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.La noche de la tan esperada gala había llegado. Y Sakura, por fortuna, tuvo un día sereno en el hospital que le permitió retirarse a su hogar para arreglarse con tranquilidad.
Se encontraba tan metida en su burbuja que había perdido por completo la noción del tiempo. Desde que llegó a la tierra no había tenido un espacio para poder consentirse.
Aprovechó muy bien las horas, tomando un baño relajante con agua caliente. Al terminar, se masajeó la piel con sus exquisitas cremas y se perfumó con la más deliciosa fragancia que tenía en todo el cuerpo. Hace mucho que necesitaba ese placentero tratamiento.
Se colocó una a una las prendas de lencería, luego se acomodó el delicado vestido que había comprado para esa velada. Era un atuendo muy fino que se amoldaba a sus curvas como si se tratase de una segunda piel, tenía un escote profundo en toda la espalda que llegaba hasta el nacimiento de sus caderas y una delgada cinta que se anudaba a su cuello.
La figura de Sakura era la de una diosa griega que invitaba a cualquiera a caer en el pecado.
Buscó en la caja de cosméticos su maquillaje, para perfilar sus ojos con un poco de sombra oscura que le hizo resaltar el verde esmeralda de su mirada. Caminó hasta el espejo que se encontraba en su alcoba y sonrió al ver su imagen reflejada en él. Definitivamente, esa noche se veía exquisita. No dudaba que más de alguno de los invitados caería rendido a sus pies. Sin embargo, lo que más deseaba era que un apuesto demonio que la estaba pretendiendo fuese el que cayese bajo su encanto.
Sacudió la cabeza y disipó sus pensamientos. Esa no era una noche para imaginar cosas mundanas, era para atrapar a ese maldito ser de las tinieblas. Se concretó en terminar de arreglar su cabello cuando una presencia muy conocida invadió su espacio.
—Sakura, me dijiste que viniera por ti a las siete, pero como debemos aplicarnos el perfume, creí que... —se le secó la garganta al ver ante sus ojos a la creación más hermosa que hubiese imaginado. Su ángel, su belleza Sakura, ¡lucía perfecta! Era un manjar divino que necesitaba probar—. Tú quieres matarme —musitó al acercarse a su oído—. Deberíamos mandar al diablo la misión y quedarnos aquí, los dos solos, amándonos.
—Creo que estás delirando —murmuró al intentar sonar calmada mientras los dedos de Sasuke le recorrían su desnuda espalda—. Tenemos un trato que debemos cumplir, no lo olvides —dijo firme al alejarse lo más que pudo de sus manos.
—Quiero enterrarle las uñas a ese imbécil por provocar que tengamos que ir a una estúpida cena de humanos a capturarlo. Me irrita que no podamos quedarnos aquí para darnos cariño —espetó con el ceño fruncido, era una desgracia que por culpa de uno de sus hermanos, tuviera que perder la oportunidad de hacer caer en sus brazos a ese precioso ángel—. Maldito, Deidara.
—Y según tú, yo me iba a entregar a ti, ¡no sueñes con locuras! —esbozó con sarcasmo, él no debía encontrar ese punto de inflexión que estaba a nada de romperse—. Mejor vamos a aplicarnos la fragancia para que podamos irnos.
—Está bien —masculló sin un ápice de emoción.
Sakura suspiró, Sasuke se quejaba tanto de los humanos y él se comportaba peor que un niño berrinchudo. Le daba ternura apreciar sus expresiones, pero si le dejaba ver que eso la derretía de amor, estaba perdida.
Buscó en su mesita de noche la fragancia que había preparado y comenzó a esparcirla por el tonificado cuerpo del demonio. Esa noche, Uchiha se veía mejor que nunca, pues portaba un elegante traje color negro.
—Listo —expresó al terminar de rociarle el perfume—. Solo deja que me aplique un poco y podremos irnos.
—Dame eso, te ayudaré —pidió Sasuke con amabilidad, extendiendo su mano para que la doctora le entregara el frasco—. Cierra los ojos para que no se lastimen con el líquido.
—Gra-gracias.
El demonio de la venganza esparció con mucho cuidado la fragancia por todo el hermoso cuerpo de su ángel. Aprovechando la tarea para grabar en su memoria cada rincón de piel que deseaba tocar con sus fuertes manos.
Dejó el cuello para el final, y antes de aplicarle el producto, le dio un profundo beso en esa blanca piel que lo incitaba a acariciarla.
—Creo que con esto, será suficiente —susurró cerca de su oído—. Tu aroma es embriagante.
—Sa-Sasuke. —Estaba muy nerviosa, no podía negarlo. Tenerlo tan cerca le provocaba muchas sensaciones y cada una era más fuerte que la otra—. ¿Nos vamos? No quiero que lleguemos tarde.
—Vamos, mi ángel. Que comience nuestra actuación de esta noche —espetó guiñándole un ojo.
Salieron juntos del departamento de Haruno, tomados de la mano como la pareja de enamorados que se suponía que eran, aunque a estas alturas, la suposición venía sobrando.
Era la noche perfecta para mandar a un asqueroso demonio al destierro... para siempre.
Continuará...
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.¡Hola!
¿Cómo están?
Solo diré que este capítulo es uno de mis favoritos. Espero también a ustedes les haya gustado. Esto cada vez arde más.
Gracias por su amor y cariño; realmente me han hecho inmensamente feliz. Se los agradezco con el alma. Gracias también a las dos personitas que me inspiraron para escribir esta historia, temari05nara_ y DianisMika. Las amo.
Gracias a las páginas que me ayudan con la promoción, lo agradezco muchísimo.
Nos leemos pronto.
Con amor.
GabyJA
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Sacrilegio [SasuSaku]
FantasyUn repentino encuentro y una propuesta interesante les hizo unir sus poderes, sin importarles que su alianza fuese una aberración. Algo digno para enviarlos al destierro. Especialmente, porque esa unión los podía hacer sucumbir ante el peor pecado q...