Prólogo

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Llevaba un buen rato acostado, enterrado entre sus mantas, con el calor aletargándole...Pero no conseguía dormirse.

Fuera estaba cayendo un auténtico aguacero...El viento era feroz, parecía aullar como un lobo. Oía el crujir de algunas ramas de árbol que, fuera, empezaban a desprenderse y a atizar contra lo que se les pusiera por delante.


Debían ser las dos o las tres de la mañana y todavía no había pegado ojo. No había cosa que le pusiera de peor humor, porque al día siguiente tenía que currar.


Se tapó la cabeza con las mantas con humos y suspiró mientras se proponía hacer un esfuerzo por no pensar en nada y ver si había suerte.

Pero entonces su teléfono móvil sonó, dándole un gran susto. El volumen estaba a su máxima potencia, y la voz de Marilyn Manson era como una voz de ultratumba bajo las mantas.


''...Venías de un mundo perfecto...''


-Me cago en la puta madre de... - Empezó a resoplar mientras daba patadas para destaparse. ¿Quién podía ser a esas horas?...Entonces cayó en la cuenta de que fuera quien fuera tenía que ser porque algo malo había pasado...


Alargó un brazo y cogió el móvil que estaba en la mesita de noche. La luz de la pantalla iluminaba tenuemente la habitación.

Era Bill.


''...Pero todas las drogas de ese mundo no le salvarán de él mismo.''


No quería cogérselo. Pero él era la típica persona que si no lo hace, luego se está comiendo la cabeza lo inimaginable, preguntándose qué podría ser lo que querían de él. Y ya era lo que le faltaba para su 'insomnio'.

Descolgó y se llevó el aparato a la oreja, mientras que con sus dedos frotaba sus ojos.

-¿Qué? - Escupió de mala manera.

-¿...Zack?

-Sí...¿Qué coño quieres, Bill? Son las dos y media de la mañana.

-¿...Zack?...

-Que sí, ¿que qué quieres?... - Quizá por el mal tiempo las líneas no estuvieran del todo estables.

-...Zack...¿Puedes...Puedes...Venir a por mi?... - Aparte de las molestas interferencias, Zack podía distinguir perfectamente otra cosa... Bill no estaba bien. No estaba llorando, pero casi. Parecía asustado.

-...¿Ir a por ti?

-...Sí... Quiero irme a mi...Casa...


(...)


-...¿Estás en la calle?

-S...Sí.


Zack miró hacia su ventana. Por el cristal corría un mar de agua.

Aún así, no podía evitar sentirse enfadado.

¿De qué iba? Después de un mes y después de todo lo que le había hecho... ¿Cómo se atrevía a llamarle para encima pedirle un favor?

-...¿Pero tú quién te crees que soy? ¿Tu puto chófer?

-...Por favor...Zack...Tú...Eres el único a quien puedo llamar...


El chico se mordió la lengua. Estaba tremendamente dolido con él. No le perdonaría jamás lo que le había hecho...Pero...A la vez... No era capaz de dejarle tirado, abandonado a su suerte en una noche como esa... Hacer oídos sordos cuando el hombre a quien había querido tanto le estaba pidiendo ayuda. Porque si encima le pasaba algo, le pesaría en la conciencia toda la vida.

Suspiró.

-...¿Dónde estás?...

-...Yo...Yo...No lo sé... - Y en ese momento, rompió a llorar.


- - - -


Nadie Me ConoceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora