[🍨×🍷] Motherly Figure

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Tal y como todos los días, el Wonderland Sekai estaba más animado que cualquier otro lugar.

Usualmente, Kaito estaría practicando con los demás, o cuidando de los pequeños y energéticos peluches. Sin embargo, esta vez se le habían dado un día libre, ya que en esta obra solo participarían Meiko, Rin, Len, y Miku. Por otro lado, se suponía que Luka iba a cuidar de los peluches esta vez.

Pensó por un momento en ir a con los demás Vocaloids, quienes debían estar practicando sus diálogos y acciones para su siguiente presentación. Sin embargo, al pensarlo bien, algo pasó por su mente. "Dejamos a Luka, quien apenas si puede mantenerse despierta, a cargo de peluches sumamente hiperactivos..." Y aquel pensamiento fugaz provocó que un escalofrío recorriera su espalda por completo.

Sus planes terminaron cambiando por completo. En lugar de ir con los demás v singers, decidió ir a buscar a los peluches... donde quiera que estén. ─La última vez que no los cuidamos, uno de ellos casi se cae desde la punta de la rueda de la fortuna...─ Dijo para sí mismo mientras los buscaba relativamente desesperado.

Para su suerte, estos mismos se encontraban reunidos en un mismo sitio. La escena frente a él provocó que suspirara bastante aliviado, el solo pensar en reunirlos a todos otra vez era agotador.

Sin embargo, había algo raro. No había rastro de Luka cerca de ellos. Bastante confundido por esto, Kaito se acercó a ellos, encontrando una grata sorpresa. ─¡Ja! ¡Te atrapé gato travieso!─ La voz de Meiko se sobrepuso ante los demás, esto mientras abrazaba a uno de los peluches.

El vocaloid llegó por detrás de ellos, un poco sorprendido de que Meiko estuviera manejándolos tan bien, a final de cuentas, ella nunca fue la más "responsable" de todos (siendo honestos, ninguno de los otros 5 parece remotamente responsable, pero nada se puede hacer), por lo que era un poco difícil de creer que los peluches estuvieran tan tranquilos y entretenidos. ─¿Meiko? ¿Qué haces aquí? Pensé que estarías prácticamente con los demás.─

Al escucharlo, ella rápidamente volteó, topándose con su querido amigo parado tras suyo. ─¡Oh! ¡Hola Kaito! Hoy terminé rápido mis ensayos, así que decidí venir a jugar un poco.─ Respondió a su pregunta felizmente, aún con el gato en sus manos. ─¿Qué haces tú aquí? ¿No es tu día de descanso?─ Su expresión rápidamente cambió a una de duda en el momento que le cuestionó.

Kaito se rascó la nuca apenado. Y miró hacia los peluches. ─Jaja, bueno... Me preocupaba que los peluches estuvieran sueltos por ahí, así que vine a asegurarme de que estuvieran bien.─ Se rió un poco avergonzado, desviando levemente la mirada.

Meiko simplemente suspiró. Con algo de delicadeza bajó al peluche que anteriormente estaba en sus manos, dándole la oportunidad para ir con el resto. ─Imagino que te preocupaba que Luka se hubiera quedado dormida, ¿verdad?─ En respuesta, el contrario afirmó moviendo su cabeza. ─Me lo suponía... Y bueno, no estabas tan equivocado.─ Dicho esto, señaló a su izquierda, donde la chica ya mencionada se encontraba dormida sobre el pasto a unos cuantos metros de distancia.

─Ya veo... Era de esperarse.─ Dijo el peliazul mientras observaba a Luka. ─Me alegra que estés cuidando de los peluches. Es bueno saber que puedes tenerlos bajo control.─ No quería decirlo, pero le sorprendía bastante lo buena que parecía ser con los pequeños.

La chica meramente sonrió amablemente ante sus observaciones. ─Si te soy honesta, fue un poco difícil al inicio. Tienen más energía de la que recordaba.─ Por su tono de voz, era bastante fácil notar que estaba cansada. ─Es increíble que puedas cuidar de ellos casi siempre eres como un padre para ellos.─

No podía faltar. No era la primera vez que ella se refería a él como la figura paterna de los peluches. ─Meiko, no soy tan viejo... Creo que un hermano mayor sería más indicado.─ A él le gustaba creer que no se veía tan viejo.

─¡Ah! No te preocupes, ¡no te ves viejo en absoluto!─ Exclamó Meiko en un intento de hacerlo sentir mejor, para después darle un leve golpe en el hombro de forma amistosa. ─Es solo que eres muy responsable, seguramente las cosas serían muy difíciles si no estuvieras aquí.─ Y razón no le faltaba, podría decirse que él cuidaba de todos, Virtual Singers incluidos.

Kaito estuvo a punto de decir algo, sin embargo, un peluche llegó de forma repentina, subiéndose en la espalda de la chica, y provocando que esta terminase cayendo al piso. ─¡Meiko! ¿¡Estás bien!?─ Rápidamente se acercó a ella preocupado dispuesto a ayudarla.

─Ah, ¡no te preocupes Kaito! ¡No me dolió!─ Le respondió mientras estaba tirada en el piso, y aquella respuesta lo alivió bastante. En un rápido movimiento, la chica se sentó, y cuando lo hizo, los peluches empezaron a llegar y a recostarse alrededor de ella. ─¿Ya se cansaron de jugar acaso?─ Le preguntó a los pequeños traviesos, quienes respondieron que sí.

De este modo, varios descansaron junto a ella, aunque claro, no todos cabían en sus brazos. Meiko hizo un movimiento leve con su cabeza, intentando indicarle a Kaito que se sentase a su lado, cosa que él hizo sin quejarse.

En poco tiempo, ambos vocaloids ya tenían aquellos tiernos animalitos de felpa dormidos junto a ellos. Era una escena bastante linda, especialmente porque el sol del Wonderland Sekai poco a poco se ocultaba, dando paso a un bello atardecer.

Hubo silencio durante unos momentos, pero este se rompió repentinamente. ─¿Sabes, Kaito? He pensado en algo...─ La atención de este mismo fue captada por la castaña, quien se veía levemente sonrojada. ─¿No crees que los peluches también deberían tener una madre?─ Le preguntó mientras acariciaba levemente la cabeza de un pequeño conejo.

Esta pregunta hizo que Kaito se congelara en su sitio, sorprendido de la repentina actitud de Meiko. "¿Una madre? ¿Se refiere a ella? Dijo que yo era como un padre para ellos, ¿es esto alguna clase de indirecta? ¿Por eso estaba cuidando de los peluches? ¿A qué se refiere exactamente?" Su mente fue invadida por un millón de dudas sin resolver.

Estas dudas lo forzaron a quedarse callado pensando en una respuesta ideal; lo que menos quería era asumir cosas, especialmente sobre alguien como ella. ─Bueno... Supongo que tienes razón. ¿Por qué lo preguntas?─ Al momento de preguntar, desvío la mirada algo avergonzado, haciendo lo posible por mantener la compostura.

No hubo respuesta inmediata a su pregunta, sin embargo, se sobresaltó al sentir como repentinamente, Meiko se reposaba su cabeza en su hombro. Uno podría pensar que esta era su respuesta, e incluso el mismo Kaito lo pensó por unos segundos. Lastimosamente, esto no era así, puesto que se pudo escuchar leves ronquidos provenientes de la susodicha, dando a entender que simplemente se había quedado dormida.

Él no pudo evitar voltear a verla; ahora que lo pensaba, era bastante linda, especialmente con el color rojizo del atardecer iluminando sus facciones. Esto lo llevó a terminar incluso más sonrojado que antes.

No quiso despertarla, así que lo único que hizo fue admirarla en silencio. Lo más probable era que se encontraba cansada de tanto haber jugado ese día. Además, la atmósfera ciertamente transmitía paz y tranquilidad, un escenario perfecto para dormir cómodamente, tanto que inconscientemente bostezó.

─Dormir un poco no hará daño, ¿cierto?─ Se preguntó en voz baja, para después mirar a Meiko por una última vez. Con gentileza, recargó su cabeza sobre la de la susodicha, y se acomodó con cuidado. ─Dulces sueños, Meiko...─ Dicho esto, cerró sus ojos lentamente, quedándose dormido poco tiempo después.

La respuesta podía esperar, ahora lo único que importaba, era la paz que en sus corazones permanecía.

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❥ Oɴᴇ-sʜᴏᴛsᴾʳᵒʲᵉᶜᵗ ˢᵉᵏᵃᶤDonde viven las historias. Descúbrelo ahora