連合 : Unión. ఇ ・ » Heesun «.

Capitulo cinco.

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Heeseung jugueteaba con la pequeña cuchara que se encontraba en su café oscuro, impaciente.

Observa su reloj y se da cuenta que Sunoo llevaba media hora de retraso.

No contestaba su móvil ni tampoco respondía sus mensajes, y sinceramente Heeseung ya empezaba a preocuparse un poco.

Pero obviamente lo que él no sabía, era que él omega había llegado a tiempo, solo que se encontraba escondido en un pequeño rincón en la parte de afuera del local, indeciso con entrar de una vez por todas o huir sin mirar atrás.

Mordisquea su labiecito mirando a su alfa teclear de nuevo en su móvil, llegándole a los pocos segundos después una notificación, indicando que era el destinatario de ese mensaje.

" Amor, por favor responde, todo bien?"

Era lo que decía el texto.

Sunoo suelta un pequeño suspiro y guardando el móvil en su bolsillo, decide entrar al local y dirigirse hacia su novio.

Heeseung siente el delicioso aroma a frutos rojos que poseía su omega, haciendo que alzara la mirada y al verlo caminar frente a él, se levanta enseguida, tomándolo entre sus brazos y apretándolo fuerte a su pecho.

— Dios, Sunnie, ¿por qué no contestabas mis llamadas y mensajes? Estaba preocupado por ti.

— L-Lo siento, no he escuchado las notificaciones, amor.

Sunoo saca su cabecita del pecho de su alfa, y alza su mirada para conectarla con la de Heeseung mientras le hacía un pequeño mohín en sus labios.

El mayor niega ligeramente y agacha un poco su cabeza para poder besar los labios de su chico, restándole importancia.

— No te preocupes, bebé, lo importante es que estás aquí. Tomemos asiento.

Sunoo asiente con una pequeña sonrisa y caminan hacia la mesa donde estaba sentado el alfa anteriormente.

Heeseung era un alfa un poco distraído, por no decir idiota, todo lo contrario a su lobo, pues su parte "humana" era un poco más despistada que su lado "animal".

Por supuesto que su lobo sabía que algo pasaba con su omega, y con decir que "algo pasaba", entendía que ese "algo" se trataba de un cachorrito.

Los lobos siempre eran más astutos y difíciles de engañar, su instinto era muy ágil y más cuando encontraban a su pareja predestinada.

El lobo de Heeseung era muy mimoso con el lobo de Sunoo, siempre buscaba el más mínimo contacto con el lindo lobito del chico pelirrosa, y claro que distinguía el aroma del cachorrito que se encontraba en el vientre del omega.

Heeseung aún no entendía porque su lobo últimamente estaba más inquieto y cariñoso con su omega, pues aunque así era siempre, estas últimas salidas y encuentros con su novio, era aún más intenso, sobreprotector y posesivo.

Sunoo pide un latte frío descafeinado, pues por lo que estuvo leyendo, debía cuidar más su alimentación, debía tomar muchas vitaminas y mantenerse alerta por cualquier cambio inoportuno en su cuerpo.