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Los pequeños movimientos de sus crías lo despiertan, abro los ojos mirando a la camada encontrado que las cachorras se mueven algo lejos de ellos buscando a su madre. Diabal con calma se levanta y las acomoda con su hocico viendo que las cachorras buscan los pechos de su madre que al conseguirlo se aferran a estos alimentándose. Las pequeñas miran a su padre con curiosidad, Diabal mira que un hermoso verde es esmeralda brilla en los ojitos de sus cachorros por qué regresa a su lugar detrás de la hembra cuidado de ellos y sin poder evitarlo Diabal ronronea muy feliz lo que provoca que su hembra se despierte.

Alejandra algo adormilada siente la succión y se asusta un poco pero se calma a ver a sus cachorras, ella sabía que las pequeñas se movían mucho y siempre se alejan de su calor cuando buscan comida.

—¿Cómo es que?

Se preguntaba, Diabal inmóvil en su lugar para no asustar a la hembra pero muy tarde Alejandra se tensa un poco y le gruñe bajo sabiendo ahora quien había ayudado a las crías que estaban hambrientas.

Diabal baja las orejas por el rechazó de su hembra aún le dolía y mucho, pero sacude se pelaje alejándose de la hembra para darle su espacio y no incomodarla.

—Ellas tenían hambre... Solo las ayude a qué volvieran a tu calor y pudieran comer

Le explica suave a su hembra, Alejandra lo mira unos segundos antes de suspirar y mirar ala las cachorras.

—Esta bien... Y gracias

—Tu ¿Tienes hambre?

—Si, en unos minutos me levanto y como algo...

—No...yo iré por carne para que comas no te levantes

Diabal se acercó a la fogata tomando unos trozos de carne y le entrega uno a su hembra, Alejandra se levanta con cuidado haciendo que más cachorras dejen de alimentarse y sus pequeños llantos le hacen sentir mal.

—Tranquila mis niñas... Solo comeré y regresaré con ustedes

Ella se acomoda para comer con algo de prisa pero era malo, las cachorras aún lloran e incómoda el sueño de los cachorros más grandes. Diabal angustiado por el llanto de su crías se acerca despacio y con sumo cuidado las coloca encima de el cuando se acuesta. Alejandra al ver esto se asusta pero se calma viendo cómo Diabal las lame como un padre debe hacerlo. Con esa imagen en sus ojos mira al macho un vez y piensa que tal vez no sería tan malo darle una oportunidad después de todo él estaba ahí con ellos, los había echado de su cueva pero el macho había ida a buscarlos para que volvieran.

—Sus aromas es muy dulce... Como el tuyo

Diabal menciona aún viendo a las cachorras que se habían quedado dormidas por las lamidas de su padre, Alejandra al terminar de comer se acerca y vuelve a su lugar para atender ahora a los cachorros. Estos lloran al ser despiertos pero estos llantos son callados cuando empiezan a comer.

La escena delante de Diabal le hace ronronear y un poderoso instinto de protección crece aún más. El debía de cuidar de su familia y lo haría aunque la hembra lo viva rechazado siempre.

—¿Vas a estar con nosotros?

La pregunta de la hembra le da esperanzas y feliz agita su cola mientras la mira.

—Si y nos abandonaré jamás. Lo primero no lo haré más.

Le responde seguro y tímido deja una lamida en la mejilla fe la hembra que le responde de la misma manera.

—De acuerdo...

Con cuidado se apega más al macho dejando que este les brinde su calor, el macho de inmediato coloca su cabeza encima del lomo de su hembra.

—Ya no los dejaré. Son míos y solo míos

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Es un poco corto pero un es uno muy lindo a decir verdad, espero que le halla gustado este nuevo capítulo.

Solo falta un capítulo más y el Epílogo para dar por finalizada tan bella historia.

¿Ya saben cuál es el Amor más Puro?

Si aún lo saben regresen a leer una vez más la novela. Yo ya se cual es y la verdad es algo muy hermoso de tener aunque sea por unos pequeños instantes.

Nos vemos en el próximo capítulo.

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