Estoy escondida debajo de mi cama viendo cómo mi padre golpea a mi mamá.
«No otra vez»
Quería salir corriendo, huir de ese lugar, pero no podía moverme, me sentía como si tuviera las manos atadas y no podía ir a ningún lugar.
Ese hombre que se hace llamar mi padre sigue golpeando a mi mamá pero ella no duda en defenderse y le responde a sus golpes convirtiendo aquello en una pelea.
Al ellos terminar mi padre sale de la habitación y escucho como sale de la casa también.
Al él salir siento que me puedo mover y salgo de debajo de la cama, veo que mi mamá está viendo fijamente a la puerta en la que mi padre acaba de salir.
Me quedo enfrente de la cama, con miedo a moverme ya que no quiero que esto suceda de nuevo, no quiero que ella me vea.
Dobla su mirada hacia donde estoy parada y sus ojos llenos de lágrimas se secan por completo y me mira con ira.
— Todo esto es tu culpa —dice en un susurro.
Se acerca a mi a pasos rápidos, tenía tanto miedo que me hice pipi encima de mis pantalones de pijama.
Mi madre me agarra fuertemente de los brazos, tan fuerte que estoy segura que dejara una marca.
Me mira a los ojos, sus ojos dorados se oscurecieron un montón hasta casi convertirse en negros.
— Es por tu maldita culpa que Víctor me trata así, todo fue por tenerte a ti ¡Mocosa de mierda!
Por suerte mi pequeña hermana de cuatro años estaba viviendo con mi hermana mayor Claudia, así no tenía que vivir lo que yo pase.
Me da una fuerte bofetada la cual hace que sangre por la nariz y caiga al suelo.
— Todo siempre fue tu maldita culpa, siempre haz sido una inútil.
Cada palabra que soltaba mi madre era como un disparo directo al corazón, dolía, dolía como una puta mierda.
Dentro de mi solo crecía la decepción y una enorme ira no paraba de crecer.
Yo solo podía llorar mientras ella me insultaba, pero bueno... ¿Que pueden esperar de una niña de doce años?
Mi alarma suena y yo me despierto agitada.
«Solo fue un recuerdo reflejado en una pesadilla».
Una horrible pesadilla.
Estaba acostumbrada a vivir eso a diario cuando vivía con mis padres.
Ellos peleaban por cualquier estupidez y mi mamá solamente descargaba su ira y su estrés conmigo para luego de insultarme y hacerme todo lo que un verdadero padre jamás le haría ni le diría a su hijo ella pide perdón y quiere que me olvidé de lo sucedido cómprandome cosas y dándome regalos.
Quiere que la respete y la ame pero no puedo evitar siempre hablarle de mala manera a ella, por eso prefiero evitarla y no hablar con esa mujer.
Cambiando de tema....
Para ser sincera odio los primeros días ya que nunca va nadie y siempre son los más aburridos, pero bueno, quiero despejar la mente.
Me baño y me coloco el uniforme, ni siquiera me preocupo mucho por peinarme, solo me amarró el cabello en una cola alta y me coloco un cintillo para recogerlo más.
Salgo de mi habitación y me como mi desayuno lo más rápido que puedo.
— Por lo que veo estás muy apurada — dice el guapetón de Jason.
El viste solamente de un pantalón gris estilo chándal y unas sandalias negras.
Y cuando les digo que solo viste eso, es porque solamente viste eso, créanme.
Adivinen porque lo digo... Por el enorme chico que se le marca a través del pantalón.
— Disculpa estás fachas, es que no pensé que te levantarias tan temprano.
— Tranquilo, no me molesta... —digo admirando sus abdominales perfectos y marcados.
Tiene una hermosa V en la cual lleva un pequeño tatuaje.
— ¿Que significa tu tatuaje? —pregunte curiosa.
— La C que tengo tatuada son las iniciales de Claudia y Charlotte, tranquila, ma tatuare una H también.
— ¿Te tatuas las iniciales de las hermanas de tu novia?
Él se encoge de hombros— Si, son como unas hijas para mi.
«Este chico es tan tierno».
— Tengo que irme —digo recogiendo mi mochila del piso.
— ¡Espera! Aún no he preparado tú merienda.
— Tranquilo, llevo dinero para comprar en la cafetería.
Me mira con alivio y sonríe— Está bien, que pases buen día.
Le sonrió amablemente y salgo de la casa.
«Es un chico maravilloso, entiendo porque mis hermanas mueren por el».
Al llegar a la escuela todo sigue igual que como cuando nos fuimos de vacaciones.
Feo y sucio.
Llevo la mochila a mi aula y me quedo hablando con unas amigas incluyendo a una chica nueva con la cual estoy conectando muy rápido.
El nombre de la chica es Anastasia.
Volvimos al curso en el momento en el que el timbre suena subimos al aula.
Entra una maestra, muy linda, tiene el pelo corto y castaño, piel blanca y ojos marrón oscuro.
— Buenos días, yo soy la maestra Esther y seré su maestra de matemáticas y encargada de curso —dice con entusiasmo dando alegría a todo el aula— Ahora quisiera conocerlos a cada uno de ustedes para que luego conversar y conocernos mejor.
Todos nos presentamos y empezamos a charlar, dudas fluían por todo el salón de clases.
La maestra en una se pone a hablar sobre sus hijos, pero sobre todo de uno que recientemente cumplió quince años.
Ese chico se llama Israel.
Pasan los días y yo cada vez tenía más curiosidad de conocer al hijo de la maestra.
Según ella era un chico muy guapo y responsable, el chico perfecto.
Pero... Eso dicen todas las madres de sus hijos... Bueno... Casi todas las madres.
— ¿Crees que el hijo de la maestra sea tan guapo como dicen? — le pregunté a mi amiga Anastasia.
— No tengo ni idea —me responde pero se que no lo está respondiendo correctamente, tiene la mirada despejada hacia la pared.
— Ajá, ¿Que estás viendo bruja? — dije curiosa.
Noticias, si, en el tiempo que llevamos conociéndonos resulta que la señorita Anastasia es bruja.
«Y no es broma».
— Veo un romance, un amor, dos almas, dos almas que terminaran destruidas y una de esas almas escribirá canciones para ella.
—
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Canciones para ella
RomantikLa vida no es fácil, de alguna u otra forma todos en algún momento tenemos que sufrir y créanme que yo si sé de sufrimiento. En pocas palabras a los diez años decidí mudarme con mi abuela ya que no soportaba la violencia que había entre mis padres...