba ahogando ya que, irónicamente, ella no sabia nadar de la forma normal, ya que jamás tuvo que hacerlo pues, tanto ella como el resto de los de su especie solamente avanzaban por el mar (andaban).

Pero ahora, a punto de morir, fue capturada con una red de pesca. Y cuando apenas salió lo primero que salió de su boca fue un grito incesante de dolor puro, debido al dolor que sentía en sus patas inferiores las lagrimas brotaron de sus ojos. Para ella esa hubiera sido una extraña sensación debido a que jamás sintió sus lagrimas sobre su rostro gracias a que antes siempre estuvo en el fondo del agua, pero ahora estaba en la superficie. Y el sol secaba su cuerpo muy rápido, además de que inhalaba y exhalaba después de cada grito agónico que pronunciaba.

Ella había sido rescatada por un barco pirata, pero no era cualquiera barco pirata. Coincidentemente, era el barco pirata de su amado Eric, cuyo navío se llamaba: La Agonía. Rápidamente Ariel fue tirada al suelo del barco como simple pesca, pero todos se sorprendieron al ver que la red no solo había tirados unas cuantas algas y peses, si no también una extremadamente hermosa poni terrestre, joven y desnuda. Pelaje claro, ojos azules profundos como el mar, además de una melena rojiza.

Todos los tripulantes estaban sorprendidos por la belleza de aquella joven, sin embargo, lo que les extrañaba era que aquella poni no dejaba de gritar como si le estuvieran torturando. Muchos fueron los ponis (que eran pegasos sin sus alas) fueron los que quisieron ayudarla, tomándola en brazos y tratando de hablarle. Ella no se calmo hasta que, retorciéndose de dolor, miro la vela del barco reconociéndola.

<estoy, estoy aquí> se dijo mentalmente, <no lo puedo creer>. Ariel se calmo un poco, y entre dientes soportando los gritos de dolor dijo: ¡el, el, el, el…! ¡el capitán, esta aquí!.

Un poni le pregunto: ¿el capitán Eric?.

—¡SI! —exclamo la princesa ahora mortal.

Entonces los ponis le explicaron a ella que estaba en su camarote con unas cuantas féminas.

Ariel ni siquiera se preguntó que estaría haciendo con féminas a solas en su camarote privado, no, lo único que ella quería era verlo. Lo único que ella quería era demostrarle que lo había logrado, había superado toda magia o naturaleza por su amor… así que intento levantarse sobre sus cuatro patas, pero el dolor en sus patas inferiores era tal que, no pudo mantenerse en pata, así que volvió a caer pero aun a si ella se arrastro hasta donde su amado, ni siquiera entro a la habitación, solo miro a través de una pequeña ventanilla de la puerta que daba al interior, y vio como su amado besaba en los labios y acariciaba a unas ponis.

En ese momento, ella retrocedió unos pasos para dar entrada a un grito licuado con llanto de tristeza. Ese grito fue tan fuerte que incluso un poni de la tripulación se desespero y intento acabar con aquel grito de un balazo, pero se detuvo porque en aquel instante su capitán salió de su camarote.

Eric había salido de su camarote, solo para ver todo aquel alboroto. Ahí vio a Ariel, la reconoció de inmediato pero, ni siquiera el podía fingir la sorpresa de su rostro al ver la nueva forma que ahora tenia. Entonces el capitán entendió que Ariel lo había visto con las ponis féminas acompañantes a atreves de la ventanilla de la puerta, y era debido a eso que estaba con ese alboroto. De todas maneras, el imagino que como ahora no era una hipocampo no tenia ningún  control sobre el mar, por lo que ya no tenia ningún tipo de magia (además de que tenia la forma de una poni terrestre) consigo.

—lo lamentamos, Capitán —dijo un poni—. Nosotros creímos que esta poni iba hacerle buena compañía.

—créeme, ese era su deseo.

En ese momento, como si no fuese nada, con una espada brazalete que clavo a una de las patas de Ariel, arrastraría hasta la orilla del barco para poder lanzarla y que muriese ahogada, pero, cuando la estaba levantando, ella tomo fuerzas o coraje y usando su dolor como fuerza abrazo la cabeza de Eric, y fue en se momento que se abalanzo al agua. Y ya dentro del mar, Ariel forcejeo y lucho contra con Eric, pero ella tenia mas furia que el capitán, logrando arrastrarlo hasta el fondo del mar, matándolo por ahogamiento.

Evidentemente los tripulantes del capitán intentaron salvarlo, pero apenas se adentraron los cocodrilos y tiburones los mataban a mordiscos para luego comerlos. Estas bestias marinas fueron atraídos por la sangre de la herida de la pata de Ariel. El resto de la tripulación de Eric no se atrevió a entrar al agua, pero aun así, no soportaron el miedo de no haber salvado a su capitán, recordando como les quitaban sus alas, por lo que se acabaron ellos mismos, llenando de horror a las ponis féminas en aquel barco en medio del bar, a la deriva.

✠✠✠

En el fondo del mar, Poseidón estaba en los Mercados Mojados, los cuales el rey del mar había arrasado por completo. El había llegado a ese lugar, porque olio la sangre de su hija: Evadne, sin embargo apenas y encontró su cadáver, si es que a lo que quedaba del cuerpo de Evadne se le podía llamar Cadáver, ya que estaba completamente desfigurada.

El rey Poseidón lloro lo que pudo, ya que no tuvo mucho tiempo para hacerlo ya que a su olfato y el resto de sus sentidos llego la sangre de su hija Ariel. Entonces lo primero que hizo fue reunir al resto de sus hijas para protegerlas el mismo, y así, con su familia y ya no solo con su ejercito si no con todo su pueblo fue hasta donde yacía el cuerpo ahora inerte y murto de la princesa Ariel. Apenas y la vio, Poseidón monto en colera, una colera de un dios y, siguió el olor del otro cuerpo de terrestre que estaba abrazando su hija el cual lo llevo en especifico hasta un barco que estaba sobre ellos. Y con su poder y gran tamaño, intento destruir y hundir ese barco (como tanto otros) pero, para su sorpresa, aquel navío saco de su frente un rostro bestial, de colmillos de madera. Aquel navío olía a magia, magia oscura y tétrica, magia maldita. Ese barco: el Agonía, le dio una verdadera batalla de fuerza a Poseidón, pero, aquel barco solo era madera, viva, pero madera al fin y al cabo, mientras que Poseidón era un dios…

El rey no solo destruyo el barco. Si no que tenia tanta furia en su corazón, que hundió todas las islas de aquellas regiones, ahogando a todos los animales incautos que se encontraban en aquellos lugares. Y así, dio inicio su guerra contra lo seco, contra la superficie, contra todo lo que respirara aire…

FABULAS PONI 4: ARIEL.  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora