"Yo solo...", comenzó Joy, sin saber cómo hacerlo, honestamente."No tienes que explicar nada", dijo Ashley, levantándose de la mesa y fingiendo lavar su taza en el fregadero. Podía sentir sus ojos llorosos e hizo todo lo posible por contener las lágrimas. Tenía más de 30 años, por el amor de Dios. No necesitaba derrumbarse en este momento. No es como si esto fuera una sorpresa.
"Ashley, no puedes enojarte conmigo", dijo Joy, levantándose.
"No estoy-" Ashley trató de hablar, pero podía sentir que se ahogaba.
"Tú terminaste conmigo", dijo Joy con severidad. "Y han pasado casi dos años. No puedes estar triste, sabes que Diana me hace feliz"
Ashley se dio la vuelta. La taza ahora tirada y olvidada en el fregadero. Todavía sin lavar. "Lo sé. No estoy triste. Les deseo la más feliz de las vidas. Gracias por el té."
Antes de que Joy pudiera decir algo, Ashley pasó junto a ella, recogió su bolso, se puso la chaqueta de cuero y salió del que había sido su departamento durante mucho tiempo.
Abrió la puerta de su coche y se sentó allí. Llorando cómo nunca.
Si tan solo hubiera podido hacer las cosas de manera diferente hace unos años, no tendría que ver al amor de su vida casándose con otra persona. Pero Ashley siempre había sido la de la mala suerte.
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otro pequeño y triste por qué estoy inspirada :)