VI

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Abre los ojos y el olor a carne la despabila junto con el sonido de su hambriento estómago, se sienta y observa al macho comer junto al fuego; cada día se ve más guapo para ella y sin poder evitarlo su cuerpo reacciona a él, todo su pelaje se eriza y su intimidad se moja ablandándose.

Tímida se acurruca más en su nido y agradece no desprender olor como las demás hembras, si no tendría un horrible bochorno ante el macho que la rechaza.

Ya más tranquila tomo su forma humana y estira un poco su cuerpo para tomar su bolsa comprobando que solo le queda una trozo pequeño de conejo para comer.

“¿Y ahora que hago?, afuera esta nevando y dudo mucho que pueda encontrar fruta o algún conejo

Piensa Alejandra cuando un golpe a sus pies la despierta de sus pensamientos, un trozo de carne esta junto a sus pies; mira al macho que sigue comiendo como si nada. Entonces toma el trozo de carne y con calma lo come cuando otro trozo un poco más grande es lanzado otra vez hacia ella cuando el macho se ha levantado mientras ella toma el otro trozo para comerlo.

El macho camina hasta una vasija y con un cuenco saca agua de su interior para luego beber, Alejandra se levanta de su nido dejando su comida en su bolsa y muy tímida se acerca para pedirle agua.

–Yo...tengo sed...¿Puedo tomar agua?

El macho sin mirarla le da el cuenco para luego alejarse e ir al nido, Alejandra toma el cuenco y lo llena de agua para beberla clamando su sed.

De pronto un sonido en la entrada los alerta, mira a Diabal que gruñe hacia la entrada para girar a ver comprobando lo que ve.

Un macho esta parado en la entrada, un usurpador que se adueña de los nidos ajenos para no crear los suyos y así no trabajar.

Es un macho de igual de dormido que Diabal pero con una mirada que aterra a Alejandra, sin saber que hacer corre y se coloca detrás de Diabal muy cerca del nido para proteger a las crías.

–Me gusta tu nido... Y lo quiero

–No te adueñaras de lo mío, vete o muere tú elijes...

–Jajaja.... Y también me gusta la hembra, dócil... Me encanta – Ronronea.

Alejandra gime aterrada para correr al nido y aferrarse a las dos crías temblando, tan solo en pensar estar con un macho así la hace temblar de miedo.

–Y veo que ya la tienes trabajando cuidando de tus crías, entonces sera buena en cuidar a las mías y las de mi futura hembra...

El macho se acerca colocándose en posición de ataque, Diabal imita su acción y ambos saltan contra sí para empezar con la sangrienta lucha cuerpo a cuerpo sacando las garras y clavándoselas al otro.

Alejandra solo abraza a los pequeños mientras cierra los ojos hasta que todo pase.

De pronto hay silencio y una respiración agitada, no quiere abrir los ojos para ver cual de los dos sobrevivió pero sus dudas se solucionaron cuando Diabal la toma bruscamente corriendo la del nido para abrazar a sus crías, Alejandra lo mira notando que esta muy herido en su espalda con grandes zarpazos al igual que sus brazos y piernas.

–Estas muy herido... Dejame curarte

Le gruñe mostrando sus colmillos haciendo que retrocediera los pasos que avanzó. El macho se levanta en todo su esplendor, Alejandra baja la cabeza aterrada pero jo retrocedió solo se queda en su lugar cohibida por su miedo a él.

–Acuestate con mis crías...

Sin dudar rodea al macho y corrió hacia sus pequeños para tomarlos en brazos, el se quedo ahí parado unos segundos mirando a la nada hasta que comienza a caminar a la salida.

–Tranquilos amores... Ya... Papá estará bien sí...

Los pequeños están inquietos ante el abandono repentino de su madre y la violencia de su padre hacía ella.

–Es hora de dormir mis amores...

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Despertó de golpe para toparse con la espalda grande del macho que esta sentado frente a la fogata, él la escuchó pero no hizo ningún movimiento hacia ella entonces se vuelve acostar acariciando a los huevitos que descansan contra su vientre y muslos.

De pronto él se levanta y se acerca a ella, Alejandra se prepara para el forcejeo que jamás llega. El macho se acuesta detrás de ella y los abraza a los tres con sus fuertes brazos contra su pecho, el corazón de Alejandra late con fuerza. Durante todo este tiempo soñó con ese instante y ahora era realidad.

Ronroneo sin querer y el macho la abrazo más fuerte enterrando su rostro en la nuca de ella para dormir luego de unos minutos, ella sonrió y cerro los ojos olfateando el aroma de Diabal a su lado.

Amor Puro | ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora