Salvarte

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(...)

Adelaida retrocedió, aterrorizada por el monstruo que sus ojos veían y que sus manifestaciones no podían vencer. Aquel Nomu sin mente propia se acercaba a ella cada vez más. El monstruo sacó un espolón cubierto de un líquido verdoso y brillante; veneno. La joven heroína ya no tenía a dónde huir.

Cayó de espaldas cuando las piernas ya no le respondieron. Su mente estaba descontrolada y no era capaz de usar su quirk. Este era el fin. Apretó los ojos y se cubrió en un último intento de sobrevivir, sabiendo en el fondo que su vida terminaría en un instante. El Nomu atacó sin vacilar y Ada manifestó un escudo frente a ella. Sólo logró escuchar como se quebró.

Todo era silencio, pero seguía respirando. ¿Cómo? De pronto sintió en su rostro un par de gotas de un líquido cálido. Sangre.

Cuando Ada se atrevió a mirar se encontró con aquel traidor que le había mentido a la cara todo este tiempo, con su mejor amigo Kotae. Quien permanecía inmóvil frente a ella, con la mirada perdida. Sus manos le tomaban los hombros con poca fuerza y pudo escuchar un quejido de su parte.

Fue en ese momento cuando vió que el abdomen de su amigo había sido atravesado por el espolón del Nomu. Pudo ver la sangre y el veneno escurriendo por su pecho. Él la defendió. Lo observó con miedo en los ojos y él bajó la mirada con lentitud, como si le costara trabajo.

Finalmente le sonrió con dolor, en otra ocasión él habría hecho un comentario inadecuado o un chiste tonto, pero no esta vez. Parecía que Kotae sabía que no tenía mucho tiempo.

-Descuida- dijo en voz baja -Soy mitad serpiente, el veneno de Yūdoku tardará en matarme-. Continuó como si fuera una buena noticia.

El tiempo pareció detenerse mientras su mejor amigo se desangraba frente a ella, y no pudo más que susurrar su nombre con horror, recordando las cosas dolorosas que le había dicho antes. Kotae seguía sonriendo y logró hablar un poco más.

-Lo siento Ada- rió levemente -No podré construirte ese restaurante que te prometí- la tristeza en su voz contrastaba con el recuerdo que apareció en la mente de la castaña.

Un Kotae más joven y alegre, de unos trece años; seguro de sí mismo y con una chispa que ella nunca había visto en nadie

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Un Kotae más joven y alegre, de unos trece años; seguro de sí mismo y con una chispa que ella nunca había visto en nadie. Sonrió mostrando los brackets en sus colmillos y le hizo una promesa:

"Si no te conviertes en heroína pondremos un restaurante, tú cocinarás y yo tocaré con mi banda para los clientes. Seremos muy felices ya lo verás".

Aquella tonta promesa infantil se sentía como un sueño lejano en ese momento.

El cuerpo del peliverde temblaba frente a ella, perdiendo la poca fuerza que le quedaba. Sonrió una vez más, con una mirada triste que ya no la veía.

-Voy a romper muchas promesas- suspiró divertido, apretando ligeramente las manos.

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BNHA_OC "La Mariposa y la Víbora"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora