Dudas

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En cuanto llega Stella a su palacio no duda en irse directo a su alcoba, incluso le paso de largo a Stolas quien ya esperaba algún reclamo suyo pero se le hizo bastante raro su comportamiento, por un momento pensó ir detrás de ella pero decidió mejor esperar a que se calmara porque no sabia el porque se veía alterada o aunque sea le hubiera informado que alguien la esperaba en su habitación. Al entrar en sus aposentos la princesa exige de inmediato que le preparen un baño de burbujas con agua fría el cual es preparado de inmediato mientras ella exige que le dejen sola y que le pongan seguro a la puerta de su habitación.

De inmediato se desviste para entrar en la bañera y restriega su cuerpo con una esponja mientras se repetía a si misma:

--¡¿como se atreve?!--

De tanto repetir esa frase comenzó a recordar a ese apuesto vaquero, en sus facciones, en su cuerpo, en esas toscas manos que se atrevieron a tocarla, la forma en como le recorría su cuerpo, en esos ojos que la miraron con deseo que podía sentir que la desnudaba, esos labios que se atrevieron a tocar su cuello mientras encajaba sus dientes con cuidado, esas palabras que decía con esa voz tan gruesa y sensual, el tan solo pensar en eso las manos de Stella se deslizaron por donde había sido tocada, desde sus senos hasta sus piernas, en eso una mano suya de forma traviesa comienza a frotar su vulva con cuidado provocando sus gemidos mientras seguía pensando en él:

--........espera...no debemos...aaaaah...espera...no.......--

Nunca antes había sentido unas manos tan ardientes recorrer su cuerpo de esa forma, con ese gran deseo de poseerla, ni siquiera Stolas en su luna de miel la había besado de esa forma tan apasionada como lo había hecho ese vaquero. Los gemidos en la bañera se hicieron mas intensos mientras Stella introducía dos dedos dentro de ella mientras seguía reteniendo sus gemidos:

--no...no podemos....espera...mmmmmm.........--

Estuvo a punto de llegar al clímax pero fue interrumpida por una voz bastante familiar y molesta:

--¿sabias que te ves muy patética haciendo eso?--

De inmediato Stella toma una toalla y se cubre con ella:

--¡maldita sea! ¡Andrealphus! ¡¿que demonios haces tú aquí?! ¡es mas! ¡¿como entraste?! ¡si mande cerrar todo!--

--y ya vi porque, bueno, hermanita, espero que estés haciendo un buen trabajo con tu esposo, aunque esas marcas en tu cuello, bueno, quiero pensar que son de él--

--¡eso no es asunto tuyo! ¡además ya hay descendencia para los Goetia! ¡no pidas mas!--

--querida, aun no te das cuenta ¿verdad? en la realeza el apellido de los príncipes siempre es el que sobre sale y tú mi querida hermanita pariste a una hembra--

--¡confórmate con eso!--

--sigues sin darte cuenta, en cuanto se case va a adquirir el apellido de su esposo, y si no es un Goetia va a ir desapareciendo, así que gracias a tu error de engendrar a esa malcriada ese gran apellido va a desaparecer, necesitamos que des a un varón, de nada sirve esa mocosa--

--¡¿te das cuenta de lo que me estas pidiendo?! ¡ya no soporto esto! ¡he sido el hazme reír desde hace tiempo!--

--es porque eso eres, en nada va a cambiar hasta que te salga un niño digno del apellido Goetia, así que en ves de estarte auto complaciendo ve y seduce a tu marido--

--¡sedúcelo tú!--

En eso suelta una gran carcajada:

--¡jajajajaja! ¿no me digas que estas siguiendo el ejemplo de tu esposo y te conseguiste a un amante? ¿tú? ¿la recatada Stella? ¡jajajajaja!--

El Amante de la ReinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora