"He's more myself than I am. Whatever our souls are made of, his and mine are the same."
La Granja de los Lars era el lugar ideal para esperar a que el toydariano se dignara a salir de su agujero y para que —confiado de que ya no corría ningún riesgo— apareciera delante de él y su bláster hiciera todo el trabajo. Una misión más al bolsillo y sin hacer mucho esfuerzo. La verdad es que no le molestaba pasar un par de días en aquella granja en medio de la nada, propiedad de un par de extraños que tampoco hacían muchas preguntas y que recibieron el pago en especie sin rechistar. Le gustaba la gente que se metía en sus propios problemas.
Lo que no le gustaba era Tatooine, o cualquier otro planeta ruinoso del Borde Exterior, abandonado por el Imperio, o la Nueva República, o cualquier gobierno civilizado que estuviera en el poder. La política no le interesaba tampoco. Pero un trabajo es un trabajo, claro. Y las personas que querían al toydariano muerto le habían pagado por adelantado, así que no podía quejarse.
La granja de humedad se localizaba en las salinas del Gran Chott, en la periferia de Anchorhead, más cerca de los eriales que del pueblo, por lo que el bullicio del mercado diurno no alcanzaba a perturbar la serenidad del desierto. La casera, una mujer togruta de pocas palabras, le había enseñado dónde podía dormir, bañarse y comer con un movimiento de cabeza y mano. Había recibido los pedazos de platinium como pago, luego de examinarlos un par de segundos y le había dicho con severidad:
"Lord Vader no suele dejar que mandalorianos hagan de las suyas por acá, pero si es verdad que vienes por el toydariano, te dejará estar aquí el tiempo que necesites".
Lo que más le llamó la atención fue que utilizara un título de tal tipo. Y observó con atención a la togruta. Debajo de su capa blanca, podía ver ropa hecha a la medida y de material y botas de combate, muy distinta a los textiles humildes que usaban los demás habitantes de Anchorhead. En sus montrales, la mujer portaba un ornamento de plata con cristales. Se dio cuenta de que, aunque la mujer parecía andar por la granja subterránea como si se encontrara en casa, no era habitante legítima de un lugar como ese. Parecía más bien la guardiana de ese lugar.
"¿Lord?", preguntó curioso. "No me parece que éstos sean los terrenos de un lord "
La togruta se río por lo bajo, sin humor.
"Lord Vader no es dueño de la granja solamente . Es dueño de Tatooine", le contestó, depositando sus grandes ojos azules en su casco. Tuvo la terrible sensación de que lo miraba a través del metal y podía verle el rostro. Tragó saliva.
"¿Y podré ver a Lord Vader para agradecerle personalmente por las atenciones?"
"Eso depende de él, mandaloriano"
Luego de salir de bañarse, maravillado ante el hecho de que esa granja en medio de los eriales tuviera tanta agua, salió hacia la cocina para comer algo y, posteriormente, ir a preparar su punto de observación. Había estado siguiendo al viejo toydariano desde hace un par de días. Luego de beber toda la mañana en una cantina, salía hacia el depósito de chatarra, donde dormía y vendía pedazería durante el resto del día. Cada dos días se aproximaba a los eriales para vender y comprar más basura con algunos jawas que se estacionaban un par de metros al norte de la granja. El tiro estaba prácticamente delineado. Solamente tenía que posicionarse, detrás de algún tanque de humedad y disparar.
En la cocina no había mucho. Comida instantánea de un crédito, algunas hierbas amargas, habichuelas del desierto y carne seca. El mandaloriano tomó un plato de comida instantánea y se sentó a la vieja mesa del comedor. La togruta no se veía por ningún lado, pero recordó haber escuchado el sonido de una motojet cuando estaba en el baño. Mejor para él. No quería toparse con más lords o soldados del Imperio. Trabajaba mejor solo.
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El tejido de nuestras almas
FanfictionEsta historia esta inspirada en Cumbres Borrascosas de Emily Brontë. Anakin Skywalker y Obi-Wan Kenobi debían encontrarse, y la fuerza de su encuentro y su destino es tal que ha afectado a todo aquel que se encuentre cerca o se cruce por su camino...