Final.

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En el cuarto de baño, Izuku reflexiona frente al espejo.

—Me he pasado...

Se repetía en voz alta y mentalmente.

Abrió el grifo y echó agua en su rostro, mismo que ardía en vergüenza por las palabras anteriormente dichas, antes y durante el acto, su memoria las está repitiendo en loop como castigo.

Su mirada llega a su hombro marcado.

Dejando a un lado su espalda rasguñada hasta el punto de haber sangrado un poco, las mordidas y marcas que le ha dejado el peli cenizo en su cuerpo, no se comparan a las que él le hizo, así que cree que no tiene derecho a quejarse, ni siquiera va a mencionarlo.

Lo mejor sería ni pensar en ello, su miembro aún no ha tenido suficiente de Katsuki.

—Mierda. Cuando despierte estará molesto... ¡Mierda! ¡Ojalá no crea que solo lo quiero de esa manera! ¡Agh, maldición! -empezaba arrepentirse por su precipitada decisión.

—¿Qué tanto balbuceas en el baño de otro? -le reclama el cenizo entrando sin tocar.

Izuku se sobresalta en su lugar.

—Date prisa y vete, mi cuerpo me está matando. -admite. —Quiero darme un baño.

—... ¿A qué te refieres, Kacchan? Ya estás desnudo, y no es que yo tenga mucha rop-

—¡Cállate! Quiero un maldito momento a solas, no estoy siendo tímido, idiota. -replica sonrojándose, el peliverde también lo hace.

—S-sí, ti-tienes razón, lo siento. -dice apresuradamente, tropezando con su propia lengua al hablar, y sale pasando a un lado del cenizo a la velocidad de la luz.


~


Ahora en el comedor, Izuku está sentado en espera de Katsuki.
Ya se ha vestido y pareciera que ha sido castigado, su postura es derecha, mantiene sus manos en sus rodillas y su expresión es algo preocupada.

Escucha los pasos de Katsuki saliendo de la habitación, se pone más tenso y no sabe cómo empezar a explicarle o disculparse por lo que hizo, realmente no quiere ser malinterpretado.

—Quita esa cara de mierda. -le dice el cenizo a penas lo ve. —De verdad odio lo que estás pensando justo ahora.

—... ¿Qué cosa?

—¿Y todavía preguntas? Tienes esa maldita mirada de arrepentido.

—¡No...! No es así del todo...

Katsuki se acerca con violencia, pero Izuku se levanta de su asiento y se aleja.

—... Escucha, Deku.

—Kacchan, no es lo que crees, no es así, no estoy arrepentido de estar contigo. -le explica ahogado en preocupación.

—¡Te dije que me escucharas primero! -reclama. —Sucede que eres un puto animal en cuanto al sexo, y hacía meses que no tenía nada encajado en mi trasero, y jamás durante tanto puto tiempo. Es la primera jodida vez que tomo un pene sin condón y de tu maldito e innecesario tamaño, así que obviamente me duele el cuerpo como el mismísimo infierno y no puedo mantenerme de pie correctamente, pero, ¡¿Qué con eso?! ¡Si tuviera que pasar por lo mismo estando consciente de que esto pasará, lo haría igual!

—Kacchan... -lo mira atónito y da un paso hacia él con claras intenciones de reproducirse.

El mencionado retrocede.

—¡Quédate ahí! Solo estaba hablando hipotéticamente. -aclara tomando su distancia.

—... Perdón, oírte hablar así, me puso un poco. -se avergüenza de su propia calentura.

Los calzones rotos de Deku Donde viven las historias. Descúbrelo ahora