Capítulo #2

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Go wild, my ass.

Ese fue el primer pensamiento que vino a la mente de Pete mientras daba pasos agresivos hacia su casa. Encontrándose en un lío, aun procesando los eventos recientes desde el momento en que entró al salón de clases hasta el momento en que se encontró cerca de su propia casa.

La verdad era que Vegas demostró ser mejor besador de lo que Pete imaginaba. Pete estaba seguro de que se daría por vencido o enloquecería por timidez, pero Vegas era realmente alguien que Pete no podía predecir.

Primero, falló al tratar de ocultar lo emocionado que estaba por ser el tutor de Pete, pero de alguna manera, se convirtió en un dolor en el trasero cuando se trata de besar. Ok, no es realmente un dolor en el culo. La verdadera razón de la locura de Pete fue cómo diablos Vegas resultó ser tan bueno besando a alguien mientras era un nerd completamente antisocial y apenas hablaba con nadie en el instituto.

Sabía exactamente dónde tocar, cuándo abrir sus propios labios y contra dónde presionar su cuerpo. Era tan injusto cómo parecía tener tanta experiencia y Pete fue el que se quedó con nada más que una mente desordenada y una erección, felizmente cubierta por la falda larga que llevaba ese día. Gran elección de vestuario, por cierto.

Vergonzoso, por decirlo menos, Pete podía escuchar a Porsche dentro de su cabeza. Por suerte, nadie iba a saber lo impresionado que estaba con el cuerpo de Vegas contra el suyo. Y joder, qué bien se sentía Pete cuando Vegas presionaba su pecho contra el suyo, cuando lo agarraba por la cintura y pasaba sus brazos por detrás mientras le succionaba los labios.

Vegas escuchó todos los consejos que se le ocurrieron a Pete en el último minuto y los ejecutó con absoluta perfección, como un buen estudiante queriendo impresionar a su maestro. De hecho, fue impresionante al seguir los pasos de alguien que nunca había besado en su vida, pero hizo todo lo posible para fingir la experiencia.

Pete todavía podía sentir la piel de gallina al recordar lo fuerte que Vegas le sujetaba la cintura y respiraba profundamente contra la piel de su rostro. Era caliente y sensual, con un suave toque de timidez e inseguridad. El equilibrio perfecto.

Tan pronto como llegó a casa, Pete tiró su ropa en el cesto y su mochila a los pies de la cama. La ducha fría ayudó a despejar un poco su mente confundida, y su corazón indeciso, que no sabía si odiar a Vegas u odiar el hecho de que era excepcional en todo lo que se proponía.

Pete debería haber estado prestando atención en la clase que tuvieron después del beso, pero para él era como una misión imposible esconder su erección entre sus piernas y anotar número tras número en su libreta prácticamente en blanco.

Mientras reflexionaba en la ducha, Pete se dio cuenta de que no podía recordar nada de la clase aparte de su loco beso. No se dio cuenta de lo mucho que estaba pensando en ese beso hasta que se mordió el labio inferior con ira.

Se cambió de ropa rápidamente, manteniéndose lo más lejos posible de su teléfono para no tener que dar explicaciones a sus amigos. No sería capaz de fingir que no había pasado nada diferente durante la supuesta clase.

—Joder, nerd, —respirando hondo, se acostó en su cama. —Probablemente ya ni siquiera estés pensando en eso... Lo que sea, lo hice increíble. Eso creo.

Pete escuchó el sonido de los mensajes que llegaban a su celular, que todavía estaba dentro de su mochila, vibrando más de lo habitual.

Cerró los ojos y contó hasta diez antes de alcanzar el teléfono. En su mente vino el recuerdo de la vez que le había mentido a Vegas, diciendo que besaba mal y necesitaba mucha más práctica. La mentira fue tan bien contada que Vegas se puso muy triste y no lo ocultó, decepcionado de sí mismo, sin saber que en verdad Pete era quien necesitaba ayuda en esta área.

Deal with a Nerd [VegasPete]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora