連合 : Unión. ఇ ・ » Heesun «.

Capítulo doce.

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A Jungwon le fue inevitable poder seguir concentrándose en su tarea escolar, por lo que para matar un poco de tiempo, decide abrir la carpeta de los trabajos de su amigo para poder seguirle ayudando a conseguir un buen empleo.

La mesa queda en un tranquilo y cómodo silencio, de vez en cuando ambos chicos levantando sus miradas para observar al contrario, sonrojándose levemente cuando son atrapados o simplemente dándose pequeñas sonrisitas.

Jungwon observa detenidamente las facciones de aquel chico, se sentía en un sueño, no podía creer que esto le estuviera pasando, le recordaba a aquellas escenas de películas donde el protagonista famoso coincide inesperadamente con el deuteragonista, o cuando aquellas fans de grupos de kpop tienen la fortuna de encontrarse con su idol favorito o simplemente poder ser noticiadas.

Él jamás tuvo una suerte con esa magnitud, ¿será que mercurio retrógrado estaba de su lado ese día?

Toma su vaso de café un poco más tibio para dar otro sorbo, no contando con que la tapa de este se abriría debido a la fuerza con la que lo sostenía por el nerviosismo, botando todo este en su hoodie.

— ¡O-Oh no!

Chilla alejando el vaso para poder tomar un par de servilletas y tratar de limpiar torpemente la prenda.

Jay hace una pequeña mueca y de su maletín, toma un par de toallas húmedas desinfectantes para levantarse e ir hacia el chico.

Se arrodilla aún lado de él y le extiende las toallas.

— Toma, están un poco más húmedas, harán que se vaya más rápido.

Jungwon le voltea a ver distraídamente, no contando con que al voltear su rostro, este quedaría muy cerca de el rostro del alfa, por lo que con un gran sonrojo, le sonríe tímidamente y agradece, tomando las toallas húmedas que le ofrecía.

— M-Muchas gracias, hyung.

— No hay de que, lindo.

Ocultando un poco sus nervios y ganas de salir corriendo por la vergüenza que sentía en ese momento, sigue limpiando su hoodie.

Jay se queda a su lado, asegurándose de que el menor tuviera las suficientes toallas húmedas para asear esa mancha del liquido.

Jungwon le agradece de nueva cuenta con un pequeño —gran.— sonrojo en sus suaves y regordetas mejillas, haciendo que Jay le sonriera con ternura.

Justo cuando está por regresar a su asiento, su mirada se posa en el portátil del menor, mirando detenidamente aquellas fotografías de retrato, las cuales tenían un trabajo impecable en edición e iluminación.

— Santa luna... ¿tú las tomaste?

La pregunta de Jay desconcierta a Jungwon, quien después de darse cuenta que el mayor hablaba de aquellas fotografías, entiende a lo que se refería.

— O-Oh no, no son mías, son de mi m-mejor amigo, de él es el trabajo.

— Pues tu amigo es un increíble fotógrafo.

— No sabe lo importante que es escuchar esas palabras v-viniendo de usted, Sunoo estaría vuelto todo un loquito si se entera que Park Jongseong dijo eso.