*❝ ִ ⁺ ✯ ¡CAPÍTULO 4!ׂ۪ 𐋃 𝆯*

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—¿Sabes si Bloom y tu hermano tienen algo? —dijo Stella, haciendo que la menor se atragante con lo que estaba tomando.

—¿Qué? —habló cuando pudo— no tienen nada, al menos no por ahora, pero si se gustan —dijo con una leve sonrisa al verlos hablar.

—¿Sabías que se gustaban y no me dijiste nada? —dijo la rubia un tanto molesta— creí que eras mi amiga.

—Stella, aún no son nada —volvió a repetir la menor— pero tampoco puedes colocarte así al ver a mi hermano rehacer su vida con alguien más —dejó el vaso en la mesa, cruzándose de brazos— aparte me enteré recién hoy, no es algo de hace mucho tiempo —suspiró, sin apartar la vista de ella— son ex, debes dejarlo ir .

—Igual deberías haberme contado —Stella también dejó el vaso en la mesa— no puedes opinar sobre algo que jamás tuviste o sentiste —escuchar eso, hirió a la menor.

—¿O sea, que porqué no tengo un ex y no conozco el amor, no puedo ser madura e intentar que el resto sea feliz? No me merezco absolutamente nada de lo que acabas de decir —la rubia intentó hablar, pero la castaña no lo permitió— no te odio Stella, pero si me hirió lo que dijiste, ahora si me disculpas, iré a tomar un poco de aire, solo piensa en lo que te dije —se fue de ahí, saliendo de la academia, yendo al bosque.

Al llegar, se recostó sobre un árbol, cerró sus ojos e intentó olvidar lo que ocurrió hace un rato, sabía que Stella no era así, pero a veces hería con sus palabras. Creía que estaba sola pero no era así, cierta pelirroja se encontraba a unos metros de ella, aunque esta última no se había dado cuenta de la presencia de la castaña.

Aubrey al abrir sus ojos y verla a lo lejos, decidió acercarse con cuidado, parecía que Bloom estaba triste y quería apoyarla. De la nada un fuego comienza a rodear a ambas chicas, provenía de la pelirroja, la menor estaba desesperada, no sabía que hacer para apagarlo, pero de repente, agua apareció, apagando el fuego inmediatamente.

Ambas voltearon a ver a Aisha, quien aparte de tener sus ojos azules, estaba manejando el agua.

—¿Qué ocurrió? —dijo la morena a las chicas.

—Bloom por accidente prendió fuego el lugar —dijo la menor, colocando su mano en el hombro de la pelirroja, en muestra de apoyo.

—No sabía que estabas aquí, Aubrey, sino te hubiera ayudado —dijo desesperada— aunque tampoco sé controlarme —volteó a ver a Aisha— gracias por ayudarme y salvarla —dijo en referencia a la menor.

—Menos mal que se me ocurrió venir por aquí —dijo en un suspiro— mejor vayamos adentro, creo que hay que alejarnos un poco de aquí.

Las chicas decidieron hacerle caso, ambas seguían a la morena nuevamente a la academia, Bree por alguna razón no podía dejar de abrazar a la pelirroja, algo le decía que no estaba bien y que necesitaba de apoyo.

Al llegar las tres al lugar, Bloom y Aisha se sentaron en una banca, mientras que la menor se recostaba sobre una pared, mirando en su dirección.

—¿Quieres contarnos que ocurrió? —le dijo a Bloom, quién al principio pareció dudarlo pero luego terminó aceptando.

—Hace unos años, me enojé con mis padres y incendié la casa con ellos adentro —Bree rápidamente se sentó a su lado, acariciando su espalda— resulta que tuve un ataque de rebeldía por mi edad, mi mamá no me daba privacidad, quería estar siempre encima mío, quería que fuera más sociable y no esté tanto tiempo encerrada en mi cuarto —de a poco su voz empezaba a entrecortarse— a tal punto de que mamá le pidió a mi papá que quite la puerta de mi habitación, eso fue lo que me hizo enojar aún más —sus ojos estaban cristalizados— en la noche, cuando ellos dormían, dejé salir mi furia, mi enojo y con mi poder incendie su habitación, donde ellos estaban durmiendo —una lágrima caía por la mejilla de la chica— cuando me dí cuenta de lo que había hecho, intenté detenerlo pero no pude, por suerte mamá se dió cuenta y pudo a sacar a papá de ahí, aunque la casa quedó totalmente quemada y mi mamá llena de quemaduras, por mi culpa —lágrimas caían por las mejillas de la chica, hablar de eso le dolía.

