Amistad.

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Aparte de recuerdos amorosos, también podemos hablar de lo que son recuerdos con amigos, un recuerdo muy particular y que normalmente podemos sentir cuando tenemos a alguien que te hace sonreír.
Aquel día (unos días después de haber salido con Emily en la noche) había estado en la casa de Nathan, hablando de cosas incoherentes, comiendo de todo tipo de alimentos y jugando el play, definitivamente ese recuerdo era uno de los mejores, porque después de tanto tiempo, estaba con la persona que era como mi hermano, mi amigo, mi consejero, mi escolta, mi ayudante de mentiras, mi mejor amigo, en serio, después de casi 6 años separados, estábamos allí en aquel cuarto, molestando y rellenando todos ese tiempo que habíamos perdido, era tan genial hablar con el, recuerdo muy bien ese día, tal vez por la caídas, las peleas, los empujones, las bobadas, por muchas cosas las recuerdo, pero la mejor parte de todo fue haberle ganado en un combate de far cry 4, se enojo Tanto que hasta tiro el control y callo en todo el jugo de limón, fue un día muy importante para mi, pues estaba con la patético chico que siempre ha estado conmigo, aunque hubieramos dejado de hablar, el siempre estaba ahí.

**

Tres días después de haber salido con Emily, yo estaba en mi cuarto, acostado bocabajo, pensando en todo lo que hubiera pasado si esa pequeña oleada de calor que emanaba los labios de ella, no hubiera sido ese pequeño roce de labios, si no un corto y dulce beso. Sería mágico y especial, habría sido un momento épico y el cual hubiera marcado el día en que ella y yo, hiciéramos un pequeño pacto de amor. -pensé-

Esos pensamientos me estaban inundando en una oscuridad de la que yo era el creador.
Comencé a escuchar aquella música tranquila, que tiene hasta buen ritmo y unas letras que lo dejan impactado, esperanzado, alegre, triste, de varias emociones, las canciones se pueden decir que son los mejores consejeros después de los amigos... Y en aquella canción que me recordaba a Emily, sonó mi celular.
-¿Sí? - dije -
-... - no hubo respuesta -
-¿hola? -dije, esta vez esperando una respuesta-
- Hola Jayden, Nathan ¿Quieres venir a mi casa, no se, a molestar o algo?
- Bueno - respondí- enseguida voy.
Era mejor estar con el idiota de Nathan, que estar aquí mortificando, por esos malditos pensamientos que me invadían cada vez que decía el nombre de Emily, o cuando una cancion me la recuerda.
Y pues obviamente era mejor estar con Nathan que estar aquí en la oscuridad de mi cuarto.
-Claro te espero aquí. - dijo el-
- Dale.
Al colgar mire la hora, eran exactamente las 5 de la tarde, me decidí por una prenda de ropa, no tan oscura como la uso casualmente, esta vez elegí unos Jeans oscuros y una camisa gris, terminando así con unos tenis blanco.
Fui a la cocina, me despedí de mi madre, cogí las llaves del auto que estaban en la lacena y salí, en el auto no quería escuchar esas canciones que te destruyen, así que en vez de eso puse la emisora, la cual (el universo conspira contra mi) suena una de esas que se escuchaba en el bordenline, aquella noche que estuve con Emily y que de camino a casa también sonó. Maldición, todo me recuerda esa dulce sonrisa que tiene y esos ojos que hacen que entre en un trance del cual no puedo salir -pensé-
Llegue más o menos a eso de las 6, una hora, puesto que el vivía al extremo de la ciudad cerca del instituto. Me baje del auto, camine hasta la puerta, timbre y en esas salio el joven, de cabello oscuro, alto, usando una sudadera negra y un esqueleto negro, se puede detectar a leguas que era el patético de mi hermano (mejor amigo).

-¿Bueno y qué tienes preparado para hacer? Supongo que jugar un rato con el play y tal vez comer algunas frituras ¿no? - dije saludándolo con un abrazo-

- Bueno pues espero que estés preparado para perder. -lo dijo mientras se reía -

-Eso puedes apostarlo.
Entre a la casa, era algo grande para tres personas que solo vivían en ella, pero bueno, al parecer el cuarto de Nathan quedaba en el sótano, era algo grande y muy cómodo a decir verdad, tenía varios póster de vídeo juegos, también de bandas de rock, pop y varias de metal, pero la mejor de todas era la banda de GNR (Guns'N Roses) como estaba hecha era totalmente genial, el televisor si ni hablar, se podría decir que era de unas 72 pulgadas (no exagero) era gigante, una cama doble, algo grande y cómoda...

Después de sentarme, me reto a jugar halo 4, pensó que era mejor que yo y que me ganaba, acepte el reto.
Jugábamos mientras comíamos doritos y el diciendo un poco de palabras que no entendía, pues sabia que iba ganando, me gustaba verlo frustrado y con la desesperación de saber que iba a perder.
-¿Decías que me ibas a ganar? Hey Nathan? Pues creo que vas perdiendo ¿no?
-No, espera y verás ¡Te voy a ganar! , ¡No hay forma de que ganes puto! -lo dijo en un tono, algo aburrido y enojado-
-¿Acaso estas enojado? Pues ya casi acabamos y te voy ganando.
Al terminar el juego, Nathan tenía el ceño fruncido y por haberle ganado tiro el control cual cayó en el jugo de limón que habíamos comprado, lo más chistoso es que cambio la forma de expresión a una más como de mierda, que acabo de hacer, me gustaba verlo así todo preocupado y pues además fue culpa de el que hubiera hecho.
-Mierda Oliver me matará. -dijo después de ver lo que había ocurrido-
Al escuchar ese nombre, un recuerdo leve apareció, ¿Quién era tal chico? - pensé- su nombre me resultaba familiar, y además por que me había puesto nervioso y los pelos de punta al escuchar ese nombre. ¿en verdad quien era esa extraña persona? ¿lo había conocido hace tiempo? ¿por qué sentía ese extraño sentimiento? ¿o es mi imaginación que juega conmigo? ¿que carajos pasaba? -pensé-.
-¿Espera repite ese nombre? ¿Por qué me parece familiar?
-Pues idiota es Oliver, uno de nuestro amigos en primaria ¿Te acuerdas de el? - dijo -
Claro ahora todo encajaba en su lugar, era aquel niño pequeño de cabello rizado, que me empujaba cada vez que podía, era un chico muy peculiar un gran amigo se podría decir.
-oh ya se quien es, claro - dije por fin -
¿Qué tienes que ver con el control?
-Es de el, obviamente lo pedí prestado, pues tú venías, y para que jugaramos los dos tenía que pedirlo prestado.
-Espera... ¿Tú has hablado con el?
- Oh pues claro, cuando me mude aquí a esta ciudad, tú no estabas y no tenia a alguien así cerca, entonces en una salida que tuve con mis padres, lo vi y lo reconocí, y desde ahora hablamos mucho es muy buen amigo, pero claro que no te reemplazará a ti.
- Ahora entiendo todo... Y... Bueno ¿a cambiado desde la secundaria? -dije- mire el reloj eran ya las diez y los padres de Nathan no habían llegado, se le hacía raro así qu pregunte. ¿y por cierto tus padres por qué no han llegado?
-Creo que tenemos que hablar, Jayden.
Siéntate.

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