18. Extrañando

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Y tal cómo lo había presentido, Gabe no vino a mi fiesta de despedida. Por los efectos del alcohol, entre lágrimas y sollozos le llamé para decirle que si tan poco le importaba, no me volviera a buscar cuando regresara de Alemania. 

El día que me fui, antes de subir al avión decidí enviarle un mensaje, sé que había dicho que no me volviera a buscar pero no lo decía enserio, quería que siguiera formando parte de mi vida aunque sea a la distancia, para muchas personas les parece tonto y debería simplemente dejarlo ir; pero no podía, tanto mi cerebro como mi corazón me decían que lo mantuviera cerca, que en algún futuro estaríamos juntos y si no al menos seríamos amigos. 

Gabe: Si me arrepiento de no haber ido a tu fiesta de despedida, me siento mal de que te vayas pero sé que es por tu bien, te quiero, te apoyo y si necesitas algo aquí estoy para ti.

Su mensaje me hizo sonreír entre las lágrimas de nostalgia, recordar todos los momentos a su lado, todos los momentos vividos con mi familia y amigos antes de montarme en un avión para irme a miles de kilómetros de distancia, me hacían querer dejar todo y volver a casa. 

Ahora me encuentro en Alemania, estoy a punto de cumplir un mes aquí, siendo la más feliz, viviendo momentos increíbles, estando tranquila y en paz. Si soy sincera realmente no extraño mi ciudad, extraño a las personas que dejé atrás claro, pero aquí me siento más libre que nunca y es un sentimiento que no cambiaría por nada. 

Por la diferencia horaria evidentemente Gabe y yo no hablamos tan seguido, una vez hablamos y digamos que Gabe se molestó un poco al enterarse que ya he estado con más personas. Tengo un sentimiento extraño, una preocupación respecto a sus emociones, siento que desde que me fui su vida se está desmoronando un poco y el hecho de no estar ahí para ayudarlo me hace mal, estoy consciente de que él es su propia persona con su propia vida y no necesita de nadie; pero creo que todos necesitamos aunque sea una persona para hablar. Me di cuenta de esto cuando me envió un mensaje que me tomó por sorpresa. 

Gabe: Choqué.

Vee: ¿Qué? ¿Cómo que chocaste? ¿Qué pasó?

Gabe: Digamos que manejé estando borracho, estoy bien pero ahora tengo que reparar mi auto. 

Vee: ¿Cómo diablos se te ocurre manejar en ese estado? Tienes que ser más consciente, ya no eres un niño pequeño, tienes que pensar en tu bienestar, en las consecuencias de tus actos, en tu familia y las personas que te quieren ¿y si algo grave te hubiera pasado?

Gabe: Lo sé Vee, me tuvo que pasar algo así para que me diera cuenta de las cosas. 

Vee: Me preocupas Gabe, siempre me vas a preocupar y siempre te voy a querer, por favor cuídate, no quiero un día despertar con la mala noticia de que algo te sucedió y yo esté al otro lado del mundo sin poder hacer nada al respecto. Es lo único que te pido, por favor. 

Lo extrañaba, incluso estando tan lejos de él no podía sacármelo de la cabeza, cuando me encontraba sola en mi habitación su nombre y los recuerdos llegaban a mi mente, he estado soñando con Gabe más veces de las que me gustaría. Mis amigas me dicen que como era posible que estando en un país distinto, conociendo y estando con más personas; podía seguir pensando en él. 

Lo amaba y a pesar de todo lo seguiría amando, esa era la única respuesta. 

It's always been himDonde viven las historias. Descúbrelo ahora