Cero.

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Bakugo Katsuki servía su café con aburrimiento. Se había tomado unas vacaciones de su trabajo y ahora no podía estar más aburrido en casa.
Pero ya que necesitaba el descanso, no tendría que estarse quejando.
Por ello, trata de relajarse.

Ver la televisión le aburrirá más, así que toma la opción de salir al pequeño balcón de su apartamento con la taza de café en mano, esperando a que deje de estar lo suficiente caliente como para darle un sorbo.
Se apoya en el barandal del balcón y mira al cielo, tan azul que le molesta, demasiado sol para su gusto, y... Su mirada llega al balcón de su vecino.

—¿Es una broma acaso? -pregunta en voz alta para sí mismo.

Uno de los calzoncillos tiene unos cuantos agujeros por aquí y por allá.

—... Espera, eso es... ¿All might? ¿Son de All might? -casi deja caer la taza que aún sostiene. —Solo existe una persona que use algo como eso...

Su mente le da flashbacks de su niñez y adolescencia, un chico con pecas sonriendo ante él.

—No... Imposible que sea Deku. -intenta convencerse. —Pero, nadie usa ropa interior de All might... Nadie ni siquiera habla más de él...

Recuerda el programa de televisión donde un héroe aparecía, se había vuelto una sensación en aquellos años, para luego ser uno de los demás programas de héroes.
Sin embargo, para su amigo Izuku, All might jamás pasó de moda.

—¡Mierda, no me digas que es Deku mi nuevo vecino! -casi corrió adentro de su hogar, dejando la taza en la barra de la cocina, yendo ahora hacia su habitación. —¿Qué hago? Tengo que saber, debo de ir...

Los calzones rotos de Deku Donde viven las historias. Descúbrelo ahora