SILENT CRY ━ all of us are dead, bang chan

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❥ 챕터 일레븐

   ╰ ───────➤[chapter eleven]

—NO ME convence el plan. —se cruzó de brazos Seohae.

Tras un intento de suicidio por parte de Ji-Min, On-Jo intentó conversar con la chica en la sala de radio, pero la joven se apoyó en el micrófono activándolo y encendiendo el altavoz cercano.

Y aquello le dio a Nam-ra una idea.

Si conectaban música a los altavoces, los zombies irían hacia ellos dejando el camino libre para que pudieran pasar y llegar al aula de música. Pero Seohae solo podía pensar en todos los fallos del plan.

—¿Tienes algún otro? —preguntó Su-Hyeok interesado. El silencio de Seohae fue respuesta suficiente.—Tenemos que llegar hasta ellos, Seohae, y me temo que no habrá un camino fácil.

Finalmente la chica accedió y entraron a la sala de radio a planificar mejor el plan.

—¡No es Justo! —se quejó Cheong-san, provocando la risa de Christopher.—¿Como puede ser que me hayas ganado en todas?

—Eres malísimo, Lee.

Tras conversar un rato de cosas triviales para llenar el tétrico silencio que los había rodeado junto al miedo, encontraron un lápiz en una estantería y comenzaron a jugar al tres en raya en la pared del aula.

Y de cincuenta partidas, Cheong-san perdió cincuenta.

—No es verdad, siempre gano a mi hermana. —dijo firmemente orgulloso.

—Pues te doy dos opciones, o Seohae es malísima, o te deja ganar.

—Es malísima. —respondió rápidamente.

Antes de poder responder, un fuerte pitido proveniente del altavoz les saturó los odios unos Segundos.

Se miraron confundidos, levantándose poco a poco para acercarse al aparato. Y entonces la voz de Dae-su resonó en el aula de música.

—Uno, dos, probando. Cheong-San, Bang Chan. ¿Nos escucháis? Uno, dos.

—¿Que están haciendo? —murmuró el mayor.

—Chicos, soy Su-Hyeok. Iremos a por vosotros, así que no os mováis. Iremos enseguida.

—No, idiota. No podéis venir aquí. —habló Cheong-san.

El chico decidió acercarse a la puerta a vigilar si venía algún zombie, debía volver a la sala de música él mismo, no podían arriesgarse así. Pero antes de que Bang Chan pudiera decirle algo, alguien se adelantó

—Quédate ahí, por favor. —se escuchó la voz de On-Jo.—Nunca me haces caso pero esta vez. No os mováis, por favor.

—Estáis locos. —exclamó Cheongsan alejándose de la puerta.