Evangeline era alguien totalmente normal, aún que, oh, sí, su hermano, su hermano no dejaba que ella pudiera ser normal, su hermano era famoso en especial desde que su nueva película había salido, a parte de que se habían mudado a Arizona otra vez...
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EVANGELINE THAMES
El tiempo había pasado, mi cumpleaños fué en mayo y ahora estamos en septiembre, la verdad...no sé si pensar lo que pienso pero es como si cada cierto tiempo las cosas con Miguel empeoran, después de la noche de mí cumpleaños no pudimos hablar mucho cuándo se fué, el sigue con exámenes y yo ya no tengo tantos como antes...solo que me parece bastante raro que tenga tantos exámenes pero siempre está en línea o activo.
La verdad, solo pensaba al inicio no otra vez pero luego estoy llegando a pensar que las cosas empeoran cada cierto tiempo, digo, nos vamos alejando y estamos ocupados y ya no hablamos tanto...pero resulta que Miguel siempre está con chicas distintas las cuales no conozco y si pregunto por ellas me dice me debo ir o estoy ocupado, luego hablamos pero sigue en línea e ignora mis mensajes. Al inicio creí que era una maniática loca celosa obsesiva, pero luego me dí cuenta de que estaba bien, está bien que haya querido saber, que yo le dijera porque seguía en línea cuándo dijo que estaba ocupado y porque me ignoraba, porque el dice que soy su novia y si soy su novia —cosa que el no me a pedido —tengo derecho a saberlo, ¿Acaso es normal esto por qué somos adolescentes o ya no es normal que cada cierto tiempo esto ocurra? Si no me equivoco es la tercera vez que está ocurriendo y ya me estoy cansando, solo que esta vez me controlo, guardo la calma y lloro, pero no me beso con chicos ni salgo, mucho menos ando coqueteando por ahí ni le estoy mintiendo.
—amor, calma —mamá acarició mi espalda, sentada junto a mí en la orilla de la cama mientras yo lloraba con el cabello atrás de las orejas y una bolsa en mis piernas.
—¡No mamá, no! ¡Es la tercera vez! ¡Y cada vez que pasa otra vez es peor y duele más! ¡Primero no éramos nada así que me alejé, la segunda me equivoqué porque el no fué capaz de entenderme y ahora! ¡¿Qué?! ¡¿Ahora el se va a coger a una estúpida?! —grité con molestia mientras lloraba.
—Evangeline —regañó por mí lenguaje.
—¡¿Acaso experimentó conmigo?! ¡¿Primero quiso experimentar conmigo así que me cogió y ahora va a andar por ahí con otras?! —grité, lo tenía ahí, me sentía ahogada por decirlo pero aún sentía esas palabras en mi garganta porque tal vez debía decírselas a él y no a mí mamá.
—¡Evangeline! ¡¿Se acostaron?! —mamá me detuvo rápidamente, totalmente sorprendida e incluso diría que algo molesta.
—¡Sí mamá, sí! —grité, tal vez no tenía razones pero me sentía usada.
Mamá me miró sorprendida dejando un silencio.
—¡Y me siento usada! ¡Sé que es mi culpa y ahora me vas a regañar! —añadí entre fuertes llantos, ella me miró y su expresión fué una de tristeza por lo que dije, me abrazó rápidamente atrayendome a ella.
