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Algunos años después...

Recientemente, Reese se ha sentido cansado, de verdad cansado. La fatiga que Reese siente parece querer sofocarlo, la sensación no es del tipo físico sino más bien mental. Sí, su mente se siente como un puto caos: demasiadas emociones y pensamientos zumbando al mismo tiempo en su cerebro y él no sabe qué hacer. Siente como si estuviera aprisionado y honestamente, parece que este sentimiento solamente empeora.

Cuando él era un niño, solía pensar que ser un adolescente sería genial, pero no lo es. Cuando finalmente creció para convertirse en un adolescente pensó que sería igual de popular que su hermano mayor, pero no tuvo la misma suerte con las chicas como Francis la tuvo. Eso no lo molesta realmente, ¿quién necesita relaciones efímeras con chicas cuando tienes a tu alma gemela?... pues parece que tampoco tuvo suerte con su alma gemela. Él puede ver los colores desde... ¡desde siempre! Y aún no conoce a su alma gemela. Reese sabe que es alguien cercano a él, tal vez de la escuela o alguien del vecindario, así que, ¿por qué su alma no se ha aproximado a hablarle? No puede evitar pensar que tal vez su alma gemela ya lo ha rechazado.

—Oye, la cena ya está lista, mamá ha estado llamándote por cinco minutos —Malcolm apareció por la puerta, mostrando la mitad de su cuerpo.

Malcolm interrumpió el flujo de pensamientos de Reese. El mayor, quien estaba acostado en su cama, se levantó y salió del cuarto, pasando al lado de su hermano menor. Malcolm siguió a Reese hasta el comedor

Una vez que todos estuvieron sentados en la mesa, Lois le preguntó a Malcolm sobre la escuela mientras ella servía comida en los platos de todos. Malcolm hizo una mueca.

—Todo bien, mamá —Respondió Malcolm tratando de disimular su molestia.

Lois estaba presionando a Malcolm para que obtuviera las mejores calificaciones, estaba a punto de graduarse y cuando menos se diera cuenta tendría que aplicar exámenes para la universidad. Afortunadamente, Dewey comenzó a hablar sobre la sorprendente pelea que ocurrió en la escuela, distrayendo a su madre de hacer más preguntas. Reese observó como su hermano soltó un suspiro, Malcom notó la mirada de Reese y lo miró de vuelta.

—¿Qué?

—Nada —dijo Reese desinteresadamente, pero de repente se sintió nervioso. Cundo Malcolm comenzó a comer, observó las pestañas de Malcolm. Si veías desde lejos, parecían ser negras, pero estando así de cerca de su hermano, podía ver que eran de un castaño claro. Tal vez era la luz de la cocina o sólo era una idea suya, pero las pestañas de Malcolm parecían brillar, haciendo destacar sus bonitos ojos azules.

"Mierda" pensó Reese y alejó su mirada.

Después de comer, Reese junto con Dewey veían televisión mientras Malcolm se había ido a hacer quién sabe qué, después de un rato finalmente se fueron a dormir. Malcolm estaba en el baño cepillando sus dientes, Dewey estaba sentado en su cama acomodando su almohada y Reese ya estaba acostado en la suya, cómodamente arropado y con los brazos detrás de la cabeza.

—Chicos —dijo Dewey—Si pudiéramos ver colores ¿nos lo tenemos que decir o se sentirían mal si nunca se los digo?

Reese arqueó una ceja, volteó totalmente su cuerpo, se apoyó en sus antebrazos y acomodó su almohada debajo de su pecho, así podía ver a Dewey mejor.

—¿Qué dices? —dijo Malcolm saliendo del baño, con su cepillo en mano y pasta en la comisura de los labios.

Reese observó a Malcolm, su cabello estaba húmedo y caía libremente sobre su frente gracias al baño que había tomado con anterioridad, le gustaba ver el cabello de su hermano así, lo hacía ver más relajado y atractivo... Al percatarse de sus propios sentimientos Reese cerró los ojos tratando de calmarse, regañándose mentalmente por seguir pensando así sobre su hermano menor ¿Qué demonios le sucedía?

UNDERGROUND | WILKERCEST ONESHOTSWhere stories live. Discover now