Capítulo 1 Reencuentros I parte

166 11 0
                                    

Campamento Yen.... (Sayira –Yamei)

-Ese sol.... ¿Qué ocurre? - De nuevo me volví y el sol segó mi mirada - me siento cansada, pero es que no entiendo ¿Cómo llegue hasta aquí? - el sudor baña mi frente, mi saliva está seca, mis labios partidos ¿acaso he estado caminando más de la cuenta....? ¡No puede ser! – Razone- ¿escape? ¿Pude hacerlo? ¡Estoy libre de mi prisión!- afirme feliz- pero ¿Cómo? ¿Cómo paso? no puedo recordar lo que hice para estar libre....bueno ya que- sacudí mi cabeza, lo único que importaba era que por fin estaba libre eran seis meses de encierro ahora soy libre en tierra nueva, no sé si llorar o reír hasta el cansancio, lo logre burle la seguridad de ese sitio tan molesto, pero sobretodo me burle de él Yamei creyó que tendría poder sobre mí para siempre, él no me conoce, nadie me conoce.... todos ahora pueden irse al diablo, tal vez me estén buscando, pero no me encontraran no podrán no voy a volver allí nunca más... pero ¿Dónde estoy? – mire a mi alrededor confundida todos estaba tan silencioso y tranquilo, levante mi mano y tape mi frente procurando visualizar mejor el camino nunca había visto un sol tan brillante me segaba, pero me sentía feliz ya no era una prisionera tal vez ahora iría a un sitio mejor donde definitivamente no este cautiva de nadie - sonríe entre dientes y seguí mirando reconociendo el lugar, había pasto verde extendido hasta donde se perdía mi vista, el viento lo acariciaba sereno le hacía tumbarse de un lado a otro en un acto tan armonioso, me sentí tan agradada respire hondo y extendí mis brazos mirando hacia el cielo azul gire todo mi cuerpo celebrando mi libertad, corrí olvidándome de lo que queda atrás... de pronto algo ocurrió el sol oscureció había nubes negras por doquier y el viento soplaba de forma diferente, el pasto antes verde lucia seco como el de mi tierra natal ¿Qué está pasando? ¿Acaso todo fue una ilusión? ¿Es que estoy en mi tierra de nuevo? ¡No! ¡No puede ser! ¿No lo comprendo? ¿Qué es todo esto? – mi corazón se aceleró en mi pecho apreté mis labios y me sentí paralizada no sabía hacia dónde ir, fue en ese momento cuando escuche una voz femenina llamarme....

-¡Sayira! - alguien estaba allí y sabía mi nombre, pero ¿Quién? ¿De dónde provenía esa voz? ¿La conozco?.... esperen ¿acaso esa voz no es la de Misuki?

- ¡Mi...M...Mizu...ki! – Misite con mucha dificultad no podía creer que ella  estuviera viva y que ambas coincidiéramos en el mismo lugar

-¡Sayira! - insistió llamándome

-¿Misuki eres tú? ¡¡Perdóname!! ¿Dónde estás? ¡Por favor no puedo verte! ¡Lo siento no quise dejarte atrás! ¿Dónde estás?

-¡¡Corre esta tras de ti!! Te atrapara, no se detendrá hasta encontrarte, quiere matarte.... ¡viene por ti Sayira! ¡¡Corre, corre!! - aquella voz se distorsionó, estaba aterrada tratando de encontrarla y de pronto algo cayó sobre mí, era la cabeza de Kento sus ojos brotados y ensangrentados me hicieron retroceder caía al suelo horrorizada y fue peor cuando lo vi, Yu Fei parado allí con esa malvada y sínica sonrisa

-¡¡No es cierto!!..... ¡noooooo! - grite como loca pateando y dando puñetazos- ¡aléjate de mí, no me toques, no me toques bestia inmunda, maldito asesino!

-¡Oye basta! ¡Despierta ya! ¡Despierta! – la sacudía Iroshi tratando de despertarla de aquella pesadilla profunda, Sayira abrió los ojos pálida, aterrada mirando en todas direcciones buscando a ese tigre que había visto en su sueño, temblaba al recordar la imagen de la cabeza de Kento en sus pies y ese vivo recuerdo de Yu Fei allí mirándola de forma tan fría y con tanto odio – Tranquila solo fue un sueño, estás bien, cálmate – al oír aquellas palabras Sayira arrugó el ceño y sintiéndose vulnerable sin pedir permiso se tiró sobre él abrazándolo sorpresivamente buscando refugio por lo aterrada que estaba – Ya paso, solo estamos nosotros, no sé lo que soñaste, pero no te pasara nada respira – trataba de consolarla sin saber cómo reaccionar, siendo incapaz de abrazarla como ella lo estaba haciendo, temeroso puesto que era la primera vez que había tanto acercamiento entre ellos, y no se atrevía a reaccionar, pero notando que ella temblaba y trataba de refugiarse en él poco a poco Iroshi accedió brindándole el abrazo que ella buscaba para sentirse reconfortada

Cena para dos la caída de un imperioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora