Para ser honestos, el examen no fue difícil. El profesor Snape pudo haber sido más cruel. Amortencia, a diferencia de lo que su fama puede hacer creer, no es tan difícil de preparar. Al menos para un mago con ciertos conocimientos de, digamos, sexto año de educación mágica. En serio, sus compañeros eran unos quejicas. Todo estaba en el libro, ¡hubo hasta una demostración practica! Draco casi se arrepentía de haberle dedicado tanto estudio, de haberse desviado tanto de su misión. Estaba seguro que le había ido excelente, modestia aparte. Pero pociones es su asignatura favorita, enseñada por su profesor favorito, y había una apuesta en juego. Así que fue tiempo bien empleado. Granger era lista, de eso no cabe duda. Probablemente más que él (por Merlín que su padre no lo oiga). Y en todas las demás asignaturas la leona podría haber ganado. Pero no en pociones, y no con Amortencia.
Blaise y Pansy lo esperaban a la salida -entregaron el examen casi ni bien empezó. Draco dudaba bastante de la calidad de la pócima, y agradecía a todos los astros que para calificarla ningún ser vivo debía probarla. Pero como el excelente amigo que era, no lo menciono.
- Blaise tu poción podrá provocar cualquier cosa, pero enamorar a quien la beba seguro que no.
Bueno, casi no lo mencionó. En serio, pudo haber sido más cruel. La poción de Blaise era gris.
-Callate idiota - respondió su amigo rápidamente- No todos podemos tener a Snape de padrino y tutor.
- No veo como ser el ahijado de Snape tiene algo que ver con saber seguir las instrucciones de una simple poción.
- ¡Simple! Solo para vos puede ser simple la amortencia - Blaise trató de seguir la farsa, pero la sonrisa en su rostro lo delataba-. En serio, te odio.
- Lo que tu digas. A menos la de Pansy tenía buena pinta.
-Olía a cuero - contestó la pelinegra- Eso es una buena señal, ¿no?
- Para cualquier otra persona probablemente no. Pero conociéndote, te referís al cuero de zapatos. O al menos eso espero.
Pansy no contestó, pero le empujó el hombro cariñosamente, y dio por terminada la conversación.
- Y a qué olía tu poción, oh Draco todo poderoso, ¿a tu propio perfume?
- Ja. Buena Blaise. Ojala, pero lamentablemente no. Tenía un aroma a menta, lo cual es muy extraño. Saben que detesto la menta. Y puede que un dejo de césped.
- Su poción huele a pasto podrido y se atreve a criticar la mía, ¿podes creerlo Pans?
Pansy ya había perdido todo interés en la conversación. Examen dado, tras media hora olvidado, era su lema. Probablemente su menta ya estaba recorriendo otros temas. El ensayo de astronomía quizás. O tal vez trataba de recordar que desayunó Draco esa mañana (té con tostadas, para los interesados. Y por primera vez en semanas, repitió porción).
- El pasto podrido se va a sacar un 100, mientras que a tu sopa de trapos no le veo un futuro más allá de un 40. En lo que me concierne puede criticarte a gritos desde la torre de astronomía.
Su amigo soltó un suspiro sonoro, agitó los brazos y comenzó a caminar de espaldas. En cualquier momento chocaba, pensó Draco. Tal vez con una columna. Con suerte con un fantasma. Los escalofríos a veces tardan horas en desaparecer.
- Que falta de aprecio a quien es su mejor amigo. Me voy a donde me desean - una estudiante de primer año de ravenclaw casi se lo lleva por delante. Afortunadamente logró esquivarlo. Al ver al temible trio de slytherin por poco se echa llorar. A Draco le dio algo de pena, pero no la suficiente como para arriesgar su manchada reputación con un buen gesto.
Blaise ni se dio cuenta. Seguía en su euforia post examen. Su destino estaba doblando hacia la izquierda, mientras que Pansy y Draco compartían hora libre, por lo que allí se separaban.
-Bueno, dale. Mandale mis saludos a Mcgonagall, y a la noche me contás cuanto apreció tu presencia en su clase hoy.
Blaise rodó los ojos y siguió caminando. Pansy lo zarandeó, pero Draco la vio sonreír, por lo que no se arrepintió. Bajaron por las escaleras en dirección a la biblioteca, donde la señora Pince no se alegró de verlos. Como de costumbre, tomaron asiento en la mesa más apartada.
