—Shinso, ¿Podrías pasarme los apuntes de matemáticas?
Midoriya le sonrió, sus mejillas pecosas se veían adorables junto a los pequeños colmillos que se asomaban de sus labios. Shinso no dudó mucho antes de asentir, rebuscando en su bolso el cuaderno que el chico pedía.
—Oye, Shinso. ¿Puedo preguntarte...?
—No le des tantas vueltas, Midoriya. Solo pregunta.
—¿Qué le sucede a Todoroki-kun? Oh, bueno... ¿Qué les sucede a ambos?
—¿Por qué no le preguntas a él?
Shinso no sonó grosero aunque sí distante mientras continuaba rebuscando en su bolso.
—Ya lo hice, pero no quiso decirme y estoy algo preocupado por ambos.
—Estoy bien, Midoriya. No tienes que preocuparte por mí. —respondió el pelimorado con una sonrisa apenas notable.
—No, no es cierto. Desde hace días han estado actuando muy raro. —contestó el menor con el ceño fruncido y los brazos cruzados. Sus ojos denotaban preocupación, pero Hitoshi se mantenía distante y ausente en igual medida. Así que Izuku golpeó la mesa con la fuerza que su lado vampiro le permitía, creando un estruendo que hizo saltar al pelimorado. —Habla ahora.
—No puedes obligarme. —A fin de cuentas, Shinso era un engreído que de alguna forma nunca le había tenido miedo a los vampiros.
—Por favor. —Izuku juntó las manos e hizo un puchero, disculpándose por su arrebato. —Solo quiero ayudarlos. No puedo dejar que su amistad termine así.
—Nuestra amistad no va a terminar. —bufó el pelimorado, rodando los ojos.
—Llevan días sin hablarse, se esquivan las miradas y si se encuentran de frente hacen todo lo posible para evitarse. —Enumeró el peliverde. —¿Quieres que diga más?
—Tan observador como siempre, Midoriya. —comentó el pelimorado, apoyando la barbilla en su mano. —Pero lo que ves no siempre es la verdad absoluta. Los amigos siempre pueden llegar a tener problemas ¿No es así?
—Sí pero es que...
—No te preocupes, Midoriya. Todoroki y yo lo resolveremos eventualmente.
De esa forma, Shinso dió por zanjado el tema, recogiendo su mochila con soltura y levantándose de su asiento para alejarse a paso calmado del mitad vampiro, quién, no menos preocupado que antes, se mordió el labio sintiéndose impotente al no poder ayudar a sus amigos.
Mientras camina fuera del salón, Shinso se siente distante, las palabras de Izuku dándole vueltas en la cabeza como un zumbido abrumador y molesto. Las palabras del peliverde no son nada que él ya no sepa desde antes y solo vienen a recordarle lo obvio.
Shoto y él no han hablado desde hace días.
Es como volver al inicio, antes de que fueran amigos, y Hitoshi solo era como muchos de los estudiantes humanos que solo podían observar a algunos vampiros a lo lejos como si fueran algo superior e inalcanzable.
No era raro el hecho de no cruzarse en el camino del otro, eran de clases distintas y su amistad nació de forma natural después de diversos encuentros en la enfermería cuando el pelimorado iba a limpiar encontrándose al heterocromático mientras se alimentaba.
De cómo sus sentimientos de amistad se convirtieron en romance, no está seguro, pero tampoco es como que fuera a decir que no tenía idea del porqué.
Y es que Shoto era diferente a lo que los rumores y habladurías de algunas chicas tenían de él.
Sí, era frío después de alimentarse, perdiendo el interés después de saciar el hambre en su estómago, pero aún así siempre preguntaba por el estado de las chicas, les compraba una galleta o un jugo y si las chicas le decían que nunca más lo ayudarían (después de notar su fría actitud) lo aceptaba de forma cortés, agradeciendo la ayuda y sin volver a molestar de nuevo.
Por supuesto que eso no era nada más que modales y cortesía básica, pero no había que ser un genio para saber que de cualquier forma, eran cualidades que muchos otros carecían.
No era el vampiro despreciable y sin corazón que decían, simplemente, era alguien que no estaba familiarizado con los sentimientos ajenos, mucho menos con los de las personas que no eran sus cercanos y sin saber cómo tratarlos o que hacer, terminaban rotos y lastimados por culpa de la inocente torpeza de Shoto.
Supone que le gusta su forma simple de actuar, sin darle vueltas a los asuntos y siendo directo en cuanto a lo que quiere. Siendo sincero en su forma de expresarse aunque sus palabras a veces duelen.
No era perfecto, y no era inalcanzable, aunque tampoco era malo y mucho menos despreciable.
Shoto era Shoto.
Y a pesar de eso (porque todos se enamoran a pesar de y no gracias a...) se enamoró.
Se siente como una eternidad desde la última vez que Hitoshi tuvo que ayudar en la enfermería.
Desde el encuentro no había vuelto a ir, y ahora que era de nuevo su turno de ayudar con la limpieza, sus pasos lo llevaban de forma casi automática, un poco de nervios molestando en su interior aún cuando hacía todo lo posible por disuadirlos.
Llegó al pasillo, sin escuchar ningún ruido extraño provenir del lugar, una sonrisa ligera en sus labios al pensar que no tendría problemas. Entró sin tocar la puerta, y aunque por suerte no se encontró con ninguna escena desagradable vió las cortinas alrededor de una de las camillas, impidiéndole ver si alguien se encontraba recostado.
—¿Hay alguien ahí? —preguntó, sin obtener respuesta, así que apartó la cortina encontrándose con aquel vampiro que no había abandonado sus pensamientos en los últimos días.

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Bite me. | ShinTodo | TodoShin
Fanfiction[Short-fic] «¿Puedo beber de tu sangre?» O: Dónde Shoto es un vampiro que no importa lo que haga, la sangre siempre le sabe mal y de pronto, encuentra el manjar más exquisito que ha probado jamás en la sangre de Hitoshi. [Vampire AU | Vampire! Shoto...