—No te puedes culpar por eso, Bloom —Bree no dejaba de acariciar su espalda— fue un accidente —limpió con sus manos libres, las lágrimas de sus mejillas— lo importante es que están bien, ya verás que en un tiempo lograrás controlar tu poder y no lastimarás a nadie —intento animarla, odiaba ver a las personas tristes.

—¿Bloom, estás segura que ellos son tus padres? —dijo Aisha de manera directa— ¿Puede ser que seas adoptada? —preguntó.

Bloom quién había parado de llorar gracias a la menor, escucho atentamente a la morena y negó.

—Claro que no, escuche varias veces como me tuvieron, fuí un milagro, nací con un problema en el corazón pero al otro día ese desapareció —dijo con total tranquilidad.

—Oh dios, eres una suplente —las chicas restantes la miraron confundidas.

—¿Qué es eso de suplente? —preguntaron ambas.

—Es cuando un bebé es reemplazado por un bebé hada, en este caso, tú, Bloom —la pelirroja negaba— eres muy poderosa, debes ser de sangre pura.

—Es imposible, si no fueran mis padres, lo sabría —se levantó del lugar— no vuelvas a decir algo como eso —dijo para luego retirarse de ahí.

—No debiste decirle eso ahora, no era el momento —la regañó Bree, yendo detrás de la pelirroja, no quería dejarla sola.

La buscó por todos lados, pero no la encontró. Decidió regresar a la fiesta, todo estaba como cuando se había ido, con la diferencia que Stella no dejaba de mirarla.

Iba a acercarse nuevamente a la mesa de comida, cuando fue interceptada por la rubia, quien tomó su mano y la atrajo con ella, sin permitirle refutar.

—¿Qué quieres Stella? —dijo de manera seria.

—Necesito que hablemos, por favor —dijo casi suplicando, ella era su debilidad y no podía decir que no.

—Bien, te escucho —dijo mientras fijaba su mirada en ella.

—Quería pedirte perdón por lo que dije —empezó diciendo— me comporté como una completa idiota con alguien que lo único que ha hecho es apoyarme y ver lo bueno en mí —acarició la mejilla de la castaña— eres más madura que muchos que los de aquí, eres madura para la edad que tienes y no necesitas saber lo que es el amor o tener pareja para opinar sobre eso —la castaña le sonrió, casi nunca se disculpaba— creo que ver que Sky ya me superó y está intentando tener algo con alguien más, me dolió, pasamos mucho tiempo juntos y en menos de dos meses ya tiene a alguien más —dijo con completa sinceridad— pero discutir contigo, me hizo abrir los ojos y descubrir que ya no lo amo, que me dolió el simple hecho de ver como había superado todo tan rápido, pero creo que finalmente ya lo superé.

Aubrey estaba orgullosa de ella, de que finalmente soltara y dejara ser feliz a su hermano. Una parte de ella creía en la esperanza que algún día Stella se podría fijar en ella, ella se encargaría de conquistarla.

—Disculpa aceptada —dijo con una sonrisa— me alegro ver que finalmente eres sincera contigo misma, que decidiste dejar atrás lo de ustedes e intentar ser feliz con alguien más —tomó la mano de la rubia, dejando caricias en esta— sabes que aunque peleemos, siempre contarás conmigo para absolutamente todo.

Ambas se abrazaron, Stella escondía su rostro en el cuello de Bree, a la menor le generaba cosquillas pero también una hermosa sensación al sentir tan cerca suyo.

—¿Te parece si nos vamos a nuestra habitación, hacemos un maratón de películas, comemos algo y pasamos tiempo como antes? —propuso la rubia, una vez que se separaron del abrazo.

—Sabes que no me niego a tal invitación —dijo con una enorme sonrisa.

Stella tomó la mano de Aubrey, yendo ambas directamente a la habitación. Con algo de magia, la rubia hizo aparecer comida, pusieron las pelis de Marvel y ambas se acostaron en la cama de la mayor, pues era más cómoda para ver el maratón.

Horas y horas de pelis, de risas, de comida y sonrisas, ambas la estaban pasando de maravilla. No tardaron mucho en quedarse dormidas, la castaña con su cabeza apoyada en el pecho de la rubia y la mayor envolviendo su cuerpo con sus brazos, no necesitaban taparse, pues el calor de sus cuerpos, era suficiente.

MY ÁNGEL [FATE: THE WINX SAGA] ~Stella~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora