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°°°Lloyd...
No sé cómo explicar lo feliz que me siento, lo afortunado que soy, está a mi lado nuevamente y aunque no sea como lo esperamos, está aquí y haré todo para que se quede.
No puedo dejar que se valla, no ahora, ni nunca yo la amo.
Bajaba las escaleras con la sutileza y elegancia que solo a ella le correspondía.
El meneo de sus manos al compás de su cuerpo la volvíanmás precisa, su fulgorestremecía todo mi ser, el poder que la comenzaba a caracterizar era dominante.
Su cabello menearse por las brisas del viento, la mirada firme que si te miraba con fuerza lograba causarte un escalofrío.
El pesar de sus tacos se hacíamás fuerte mediante más se acercaba, su aroma lentamente pero con brutalidad llegaba a mi, era imposible no verla, no llamar la atención.
— Una foto dura más Hansen — sus palabras me sacaron del pequeño transe que había provocado en mi — deja de mirarme o te golpeare.
— ¿Golpearme? — sonreí — ¿Tu a mi?
— ¿Por qué lo dudas? — llego a mi — las cosas han cambiado y no tienes idea cuanto.
— Lo sé, se que haz cambiado— confese— Mi solícitojamás se comportaría como lo haces tú.
— Que raro, yo no conozco aningún solecito.
— Tu eres mi solecito siempre lo fuiste — me acerqué para rodearla mientras la miraba — eres mi princesita de Inglaterra — bufo.
— Lloyd ¿Para quéquerías verme?
— Quiero enseñarte algo — la mire — acompáñame por favor.
— No, no — hizo un puchero — hace unos días dijiste lo mismo y me llevaste para ver tus estupidos bálsamos — sonreí por lo bajo — sinceramente no es algo que quiera volver a ver.
