Se dirigían a la habitación de la más baja de las dos. Parecía que no le iban a explicar nada, por lo que decidió preguntar.
—¿Qué pasa, testigo? ¿En serio no puedes aguantar ni 5 minutos sin verme? —Su tono arrogante resonó en los oídos contrarios, fue inmediatamente atravesada por un arpón... con la mirada, claro está.
—Cállate, commie. Me haces esto más difícil de lo que ya es. —Se detuvo dentro de su habitación, cerca de la puerta, pero suficientemente dentro para que se viera con suficiente nitidez a ambas chicas.
—¿Mmm? ¡Ah! Ya sé que pasa aquí. Descuida, sólo abre las piernas y yo me encargo del resto. —Su tono lascivo le hizo sentirse asqueada. Casi pudo ver un destello rojizo entre esos ojos metálicos.
—... ¿Sabes qué? Olvídalo —señaló la puerta—, mejor lárgate antes de que te meta un coñazo que te vuele los dientes esos tan perfectos que tienes.
—¡Ow, vamos! —la envolvió en sus brazos, haciendo caso omiso a su forcejeo— prometo comportarme, ¿sí? me puedes poner un collar si quieres.
Otra vez ese tono. ¡Que exasperante!
—¡Ya, de acuerdo, suéltame!
Le hizo caso, apartándose un poco. ¿Qué? Ver a Tamara enojada era divertido. No podía evitarlo. Se ponía toda roja. Eso, sin mencionar que debía aprovechar cualquier oportunidad para abrazarla sin que la mandara a volar de un solo golpe.
No parecía, pero tenía fuerza la chichón de piso esa.
—Que conste... me retaron a hacer esta mierda.
Y no dejó que hablara porque ya la había jalado del cuello del suéter para atrapar sus labios.
Tori quedó en blanco. Su mente se había desconectado de sí.
Era... suave.
Y algo seco.
Pero eso sí, más suave de lo que imaginó que sería.
Ojos cerrados, labios con movimiento rítmico, sincronización bella e imperfecta. Ambas eran arrastradas por una peligrosa combinación.
El sabor era nuevo.
No se podía encontrar en ninguna otra parte.
No se podía reproducir artificialmente.
No se podía reemplazar.
Simplemente no se podía.
Una mezcla de alcohol y tabaco.
Tan perfecta.
Tan adictiva.
Tan cálida.
Tan...
Tori iba a tomar su cintura para continuar disfrutando el hermoso momento... pero fue empujada con fuerza y lo siguiente que sintió fue una puerta estrellarse en su cara.
—¿Qué caraj...?
—¡Estúpida commie! —Se escuchó desde dentro.
Aunque la futura líder roja no había alcanzado a ver, pudo adivinar muy certeramente que la cara de la otra estaba en llamas. Rió pensando en lo linda que debía verse. Lástima que no presenció la imagen real.
—Listo, completé sus retos de mierda, ¡ahora muéranse!—E inmediatamente dió el en vivo por terminado.
Mucha gente gritaba desde sus casas, y es que habían presenciado su ship volverse canon... No exactamente, ¡pero un beso es un beso! Otros se iban a Twitter a tirar hate, ¿qué se le hace?
Tamara trataba de tranquilizarse. No sabía cómo sentirse. Había besado a Tori... ¡Por Jehová, a Tori! ¡¿Por qué se había sentido tan bien?! No, mejor que bien. Era... Como sentir que lo único importante era ese contacto que estaban teniendo... Era... Tan placentero...
Diablos, hasta admitía que la única razón por la que la apartó es porque era un en vivo frente a cientos de personas. De lo contrario... Hubiese... Hubiese... ¡Ahhhh!
Mientras tenía una crisis, una comunista iba camino a su habitación con una sonrisa plasmada en el rostro. Estaba tan contenta que se olvidó por completo de todo.
Lo único que podía hacer era pensar en ese beso. En esa sensación. Hasta se olvidó de que le habían dado un portazo, ¿a quién le importa? Lo que importa es que bendito el momento en que a Ell se le ocurrió lo de los retos, bendito el momento en que Matilda quiso que fuera "el que te toque", benditos sean esos sistemas anti-trampas. ¡Justo ahora amaba como no tienen idea al fandom!
Se tiró a su cama, riendo. Cerró sus ojos para revivir el momento. Imaginó de vuelta cada detalle. No había sido la manera más romántica de besar a alguien, no obstante, era lo que menos le importaba.
Quería grabar ese sentimiento en piedra para nunca, nunca, nunca olvidarlo.
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¡Te reto a...! [ToriTam]
FanfictionEllsworld. Eddsworld. ToriTam. -•-•- Ell quiso hacer un especial de retos para celebrar la cantidad de suscriptores a los que había llegado su canal de Youtube. Si Tamara hubiese sabido cómo terminaría, probablemente le hubiese eliminado la cuenta...