- Necesito tu ayuda con este ensayo - Draco ni terminó de sacar sus cosas cuando Pansy le demandó- todavía me faltan 20 centímetros y ya me quedé sin nada que decir.
- Siempre hay algo más que decir Pans, y cuando no hay, se parafrasea lo que ya dijiste antes, ¿es que acaso no aprendiste nada estos seis años?
-Ja, Ja. Eso puede que funcione para Flitwitch o Mcgonagal, y quizás todos los demás, ¡pero no en un centauro! Recordarme porque elegí astronomía.
Pansy era una exagerada. Tenía extraordinarios en todos sus trabajos. Firenze la adoraba.
- Porque sos autodestructiva. Ahora agarra la pluma y empezá a escribir, tengo mis propias tareas en las que trabajar.
Su amiga lo miró fastidiada, y le pateó con su pierna izquierda, pero accedió.
- Claro Drac, y cuando terminemos me podes contar que vas a ganar en tu apuesta con Granger. Asegurate que valga la pena, y recordá que hay dinero en juego.
Solo una vida entera de adoctrinamiento en el decoro y buenos modales, junto a algunos malechizos, lo detuvo de estamparse la cabeza contra la mesa. Pero ni todos los crucio y sectumsempra podría quitarle la costumbre de devolverle la patada.
Pansy y él trabajaron en silencio, cada uno por separado, con una tranquilidad que solo ellos- y tal vez Blaise, cuando lograban callarlo- podían lograr. Su amiga lo burlaba y gastaba como nadie, pero Draco sabía que no iba a molestarlo con lo de la apuesta. Si él no sacaba el tema, probablemente no lo vuelva a mencionar.
Pocas cosas puede agradecerle a su padre, pero la relación con los Parkinson es una de ellas. Si el Draco de cinco años hubiese sabido que la niña de vestido celeste con dos colitas iba a convertirse en su más leal amiga, y principal defensora, quizás no la empujaba al lago. O no le hubiese escondido huevos de rana en su baúl, u obligado a perseguir a los pavos reales. Pero ese Draco era un pequeño demonio, por lo que tal vez lo hubiese hecho de todas formas.
- Uff, estoy exhausta. No puede escribir ni media palabra más. No me importa cuanto me falte ¿Cuánto voy, 55 cm? Es suficiente - la consigna pedía 40-. Vamos a cenar, Blaise nos debe estar esperando.
En verdad, debía agradecer al sol y a todas las estrellas que Pansy lo haya perdonado. Esos juegos de niños, y tantas cosas más. Draco ha hecho cosas más crueles y a edades menos perdonables, pero la heredera Parkinson nunca pudo permanecer enojada mucho tiempo.
- Si es necesario - Draco no tenía hambre. Casi nunca la tenía. Pero el cuerpo necesita alimento, y la mente descanso. Además, su amiga merece al menos una cena en la que no se la pase preocupada por él.
- ¡Excelente! Vámonos - terminó de guardar sus cosas e, ignorando el ceño fruncido de la señora Pince por su sonora exclamación, le tomó del brazo para arrastrarlo hacia el comedor. No vaya a ser que cambie de opinión.
Blaise no estaba esperándolos, como más tarde les contaría, y con todo lujo de detalles, la profesora Mcgonagal lo castigó. Pero Pansy no dejó que la desaparición de su amigo le quitase el buen humor. Platicó durante los 30 minutos que estuvieron sentados, instó a Draco a que se sirviera más tarta - una porción es suficiente, gracias Pans - y escuchó sin demostrar su falta de interés el análisis de la temporada de quidditch que Draco le ofreció en su camino a la sala común. Incluso Blaise, recién llegado y cansado, polvoriento tras lustrar los pupitres del salón de transformaciones se sumó con ánimo a la conversación.
No todos tienen una Pansy, o un Blaise en sus vidas, y Merlín sabe que hizo Draco para merecerlos a ambos. Pero no piensa dejarlos ir. Y aunque cada noche trate de ignorar su misión, y fantasee con un sombra castaña sin nombre y el aroma de la libertad, está dispuesto a cumplirla, o al menos morir en el intento, mientras los mantenga a salvo.
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Tras La Mascara
Fanfic"-No es justo que me juzguen sin conocerme" Pansy lo abrazó de nuevo, viendo con impotencia como un rastro de lagrimas surcaba por las mejillas de su mejor amigo. "-Lo sé Draco. Pero es lo que nos toca vivir. Somos serpientes despues de todo." Drac...