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Idun

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Idun...

Habían pasado los dos días correspondientes a lo que me dijo el principe Lloyd, simplemente no pasó nada, seguí con mis rutinas diarias que se le otorga a una princesa, con obvia seguridad reforzada, había sido amenazada.

Las semanas comenzaron a transcurrir, la convivencia con mi prometido no era tan mala, Buchanan empezaba a gustarme, su actitud cambio a una divertida y amable, podría decir que era una dicha su compañía, alegraba mis días sin pensarlo.

A pesar de eso, no deseaba casarme, no dejaba la corona, junto a mis hermanos, habíamos ideado un plan, escaparia, muy lejos, a un pueblo en Rusia, todo sería al regreso de de mi pueblo Cambridge.

Ya solo faltaba dos semanas para mi boda, el anuncio conmocionó a todo el país y mundo, la futura heredera al trono iba a casarse con el ex heredero al trono español.

Entre al gran tocador, tome una ducha de pétalos de rosa negra, lavandas de playa, me ayudaron con mi cabello, me puese mi lencería y luego el vestido real, era un completo atropelló tener que utilizar vestidos de épocas antiguas en pleno siglo XXI

Pero por otro lado me gustaban, usarlos me teletransportaban a otro siglo, amaba los autos de dichas épocas majestuosas.

Camine por el palacio, la guardia real me seguía, bajamos las escaleras y abrieron las puertas, salí hacia al auto real.

El camino se hacia largo mientras escuchaba a la reina Consorte hablar de ella y sus fabulosos vestidos, mi mirada era fija tras la ventana viendo lo hermoso que es Inglaterra.

Ella no estaba dispuesta a venir, por razones que no quisieron darme se encuentra lamentablemente a mi lado.

Llegamos al pequeño pueblo de Cambridge, mi pueblo y el de mis padres, las personas nos recibieron con halago y gracia, sonreía mientras los saludaba.

Estuve conviviendo junto a ellos toda la tarde, una velada espléndida, no tanto para la reina Consorte pero, me alegra que las personas hallan disfrutado la comida y insumos regalados.

Los jueguetes que regale a los niños no tienen precio, ver sus rostros de alegría era todo un regalo para mi.

Iba a extrañar todo esto pero, iba a morir en el intento de ser una reina que no deseaba.

Íbamos a mitad de camino cuando el conductor freno en seco, puntos de bala se escuchaban fuera del auto, me cubrí al igual que la reina y la compañía real.

Este no era el plan, no iba a escapar así.

La puerta posterior a mi fue abierta, el miedo acumulado en mi cuerpo era demasiado, alce el rostro viendo a ese tipo.

Mi Obscura Libertad | Con Lloyd Hansen - TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora