T R E S

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"...no suelen tratarse"

—¡Deja de actuar como el "señor misterioso"!

Su hermana gritó y Hoseok rodó los ojos por milésima vez en el día.

—No, tú deja de actuar como la "mejor amiga del mundo"—Byul frunció el ceño con más intensidad—Te dije perfectamente que las relaciones están de segundo plano en mi vida.

—Eso no justifica que actúes de forma grosera con Chaeyoung ¡existen maneras correctas de rechazar a alguien!—lo apuntó con su dedo amenazador y se alejó del comedor.

Hoseok vio cómo se servía el agua en el vaso de cristal, y lo bebía de forma tensa.

Era chistosa enojada.

—Ah, para nadie es un secreto que me gusta estar soltero—se acomodó mejor en su silla y dudó de si debía sacar su cigarrillo—¿por qué tú, mamá y tu amiga son incapaces de entenderlo?

—¡Dios, eres insoportable!

Si. Si sacar su cigarrillo significaba molestarla, debía.

Eran sencillo. Byul tenía una amiga que repentinamente expresó sus sentimientos hacia él el día anterior con una carta que olía a rosas y una expresión sonrojada. Por supuesto, Hoseok no era fanático de la presión social.

—Hoseok, ella es un buen partido, le gusta desde que éramos adolescentes—sus ojos suplicantes pidiendo comprensión no provocaron ni una pizca de empatía—ni siquiera sabes si te gusta o no porque estás a la defensiva.

Está vez Hoseok frunció el ceño con clara molestia a la vez que sacó un cigarrillo de la caja en su bolsillo junto al encendedor.

—Ella no me gusta—habló con un tono más alto y se ubicó el cigarro en la boca—y si viniste a mi casa a golpearme con mis propias almohadas porque no acepté la salida de una mujer que apenas conozco-

—¿Qué?—fue su turno de expresar su molestia mientras ubicaba sus manos alrededor de su cadera—¿Vas a echar a tu propia hermana de casa?

—No me retes.

Está bien, estaba cansada, no sabía que otra cosa más hacer. Solo respiró y se calmó rápidamente.

—Hoseok, tienes más de treinta años, eres exitoso en tus negocios, llevas al éxito cada día a la empresa, algún día necesitas a alguien que se haga cargo de ella después de ti.

—Te la daré a ti el día en que muera, entonces.

Sus ojos se calmaron a unos cálidos lentamente y le dedicó una sonrisa. Tal que casi desaparece cuando Hoseok encendió el cigarrillo y el humo llenó sus pulmones.

—Sabes que no soy buena manejando ese tipo de cosas. Y ni siquiera sé si yo muera primero.

—Entonces deja de insistir, yo veré como resuelvo mis propios asuntos.

Ella caminó hasta él luego suspirar cansada. Tomó una silla y se sentó a su lado para poder analizarlo. Sus ojos grandes lo escanearon—o juzgaron de una forma más evidente más bien—durante cortos segundos antes de que Hoseok alzará sus cejas en señal de extrañamiento.

—¿Por qué estás tan amargado?

—Es mi encanto—sacó el cigarrillo atrapado por sus labios hasta que un llegó a su mente—Déjame adivinar—la apuntó con su cigarrillo y entrecerró sus ojos—Toda esta desesperación tuya es por lo que la abuela dijo hace un par de años .

Byul parecía confundida, pero Hoseok notó cierto parecido que ya conocía.

—¿Eh?

—Sabes a lo que me refiere. El tío Han.

JONQUILLEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora