Capítulo 4 Reencuentros IV Parte

95 14 3
                                    


Campamento yen parte de ese mismo día en la tarde...

DEFENSA DE SAYIRA

Sayira se sentía aterrada aquella tarde, mientras que afuera el tiempo comenzaba a empeorar las nubes grises apresuraban el paso oscureciendo la tarde y los continuos truenos estaba más cercanos así como los chasquidos de los relámpagos. Era prácticamente media tarde, cuando Sayira había acudido al llamado de Yamei de comparecer ante todos los leones del cuerpo de mando del campamento Yen que él liderizaba; ya anteriormente ella había rendido declaraciones, pero solo ante Yamei e Iroshi su primer oficial como testigo, pero ahora debía enfrentar a todos los leones que estaban allí defenderse y probar ante ellos que realmente era una persona diferente a lo que originalmente se creía de su especia, para ella no habían contemplaciones puesto que provenía de una especie exiliada sin honor y por tanto debía ser tratada como eso, aunque Yamei tenía otros planes en mente para salvarla de los terribles edictos que existían contra su especie.

Sayira levantó tímidamente y los observo a todos, ellos eran leones grandes, fornidos, algunos con heridas de batallas en sus rostros, otros tatuados notoriamente en diferentes partes de sus cuerpos, lucían serios, rudos, agresivos, ninguno le quitaba la mirada de encima

-¡¿Qué rayos estoy haciendo aquí?!- razonaba en su pensamiento - ¿Cómo llegué a esto? ¿Qué pasará si no puedo con todos ellos? Solo soy una tigresa que aparenta ser fuerte, pero en realidad se esta  muriendo de miedo ¿Que se propone Yamei al exponerme antes todos estos grandulones? No me gusta cómo me miran parecen estudiarme, buscan la mejor manera de acabarme se nota que me aborrecen por ser bengala esa mirada que tienen es tan penetrante, creo que me juzgan con severidad, no tienen consideración ni siquiera porque soy una hembra.... ¿Pero es que acaso este lugar es tan terrible como el reino de dónde provengo? – yo razonaba en mi pensamiento, mientras dentro mi corazón se aceleraba como si quisiera salirse de mi pecho, sentía mis labios secos, pero no había nada de agua para que yo me hidratara en realidad solo éramos ellos y yo sin nada más, y su líder por supuesto sentado frente a mí, casi no me atrevo a mirarlo me siento tan enojada con él, solo está allí a la espera no hace nada, no dice nada, solo mira pareciendo tan descarado y cínico, aguardando a que estos simios salten a partirme en pedazos, a su lado esta Iroshi, no sé si tenso o en espera también de que me destacen ¿Qué haré? tengo que demostrarles que están equivocados no puedo dejarme vencer, deje demasiado atrás, perdí mucho y los que quedaron esperan que alguien les brinde una esperanza, tal vez por eso estoy aquí no le daré la espalda a mi gente, a mi princesa, soy una tigresa de bengala y nadie ni siquiera ellos van a quitarme mi identidad...

Sayira trataba de aparentar serenidad aunque por dentro era un manojo de nervios, sus manos estaban sudorosas, frías, sentía querer correr, salir de allí huyendo, pero sabía que si hacía semejante estupidez solo empeoraría su situación, Yamei había llegado y con su llegada todo estaba cambiando incluso su destino, ahora su deber era demostrar que ella no era una bestia como todos creían, necesitaba por todos los medios dejar a su especie bien parada y sembrar en ellos el beneficio de la duda de forma que entendieran que los tigres de bengalas no eran todos perversos e indolentes como se pensaban que eran. Su miraba se dirigía hacia el general una sin duda de desprecio y enojo, pero Yamei no se intimidaba tan fácilmente tenía fija una idea y definitivamente era de los leones que no daba su brazo a torcer sabía lo que hacía y ahora buscaba darle un impulso diferente a todo el asunto de Sayira interesado más que nadie en salvarle el pellejo, aunque no lo daba a demostrar con mucho énfasis, él simplemente estaba a la expectativa de lo que ocurriría ignoraba lo que su decisión desencadenaría, pero aquello era necesario si realmente quería proporcionarle una manera de sobrevivir en esa tierra siendo la maldita que era considerada

Cena para dos la caída de un imperioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora