Capítulo 5: Pintó sacarme una foto

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Que Nati me haya agregado a Facebook había sido un tremendo motivo para alegrarme la tarde y la noche. Aunque me decepcionó que no me haya hablado y yo tampoco me atreví a hablarle. Me costaba bastante socializar por redes sociales. Irónico, ¿no?

Ella no me había hablado, pero yo me había puesto a mirar su perfil. Por algún motivo que me negaba a admitir quería saber todo de ella y como ahora la tenía agregada podía ver mejor todo su perfil.

Le gustaba compartir frases de canciones y memes, tenía muchos amigos de su antiguo barrio en Buenos Aires y también tenía a sus amigos del pueblo que la etiquetaban en fotos que se sacaban a diario.

Estuve viendo casi todas sus fotos, desde las más actuales hasta sus vacaciones en Mar del Plata de enero del 2010 y su cumpleaños de quince.

Su vestido era azul Francia, en la mayoría de las fotos estaba rodeada de amigas y familia. Al parecer su papá era policía y su mamá muy religiosa, tenía a sus abuelitos vivos y también dos hermanos más chicos; parecía que le gustaba dibujar porque compartía vídeos de gente dibujando y ella tenía algunas fotos de dibujos propios sobre bandas de pop y series juveniles.

Por lo que veía en su perfil con sus amistades y el tipo de cosas que le gustaban, entendía que yo no era su tipo y quizás eso me decepcionó un poco. Además, dejé de sentirme especial por haber recibido su solicitud de amistad porque tenía agregado a casi todo el curso. Entendí que solo me había añadido a sus contactos porque éramos compañeras.

Cerré la Notebook y me quedé un momento mirando un punto fijo de la casa sin pensar en nada. De pronto me puse de pie y fui a mi habitación, peiné mi cabello y me cambié la remera vieja que tenía puesta por una más nueva.

Agarré mi celular para sacarme una foto, aunque la calidad de la cámara no era muy buena, lo hice. Posé con la guitarra disimulando que estaba tocando, incluso hice una nota para que sea más creíble y saqué fotos ayudándome con el temporizador.

Al final, elegí las que mejor salieron y las demás las borré.

Estuve un rato con eso hasta que llegó mi mamá de trabajar, saludó bastante cansada y fue a prepararse unos mates para sentarse a ver su programa favorito de chimentos. Estuve un rato charlando con ella y luego con la excusa de que haría tareas fui a terminar de editar la foto que más me gustó.

Una vez terminado mi trabajo la subí en mi perfil de Facebook. ¿Para qué? Para llamarle la atención a Nati. Casi nunca publicaba fotos y me sentía un poco tonta haciéndolo para llamar la atención a alguien que acababa de agregarme.

El primero en comentar fue el Abuelo: «¡Vero al Cosquín Rock!», leí su comentario con una sonrisa en el rostro y no tardé en poner "me gusta" y responderle con algo gracioso. El segundo en hacerlo fue Mati: «fachera» comentó y sonreí al reaccionar a su comentario. Al menos mis amigos me bancaban en todas, Angie también dejó su comentario halagador y luego pasó lo que quería que pasara:

«Natiii Heredia indicó que le gusta tu foto».

—¡Sí! —Sonreí y luego me tapé la boca con mi mano.

¡Ella vio mi foto!

Pero no la comentó, solo dejó ese "me gusta" que tanta alegría me trajo. Me di cuenta de que estaba actuando como una tarada por ella, no podía creer que le estaba dando demasiada importancia a las redes sociales por querer llamarle la atención a una porteña que hace poco conocía.

Ni siquiera con Thiago había hecho eso, quizás porque en la época que más me gustaba ni siquiera tenía internet, ni computadora. Y en la actualidad el pibe no me gustaba tanto como antes, me parecía re lindo, pero no tanto como para querer llamarle la atención en Facebook... No como a Natalie Heredia.

Aquel último añoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora