Izuku llega al condominio de departamentos a donde recién se mudó, sube las escaleras con fatiga y está demasiado estresado. No por el trabajo, sino por el hombre de cabellos cenizos que habita en su corazón desde siempre.
¿Quién era ese tal “Aizawa” y qué asuntos tenía con Katsuki?
La duda no lo dejó en paz durante toda su jornada laboral. Agradecía a los cielos el no tener que acudir el siguiente día también.
Cuando está por entrar a su apartamento, Bakugo salé de su propio hogar; ambos se quedan en silencio mirándose desde esa mediana distancia.
—Izuku, por fin llegas. -dice el peli cenizo para terminar el silencio que se tornaba tenso. —Lo de esta mañana... No quería hacerte sentir incómodo al escucharnos hablar, además, tampoco es bueno que llegues tarde a tu trabajo.
—¿Quién era él? -pregunta acercándose, a pesar de que el otro ya lo estaba haciendo, tuvo que retroceder algo intimidado por Izuku. —¿Qué quería? ¿De qué hablaron?
—Nada importa-
—¿Quién era? -repite con tono autoritario. Encierra a Katsuki entre él y la puerta, siguen en el pasillo e Izuku todavía sostiene su maletín mientras recarga su mano a un lado de la cintura del cenizo.
—... -le mira algo tímido, gira su rostro al tener tan cerca al de ojos esmeralda. —Mi ex...
—¿Ex? -copia la acción en un intento de tener toda la atención de Katsuki sobre él.
—Pero no creo que se le pueda llamar así...
—Se ve demasiado mayor para ti, Kacchan. No sabía que tenías esos gustos. -le dice sin gracia, el mencionado lo encara sonrojado.
—Nuestra diferencia de edad no es mucha, solo se ha dejado crecer el cabello y barba. -refuta.
—¿Qué? ¿Todavía te gusta?
—¡No! Nunca fue así. -mueve su mano buscando la perilla de la puerta para abrir y continuar su charla adentro, pero Izuku la atrapa, manteniéndola en su lugar. Katsuki echa un vistazo rápido a esto, y luego a la otra mano que está cerca de su cuello. No hay duda de que se ha quedado sin salida.
—¿Qué es lo que quería?
—Él vino a dejarme la llave del departamento...
—¡¿Qué?! ¡¿Vivían juntos?! -se acerca más, su nariz puede topar con la del cenizo.
—¡No, no lo hacíamos! Vayamos adentro, alguien puede vernos aquí afuera. -intenta soltar su mano del agarre de Izuku, pero este lo intensifica.
—Explícame primero. -exige.
—Siempre he tenido dos llaves, sabes que soy precavido. Una de estas se quedó en casa de él, y como nos habíamos distanciado, y ambos estábamos ocupados, no pudo entregarla antes. Pero lo nuestro terminó hace mucho.
Izuku le suelta rápidamente, lleva su mano hasta la perilla, abriendo la puerta y casi peleando con los pies de Katsuki, haciéndolo entrar al departamento de este mismo. Cierra la puerta sin ser sutil, tirando el saco de su traje y el maletín, el cenizo termina recostado sobre la alfombra de la entrada, el de pecas lo sujeto de forma que no se golpeara, bajando también con él.
—¡¿Qué demonios?! -pregunta sin oponerse.
—Pensar en ello es algo. -responde Izuku encima de él. —Pero oírte decirlo, es muy diferente, Kacchan.
—¿De qué hablas?
—¿“Lo nuestro”? -se apoya solamente en una mano para no caer por completo encima del cenizo, con la otra quita su cinturón sin desviar su mirada de Katsuki. —No repitas algo como eso jamás.
—... Entiendo. No lo haré de nuevo. -baja su mirada a la acción del peli verde, quien lo nota, ni él mismo se había dado cuenta de lo que estaba haciendo.
—Perdón. Me alteré. -admite, dejando el cinturón a un lado de ellos, su cintura baja sin querer, tocando así la parte baja de Katsuki, dándose cuenta de que este tiene una erección. —Mierda... ¿Por qué este estás poniendo duro?
—No lo sé. -tapo parte de su rostro con su antebrazo, a pesar de que podía moverse libremente, no se alejaba, tampoco le pedía a Izuku que lo hiciera. —No veas...
—Dímelo. -demandó, bajando otra vez su cintura para hacer fricción con el miembro del otro. —Kacchan, dímelo. No quiero pensar que es por otro hombre.
—¡Es culpa tuya, por supuesto! -le dijo exaltado y con algo más que su rostro ardiendo. -¿Contento? -extendió sus brazos hacia arriba, como si estuviese dándole todo el permiso del mundo a Izuku.
—Demasiado. -respondió Izuku relamiendo sus labios en excitación. —Kacchan, me estás volviendo loco. -le confesó acercándose a este, besando su rostro, bajando a su cuello, todo esto sin detener los movimientos de su cintura.
El mencionado llevó sus manos hasta el cabello y nuca de Izuku, gemía por lo bajo disfrutando del cariño que estaba recibiendo.
—Kacchan. -volvió a llamarle en tanto convertía sus tiernos besos en mordidas sobre la piel del mencionado. —Puedo, ¿Verdad? -se detuvo para mirarle, la respuesta era clara, pero quería asegurarse ahora que aún podía controlarse. El cenizo asintió dándole una mirada necesitada, aquello no solo excitó todavía más al de cabellos verdes; sino que sus celos volvieron a hacerse presentes.
Quería preguntar, reclamar, reprochar, el por qué Katsuki había dejado que alguien más lo viera así.
Moría de celos.
Besó con violencia los labios de su Kacchan, retomando sus movimientos de cintura, ahora los dos sentían la hombría del otro.
—Kacchan... -terminó el beso, un hilo de saliva había quedado entre él y la boca del nombrado, la cual se cortó al Izuku moverse hasta el oído de este para susurrarle su plan. —Kacchan, yo... -tragó duro. Estaba empezando a perder su postura, su lógica, su parte racional. —Voy a hacerte mío aquí- No. Eso no es suficiente. Te haré mío en cada maldito rincón de este lugar. No vas a poder pensar en nada más que en mí follándote hasta el cansancio. Me importa una mierda si alguien más estuvo aquí antes, no quedará ni la sombra de eso en tu mente. Solo podrás pensar en mí llenando tu interior. -dejó en pequeño beso sobre el lóbulo de este. —Prepárate.
El cenizo asintió eufórico en respuesta, gimiendo más alto cuando Izuku aumentó la velocidad al frotar sus miembros por encima de la ropa.
Jamás se hubiera podido imaginar que Izuku estaría con él así, es más caliente de lo que pensaba.
¿Aquel hombre apuesto va a hacerlo suyo usando ese jodido traje de oficina que le queda perfecto?
No tiene las palabras para expresar lo tan agradecido que está por ello.~
El título se me ocurrió mucho antes que la trama y ya no quise cambiarlo, pero le quita toda la seriedad, ¿Vdd? 😆 Como sea, perdonen si no hay smut explícito. Si quieren leer algo así, tengo otras historias dedicadas a eso en mi perfil.

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Los calzones rotos de Deku
FanfictionBakugo Katsuki tiene un nuevo vecino, al cual no le da ni un poco de vergüenza tener sus calzoncillos infantiles colgados en el balcón. Lo peor del caso es que Bakugo sabe perfectamente a quien le pertenecen, y odia admitir que, esa persona le gusta...