Los calzones rotos de Deku

Re / encuentro.

Bakugo se alegra de haber comprado un pastel el día anterior y se alegra todavía más de no haberlo abierto.
Tiene la excusa perfecta para saber si su nuevo vecino es Deku como él piensa, o solo un friki con los calzoncillos rotos.

“Ding, dong” se escucha el timbre.

No hay respuesta adentro.

El cenizo sostiene el pastel con una sola mano, insiste y vuelve a tocar el timbre, hasta que unos pasos se escuchan, confirmando así que hay alguien.

—¿Si? -habla el hombre abriendo la puerta sin siquiera mirar.

—... Deku.

—... -el mencionado lo mira, sus orbes esmeralda se dilatan, su boca está a punto de ser abierta en sorpresa, pero algo parece detenerlo. —Kacchan, ¿Por qué? -lo pregunta cerrando un poco la puerta.

—No tenía idea de que era tú. -miente el cenizo. —Escuché que tenía un nuevo vecino y quise venir a saludar. -ofrece el pastel que trae consigo.

—¡¿Vecino?! -su voz sube dos tonos antes de cubrir su boca y tranquilizarse. —¿Cuál es tu apartamento?

—Ah... Bueno, eso es... Solo un apartamento de distancia.

—Muy cerca.

—Sí... Qué coincidencia encontrarnos aquí... -finge sorpresa Bakugo.

Izuku hace un sonido de estar de acuerdo, de pronto se pone algo serio.

—Este... Nos vemos. -se despide sin recibir el regalo, Katsuki lo detiene.

—¿No me dejarás pasar? -le pregunta algo molesto.

El peli verde trata de evitar la mirada del cenizo, parece dudar.

—... Ya veo. Era de esperarse. Después de todo ha pasado mucho tiempo...

—¿A qué te refieres con eso? -pregunta frunciendo el ceño.

—No, nada. Olvídalo. Por lo menos toma esto. -vuelve a ofrecer el pastel, pero Izuku desvía su mirada una vez más, como si estuviera nervioso de que alguien los vea. —¿Qué? ¿No puedes? ¿Tienes pareja y se molestaría por recibir un regalo de bienvenida por tu vecino?

—¡...no! No es eso...

Katsuki siente un poco de alivio, aunque todavía no puede estar cien por ciento seguro de que el peli verde no tiene pareja.

—Es injusto, Kacchan... -baja la cabeza y revuelve su cabello frustrado.

—¿Qué cosa? Solo estoy siendo cortés.

—Nunca lo eres... -reclama Izuku sin mirarlo. —¿Cómo puedes actuar así conmigo?

—¡¿Huh?! -indignado, borra de su mente los buenos pensamientos que estaba teniendo del otro.

Izuku termina por hincarse, escondiendo su rostro con sus brazos.

—Todo lo que haces y dices es injusto...

—¿De qué te estás quejando? -le pregunta Bakugo mirándolo desde arriba, su mano se mueve en dirección al cabello de este, pero se detiene al escuchar lo que dice.

—Justo cuando estaba preparado para olvidarte.

—... ¿Tú qué?

Izuku no puede creer que lo dijo en voz alta. Se reincorpora al segundo con una expresión de preocupado.

—Perdón, es-

Katsuki lo ignora y comienza a caminar con prisa de regreso a su apartamento, no estaba preparado para escuchar algo como eso.
El peliverde tarda unos segundos en reaccionar antes de seguirle.