Capitulo 9

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Draco despertó al borde del grito. Eran las seis de la mañana y al ser invierno el sol se negaba a aparecer. Blaise seguía dormido, tenía sueño, pero no podía volver a dormir. Desde niño había desarrollado un mecanismo de defensa al dormir. Al tener siempre que lidiar con las pesadillas no podia arriesgarse a despertar a alguien con sus gritos y quejidos. La idea claro que no fue de el, puesto que para lograrlo no bastaba una meditación, sino una serie de cruciatus y pociones por parte de su padre cada madrugada antes del amanecer. Había dolido como el infierno y dado lugar a más pesadillas, pero se lo tenía que agradecer. Si despertaba gritando a toda la torre surgiría una situación un tanto difícil de explicar.

Cuando entro al baño dispuesto a ducharse cerró los ojos al pasar delante del espejo. No podía vomitar, no cuando estaba por volver. Iba a necesitar de todas sus fuerzas. También tendría que comer un buen desayuno, por lo que sabía tal vez no probaba bocado hasta después de año nuevo.

Cuando salió volvió a meterse en la cama. Seguís cansado. Los ronquidos de Crabble y Goyle eran una buena forma de maternerse despierto. Se tapó hasta las clavículas y asomando la mano por debajo del cobertor sacudía la varita, cuando que una leve Nevada cayera sobre la cama de Blaise. Draco siempre había sido de mente activa. Siempre se concentraba mejor si hacía dos cosas a la vez. Por ejemplo, dormir y vigilar, caminar y vigilar, hablar y vigilar, vivir y vigilar.

Blaise se despertó cuando la nieve comenzaba a taparle la boca. El rubio vio de reojo como sorprendido rodaba fuera de la cama y como entre divertido cansado y furioso se acercaba.

- Buenos días Blaise, es una fría mañana, ¿no?

No recibió respuesta, la nieve seguí cayendo, y draco seguia inmerso en sus pensamientos. Su instinto sintió la bola dirigirse contra su rostro y su piel el frío impacto.

- Un día voy a matarte. Lo digo en serio.

Draco, quien nunca es desaprovechaba la oportunidad de usar uno de sus comentarios sarcásticos contra su amigo, se abstuvo de mencionar la clara broma de que era probable que su padre lo hiciera por el.

- Me amas, acéptalo.

Un comentario narcisista clásico, pero igualmente efectivo.

El tren partía luego del desayuno. El gran comedor estaba lleno de conversaciones entusiasmadas de chicos entusiasmados por regresar a sus hogares. Pansy parloteaba de su tour de compras y Blaise se abalanzaba sobre la comida , después de todo, no era un secreto que su madre , quien se negaba a comer comida preparada por un elfo, no tenía la mínima habilidad culinaria. Era probable que tanto él como Draco pasarán hambre esas vacaciones.

Draco no se perdió de las miradas de Pansy y Blaise al verlo comer de tan bien modo su comida. En otro momento les hubiera recriminado, pero requería de toda su concentración mantenerla dentro de su organismo. Si pronunciaba una palabra todo su esfuerzo sería en vano.

Draco se adelantó a sus amigos. Quería elegir el compartimento más alejado de la multitud. Esquivo a unos cuantos Ravenclaw,quienes tomaron segundos de su conversación para mirarlo mal, y avanzó por el pasillo. Iba tan rapido que no vio cuando la puerta de un compartimento se abrió, derrrumbandolo en el proceso.

Vio todo negro por unos segundos. Luego los colores comenzaron a aparecer. Rojo y dorado primero. Los sonidos se filtraron también. Lo estaban llamando por su nombre, desesperadamente. La cara le dolía. Algo húmedo tocaba sus labios, ¿seis sangre?

- ¡Draco por merlin reacciona!

Oh no. No ella, no otra vez. Draco ya sabía que el destino lo odiaba, tendría que haberlo visto venir, o al menos haber visto la puerta.

Tras La MascaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora