MY ÁNGEL [FATE: THE WINX SAGA] ~Stella~

*❝ ִ ⁺ ✯ ¡CAPÍTULO 2！ׂ۪ 𐋃 𝆯*

Unas voces llegaron a sus oídos, volteó a ver de donde provenían estas, encontrándose con un pequeño grupo de chicas, al parecer amigas.

Tomó la manija de su maleta, para luego dirigirse hacia ellas.

—Hola —dijo con una sonrisa— soy Aubrey —la timidez se hizo presente en la chica aunque solía ser muy sociable le costaba poder entablar una conversación con alguien que no sea de su familia.

—Hola, yo soy Bloom —habló la pelirroja, para luego presentar al resto— ella es Musa —señaló a una chica de coletas— ella es Terra —señaló a una chica de ojos verdes— y por último, ella es Aisha —dijo en referencia a una morocha.

—Mucho gusto, Aubrey —dijeron todas al unísono, realmente parecían ser buenas personas.

—Lo mismo digo, chicas —le dedicó una sonrisa— ¿Ustedes por qué están aquí? Yo no sé porque lo estoy —dijo la menor, llevándose la mirada de las chicas hacia ella.

—¿No sabes por qué estas aquí? —preguntó la de ojiverde, haciendo que ella niegue— nosotras estamos aquí porque tenemos algún poder, somos hadas —dijo tranquila como si fuera algo normal, pero para Aubrey esto era nuevo, aunque sabía de su existencia, no sabía que se encontraría a estas en su primer día.

—Debe ser lindo ser un hada, a mí me gustaría serlo —bajó su mirada al suelo, para luego volver a mirarlas— creo que estoy aquí para tener una vida de adolescente normal o eso quieren hacerme creer —todas fruncieron el ceño, era raro que mintieran a alguien para traerlo aquí— igual no importa, intentaré aprender todo lo que me enseñen y descubrir si tengo alguna habilidad especial.

Las cinco continuaron hablando, la realidad es que les había caído bien Aubrey y las chicas a ella, así que no dudaba en que terminarían siendo grandes amigas.

La charla continuaría si cierta rubia no hubiera aparecido frente a los ojos de la menor, haciendo que se disculpe para luego correr hacia ella y abrazarla.

La rubia no dudó en seguir el abrazo, no se veían hace mucho pero el contacto que mantuvieron había ayudado a que no fueran unas completas extrañas en la academia.

—Aubrey, cuanto te extrañé —la mano de Stella, acariciaba el cabello de la castaña— creciste mucho, estás hermosa.

—Gracias, Stella —la chica le sonrió, mientras se sonrojaba— ¿Cómo estas? Al parecer nos veremos más seguido.

—Tendremos clases juntas y también me avisó la directora que serás mi compañera de cuarto, así que te ayudaré a ponerte cómoda —tomó la maleta de ella, para luego comenzar a caminar en dirección a las habitaciones.

—Gracias por la bienvenida y ayudarme —la rubia sonrió, haciendo que ella lo haga también.

El camino fue silencioso, solo se lograban escuchar las respiraciones de ellas. Cuando llegaron a la habitación, la rubia dejó la maleta en la cama que le tocaría a la contraria, mientras que ella se sentó en su cama, la cuál estaba frente a la otra.

—Aquí es donde duermo yo y ahí tú —la menor se sentó en la cama de la rubia, frente a ella.

—Lamento la ruptura de su relación —aunque sentía pena por eso, en el fondo se alegraba de que terminaran.

—No es tu culpa, simplemente las cosas ya no funcionaban, ambos queríamos cosas completamente distintas.

—Entiendo, aunque enserio espero que logres ser feliz —Bree llevó su mano a la mejilla de Stella, dejando caricias en esta— aparte eres muy bonita, dudo que no tengas pretendientes.

El corazón del hada comenzó a palpitar fuertemente, nunca había sentido algo por la menor o eso creía, pero ante el tacto de ella, todo su cuerpo se había alterado, sabía que ella no era la culpable de eso y aunque quisiera ocultarlo, le gustaba sentirse así, estar tan cerca de ella.

—Gracias, Bree —en ningún momento apartó la mano de su mejilla, era lindo sentir el calor de esta— sobre lo otro, ninguno logra llenar el lugar, soy demasiado para todos ellos —ambas jóvenes se rieron, ella solía ser egocéntrica pero cuando estaba con Bree, eso cambiaba, con ella podía ser ella misma, sabía que nunca la criticaría y que a la castaña le agradaba ella de cualquier forma, eso hacía que la quisiera demasiado— bueno, mucha charla, debes desempacar y yo debo ir a la dirección por algunas cosas que me pidieron.

Ambas se levantaron de la cama y se despidieron, para luego cada una encargarse de lo que debían, en este caso, a la menor le tocaba ordenar todo lo de su maleta.

🖤

Finalmente había terminado de ordenar todo, había ocupado solo un cuarto del armario y eso que este, era solo para ella.

Al terminar, fue directo al salón, suponía que tendría clases y aunque no supiera mucho el como manejarse en la escuela, igual debía hacer lo que correspondía.

Con ayuda de las chicas de hace un rato, logró llegar a clases. Hoy tocaba teoría de los poderes de cada una, el como se originó también Alfea y muchas cosas más. A la mayoría le aburría, pero para ella, era interesante, quería conocer mejor el lugar y a sus compañeras.