Capítulo 13

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La Hokage respiró hondo -me dio gusto verte de nuevo Minato, pero debo quedarme a resolver y poner orden en mis filas -el rubio sonrió -le agradezco lo que ha hecho por mi hijo Tsunade-san -esta sonrió, negó con una sonrisa, se dio la vuelta levantando su mano y despidiéndose -Kakashi realizó una reverencia -Minato-sensei, gracias por ser un padre para mí, nunca pude decírselo -el rubio abrazó al peliplata con cariño -no digas tonterías Kakashi, lo hice con gusto, ahora ve, te necesitan -el sensei sonrió, caminó trás la rubia -iré con ustedes, quiero estar un poco más contigo Minato -el Hokage sonrió a su sensei.

-Itachi acompáñanos por favor -el azabache asintió sin entender, Jiraiya ahora veía que no estaba equivocado, los cuatro fueron transportados con el Hiraishin del rubio hasta el monte Hokage, Minato dirigía el grupo, Naruto se hizo bolitas en los brazos de Itachi, quería disfrutar un poco más de su calor por si lo rechazaba, el azabache sonrió ligero ante esa acción, lo apretó a su cuerpo.

Los cuatro entraron a la barrera -demonios konohamaru, te tocan los pañales, ya los cambié yo -una gota corría por la nuca de los mayores al ver como se perseguían los chicos -ese bebé come más que leche, a mí nadie me engaña, destruyó mi nariz koreee, Naruto nii-chan por favor llega yaaaa -el rubio sonrió al escucharlo -¿kono? -los pequeños se detuvieron -Naruto nii-chan -ambos llegaron a su lado, Ayame salió con un pequeño en brazos, trás de ella udon. Itachi apretó el ceño sin entender, el rubio bajó de los brazos del azabache con cuidado -Naru-chan -la chica colocó al bebé en sus brazos con cuidado -es un bebé hermoso, se portó tan bien, no llora nada, eso no debe ser tan normal Naru, bien, nos retiramos -el rubio sonrió -muchas gracias chicos, después me cuentan como les fue -el grupo salió discutiendo sin reparar en los acompañantes del rubio.

Minato se acercó -es hermoso Naru-chan -lo tomó en sus brazos, lo abrazó y besó con cariño, el sannin lo acompañó para dejar a Itachi con el pequeño a solas -¿tienes un hijo? -el Uchiha veía el suelo con los sentimientos encontrados, tenía celos, pero no podía reclamar, se sentía decepcionado al no ser esperado, aunque no podía pedir tanto, fueron muchos meses, el bebé se veía muy pequeño, eso quiere decir que la mamá del bebé y Naruto ya tenían una relación anterior a él -no pienses mal por favor, déjame explicar -Itachi levantó el rostro con un ceño entre molesto y angustiado, no sabía qué sentir, vio el rostro angustiado del rubio, algo dentro de él no le permitió detenerlo, quería escuchar lo que tenía que decir, se veía indefenso y tierno como aquel día.

-Mmmmm cuando te fuiste, a los días comencé a sentirme mal, tenía mucho vómito, había tenido una batalla con Kakuzu, creí que mi fractura en el brazo tenía que ver, pero, no fue así, en ese tiempo Kurama quería escapar, así que creó una matriz en mi cuerpo mmmm fue un embarazo corto de casi seis meses -el pequeño sobaba su brazo con ansiedad y vergüenza.

Itachi abrió los ojos con sorpresa, los puños que había mantenido apretados se fueron relajando, su ceño marcado se abrió en un arco lleno de sorpresa -es tu hijo, nuestro hijo -los ojos del Uchiha buscaban sinceridad en el pequeño, la cual se reflejaba en cada célula de su ser, era una persona pura, transparente, no le mentiría de esa manera -entiendo sino quieres una relación conmigo, no sé si significó algo para ti esa noche, pero… -el azabache lo vio con sorpresa e ilusión, quería que el rubio supiera, tomó el cabello en su coleta con ansiedad -me gustas, realmente me gustas -el mayor interrumpió al pequeño -desde esa noche no he podido sacarte de mi mente, quiero estar con mi hijo, sé que es pronto para involucrar sentimientos, hicimos las cosas al revés, pero creo que podemos comenzar algo bonito-

El azabache sonrió de lado, Naruto abrió sus ojos con sorpresa -no te dejaré sólo, me haré responsable -el rubio se sonrojó en extremo, asintió ilusionado, ambos voltearon, pudieron ver al sannin y a Minato observarlos con la mirada afilada, tragaron saliva lentamente -hicieron las cosas al revés, pero te agradezco que no dejes a mi hijo solo Itachi, me voy más tranquilo con eso en mente -el azabache asintió, el sannin respiró hondo -yo los estaré vigilando Minato, descansa con tranquilidad y saluda a Kushina por favor -Minato entregó el bebé a Naruto, abrazó a ambos con cariño -te amo bebé, siempre estaremos en tu corazón -el Uzumaki hacía pucheros, asintió con tristeza, su padre comenzó a desaparecer -pa, ¿pero por qué liberó Orochimaru el jutsu? -el rubio mayor negó -mi alma es la que se libera, me voy tranquilo cariño -lágrimas en los ojos del sannin y Naruto caían con tristeza, lo vieron elevarse y desaparecer, por un momento se quedaron viendo a la nada -iré a descansar, estoy muerto y ustedes tienen que hablar-

El sannin se fue dejando a ambos con el bebé, Itachi tomó su cabello con ansiedad viendo al bebé con un brillo en sus ojos lleno de emoción e ilusión -¿quieres cargarlo? -el rubio sonrió al ver un asentimiento fuerte y determinado, parecía un niño el azabache, lo colocó con cuidado en sus brazos. Itachi sonrió mostrando sus dientes con gran ilusión y cariño hacia el bebé, el Uzumaki suspiró quedito esperando que algún día lo viera a él de esa manera, sonrió ligero -entremos a descansar, no me siento muy bien -el azabache asintió, lo siguió -¿cuál es su nombre? -el rubio rascó su brazo -debí esperarte para elegir el nombre, lo lamento, se llama kenshin -el azabache sonrió, negó con tranquilidad -es un nombre hermoso, no te sientas mal, fue mi culpa, debí volver, pero al inicio estuve un poco lastimado, tuve un encuentro con Kisame cuando me descubrió, después traté de colarme nuevamente cuando estuve mejor, estuve buscando una oportunidad, cuando escuché del Edo tensei tenía que detenerlo, lo lamento -el rubio lo vio con asombro -te esforzaste mucho, salvaste a demasiada gente al liberar esas almas -

El azabache se sonrojó un poco, ambos tomaron asiento en la sala, el rubio comenzó a tener un gran dolor de cabeza -la habitación de kenshin es la segunda a la derecha, todas sus cosas están en ese lugar. Mi red de chakra está un poco dañada, ¿puedo pedirte que lo cuides unas horas? -Itachi lo vio con precaución, asintió sin dudar -¿quieres que te lleve al hospital? -el pequeño negó de inmediato -en ese lugar me matarían, esperaré a que llegue la abuela, gracias- el rubio se tambaleaba hacia su cuarto, el azabache con una mano lo abrazó, lo ayudó a llegar al cuarto donde el pequeño se derrumbó en la cama -el mayor observaba el lugar con cuidado, de inmediato identificó el aparato de signos vitales y el tripié del suero, vio al pequeño quien respiraba agitado, tocó su frente dándose cuenta de la fiebre que mantenía.

Aprovechando que el bebé dormía lo acostó en su cuna con cuidado besando su frente -descansa bebé -lo arropó y colocó un pequeño trapito con osito en su mano, salió del lugar, en un tazón de buen tamaño colocó agua fría, tomó un paño, se dirigió al cuarto del rubio, colocó el paño que humedeció con el agua en la frente del pequeño, observaba sus facciones con cuidado, sonrió un poco al recordar ese día en el que lo hizo suyo, había sido una locura de la que no se arrepentía definitivamente, ahora tenía un hermoso hijo. Dejó el paño en su frente, se dirigió al baño a buscar un parche para la fiebre, encontró el botiquín y el parche, de inmediato salió, lo colocó en su frente con cuidado, lo arropó adecuadamente, se acostó a su lado para vigilar su temperatura.

Media hora después el pequeño comenzó a respirar con normalidad, su temperatura había bajado, el azabache sonrió al verlo más tranquilo, se levantó con la intención de retirarse a la habitación extra de la casa a descansar, ya era noche, pero una mano lo detuvo -no… no me dejes -el pequeño abría sus ojos con pesadez y miedo, no quería que se fuera nuevamente y nunca volver a verlo, un poco mareado y confundido estaba, sus emociones y pensamientos eran un lío. El azabache acarició su mejilla suavemente -¿quieres que me quede a tu lado? -el rubio asintió débilmente, Itachi sonrió ligero, se quitó el pectoral y los protectores de brazo, el bolso de herramientas, lo guardó todo en su sello, levantó las mantas, entró con cuidado en la cama con el rubio, ambos se observaban detenidamente. El Uzumaki comenzaba a cerrar sus ojos lentamente -gracias -en un leve susurró agradeció terminando por quedarse dormido. Itachi lo veía con cuidado acariciando su suave mejilla y esas marquitas con cuidado usando su dedo pulgar, sus labios los repasó una y otra vez, tomando valor, robó un beso delicado de ello, sonrió de lado, no supo en qué momento se quedó rendido, habían sido días, meses bastante largos.

Deseo un cuento de hadas (Itanaru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora